LAMENTOS

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Ya habían pasado 2 meses tras la muerte de sus compañeros, tras la batalla denominada: la batalla de las doce casas.

Y Aquellos que habían muerto en esa batalla, por órdenes explicitas de su diosa, fueron enterrados en un lugar santo, ahí, sus cuerpos descansaban. Era triste saber que casi nadie visitaba esas tumbas.

Aunque santuario, había sido restaurado en su totalidad y aparentemente todo mejoro con la nueva gubernatura de Athena; El dolor, la amargura y la tristeza no desaparecían del todo.

De todos los caballeros dorados que permanecían en el santuario, solo uno aún se refugiaba en su templo, lejos de los demás y apartado de cualquier tipo de acercamiento por parte de otra persona que no fuera Athena o en su defecto Seiya, pues aun con su torpeza e ingenuidad, ese caballero de bronce le recordaba un poco a su hermano.

Aioria, no podía dejar de pensar en su hermano, en como todo se volvió en su contra y la injusticia que se cometió con él, pero, eso ya era parte del pasado y ahora el solo podía añorar su recuerdo, pedir su perdón y anhelar poder verlo un día de nuevo y estar a su lado.

-hermano...- dijo en un susurro, mirando el medallón que tenía entre sus manos. – perdón...- se puso el medallón nuevamente, sintiendo una agradable sensación tras hacerlo.

También estaba saga...a pesar de no querer pensar en él, lo hacía, lo recordaba y hacia todo lo posible para alejar su maligno recuerdo de su cabeza y apartar los sentimientos que albergaba hacia él, esos sentimientos que habitaban en su corazón, cosa que le resultaba difícil y a la vez doloroso.

-Aioria. – escucho la voz serena que lo llamaba a sus espaldas, pero no quiso voltear pues ya sabía quién era y no deseaba hablar con él.

-puedes pasar por este templo, Shaka, si así lo deseas. – le dijo serio e intentando dirigirse hacia su recamara.

Shaka bajo la mirada, era evidente la molestia e incomodidad que su presencia producía en Aioria, aunque después de todo lo que paso no podía culparlo.

Pero a pesar de ello, él estaba decidido hablar con Aioria, si, esta vez hablaría con él y dejaría en claro todas sus intenciones y sentimientos y lo haría aunque Aioria no quisiera escucharlo y siguiera resentido Estaba dispuesto a todo, no quería dejar pasar más tiempo, sin que Aioria supiera lo que el verdaderamente siente y pedir su perdón.

.-Aioria. – volvió a llamarlo, esta vez acercándose a él, Aioria lo miraba de reojo. – quiero hablar contigo, si me lo permites. –

-Shaka, ahora no es buen momento, así que si me disculpas, me retiro. – Aioria estaba por salir pero Shaka se interpuso en su camino, mirándolo a los ojos, Aioria se quedó tieso al ver esos ojos azules, de Shaka, esos que siempre solían estar sellados, ahora los veía y eran enigmáticos, aunque se mostraban serios y seguros,

-no me iré Aioria, no hasta que me escuches. – le dijo serio Aioria solo miro en otra dirección, algo incómodo por la situación.

-está bien, Shaka, dime lo que tengas que decir, pero se directo, no dispongo de mucho tiempo. –

-entonces seré breve. – hablo Shaka acercándosele un poco más, hasta tenerlo frente a frente. Jamás había hecho algo semejante, disculparse, así que tomo acopio de toda su fortaleza y serenidad para hablar. - yo...lo siento, estoy arrepentido por haber callado y no haberte apoyado cuando lo necesitabas, no...no quise hacerte daño, perdóname. – le dijo con honestidad, mas a Aioria parecía no importarle si lo sentía o no, pues para él, el daño ya estaba hecho y nada lo cambiaria.

-muy bien Shaka, ya que así quieres limpiar tu conciencia y redimir tus culpas, está bien. – le sonrió con falsedad. – yo te libero Shaka, estas limpio, pues tienes mi perdón, ahora ya puedes irte y sentirte tranquilo y en paz con todo el mundo.-

A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora