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Fue después del segundo receso, en dónde nos hacen formarnos para volver entrar a nuestras aulas. Siempre alegabamos por ello, estábamos grandes, ya no teníamos que hacer eso. Yo y mi grupo de amigos veníamos de un partido de baloncesto improvisado a meternos a la fila, a colarnos más bien recibiendo bastantes reclamos de los que formaban ya parte de esta. Mis amigos no pudieron soportarlo y se fueron hacia atrás, yo intenté hacer lo mismo, pues no quería estar solo, pero no pude. Sentí dos manos grandes posarse en mis hombros y de un momento a otro estaba en la fila, casi adelante. Volteo confuso encontrándo al chico nuevo —que había llegado hace un mes— mirándome con expresión seria.

—Hey pequeñín, mereces este puesto adelante.

Me molesté, obviamente lo hice. Nadie se mete con mi altura. Lo empuje, pero el no se movió ni un centrimento. No parecía tan corpulento en ese tiempo, pero tenía más fuerza que yo. Pues, si mi cuerpo no me acompañaba, lo haría mi boca.

—Mete este puesto en tu culo, Kim.

No pareció sorprenderse con mi insultos, solo río. Lo empuje, pero ahora en su solo hombro, logrando que se volteara levemente. Escapé de ese lugar con aquella oportunidad.

Y esa fue la primera vez que le diriji la palabra a Taehyung.

La segunda fue días después, en una fiesta en la casa de un compañero. Había invitado a toda la clase, era buena. Ese día había tenido una discusión con mi padre por lo que mi idea, a pesar de tener solo 14 años, era beber hasta perder la conciencia. Y fue algo así, borracho hasta la médula bailando en la pista al ritmo de una canción que no puedo recordar. Solo, pero no fue así toda la noche como hubiera deseado. Un chico quería sobrepasarse conmigo. Me tomó de la cintura, me acercó a su cuerpo de una manera grotesta. Yo quería librarme, pero mi fuerza no fue suficiente. Hasta el día de hoy me pregunto porque me ocurren cosas así. Si es que era mi culpa, pero no, cierta parte de mi sabía que no era así. Que era culpa del resto no poder calmarse y las chicas eran las que más sufrían por culpa de ello. Que repugnancia sentía y siento.

A fin de cuentas, Taehyung me salvó como siempre lo hizo y la segunda vez que le dirigí la palabra fue para decirle entre lágrimas: "gracias".

—¿Amor? — suelto una risa amarga mientras por fin me doy cuenta de mi rostro humedecido —¿Qué sabes tu de amor? Si consideras que esto es amor entonces tienes una muy errónea idea.

Se aleja y mi corazón cruje en mi interior. Siento que grita que porfavor me retracte de mis palabras, pero ya no puedo. Solo necesito dormir, necesito pensar.

—Entonces...

—Entonces qué — le interrupo algo fuerte para la situación en la cual nos encontramos —Nosotros solo nos estábamos acostando. No hay nada más.

—Entonces, ¿por qué estás llorando? — el silencio siempre acompaña las instancias de reflexión y está no era una excepción particular —Te conocí así, con este mismo hermoso rostro mojado y no me quisiste decir por qué, ¿Ahora será igual?

Bajo mi rostro, pensando seriamente en las palabras que voy a decir y el efecto que causarán. No temo, es lo correcto y lo más sincero. Sabía que aquella chispa de felicidad no iba a durar mucho y, de hecho, había acabado a la hora de la cena. Suspiro.

—Puedes pensar lo que quieras, pero mis lágrimas no son por ti. — Mis ojos se unen a los suyos, fríos y los de el más que húmedos. Debo ser duro, debo ser fuerte, un poquito más — Ahora, me gustaría ir a dormir. Si me disculpas.


Me dejó ir y, como si mi miseria fuera poca, aquella noche no pude pegar pestaña. Había aprendido a llorar de manera silenciosa para no despertar a Hye, a controlar mis espasmos aunque mi garganta y pecho dolieran como la mierda. Dormir en el baño ya no era una opción.

Es de mañana ya y debo ir a dar mi evaluación de historia. Ahora me siento estúpido debido a que no dormí nada y eso puede afectar mi rendimiento de enorme manera. Me miro al espejo mientras termino de arreglar mi cabello. La ducha estuvo buena y lo agradecí demasiado.

Tomo una pequeña merienda desde las despensas y la echo a mi mochila, no quiero volverme a sentar a la mesa con ellos, no por el momento. Le digo a Hye que voy atrasado, que por eso no me quedaré, pero en vez de que solo me dejara, hizo algo que debía haber imaginado, pero mi mente estaba jugando sucio.

—Puedes irte con JungKook, ambos. Supe que van a la misma universidad.

La universidad, las salas de baile donde disfrutamos uno del otro, en donde nuestro gemidos fueron absorbidos por las paredes antiruido. Donde me volví a sentir deseado por el chico que ahora no me quiere dirigir la mirada, porque la cagué, por la tenía que cagar.

No soy capaz de responder a sus palabras y solo asiento haciendo caso omiso saliendo por la puerta. Un sonido me detiene y lo siguiente que veo es a JungKook acercandose a mi con llaves del auto de su en manos.

best of me × vminkook × minificDonde viven las historias. Descúbrelo ahora