TAN CERCA

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TAN CERCA

Ya todo había retomado su curso normal. Los caballeros dorados permanecían en sus respectivos templos, cumpliendo con el cuidado y protección de su diosa, su deber, como caballeros atenienses.

Así los días transcurrían y la vida poco a poco volvía a tener algún sentido y se veía muy prometedora para todos, menos para una persona, aquella, que solo pensaba que su existencia en ese lugar no era para nada necesaria pensaba que todos estarían mejor sin él.

-sigues lamentando tu suerte, hermanito. - Kanon ingreso por la puerta del templo, mientras se acercaba a su gemelo, quien permanecía recostado en un pilar, con los brazos cruzados, mirando en dirección a la casa de leo. - se nota que te derrites por el león de nema. - sonrió insinuante, saga solo rodo los ojos fastidiado.

-déjame en paz. - fue su respuesta.

-vamos, así es como tratas a la única compañía que tienes, ya que, aparte de mí no hay nadie que te soporte. - Kanon le sonrió cínicamente. - mira que parece que a pesar de que todos dijeron haberte perdonado de "corazón", no parecen sentirse muy cómodos con tu presencia, es más, cuando tu estas cerca se crea un aura muy perturbadora y el habiente se vuelve hostil. -

-¿en serio? No lo había notado. - hablo sarcástico saga mirando a su gemelo de reojo, Kanon solo se encogió de hombros pretendiendo parecer desinteresado e indiferente.

-ya hablando en serio. - Kanon se paró a su lado, Saga lo miro por sobre el hombro.

- me preocupa tu actitud, sé que no debería, pero al fin de cuentas, con todos los defectos que te cargas y todo tu pasado, no dejas de ser mi hermano, así que solo te diré una cosa. - saga volteo su mirada interesado y perplejo. Era la primera vez que Kanon se dirigía a el de esa manera (fraternal).

Kanon hecho un hondo suspiro antes de aventurarse a hablar.

-solo habla con él. - Soltó - tal vez no te sientas mejor pero...al menos así te quitaras un enorme peso de encima. -Le sonrió de lado mientras le daba la espalda para alejarse, mas saga lo detuvo, posando su mano en su hombro, Kanon giro su vista para míralo.

- gracias.- agradecía que Kanon tratara de apoyarlo y apreciaba que intentar ayudarlo.

Le sonrió de nuevo. - Como sea. - Se fue alejando.-si con eso dejas de lamentarte y causar tanta lastima.-ingreso a su recamara dejando a saga solo.

Saga se quedó pensativo, sin apartar su mirada del quinto templo. Tenía que admitir que por primera, su hermano tenía razón. Necesitaba hablar con Aioria, decirle como se sentía aunque esto le resultara muy complicado y difícil. Pero por otro lado, deseaba tanto verlo de nuevo, tenerlo cara a cara, ver sus ojos esmeraldas fijos en los suyos, si, se conformaría con eso.

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Dos figuras, muy parecidas, sostenían una pela en el campo de entrenamiento, frente a algunos espectadores quienes presenciaban la escena muy entretenidos.

-¡vamos, eso es todo lo que tienes! - grito uno de ellos.

-¡dame lo mejor que tengas, Aioria!- Aioros se puso en pose defensiva mientras Aioria se limpiaba la sangre que corría por la comisura de su labio, manteniendo una leve sonrisa.

- si eso es lo que quieres, te demostrare de lo que soy capaz. -

Aioria se puso en pose ofensiva. Intentaba propinarle un golpe a Aioros mientras este esquivaba los golpes con agilidad y rapidez. Hasta que no vio venir un golpe que se incrusto en su vientre haciéndolo retroceder unos cuantos pasos hasta posar una mano en el suelo.

A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora