Lunes después de Clases. El gato de Marinette.

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Estaba nerviosa. Sabía que sus padres jamás le habían permitido tener una mascota, debido a que manejaban en el primer nivel de su casa, aquella prestigiosa y reconocida panadería. Por ello desde siempre, aunque se los pidió muchas veces, le negaron tener una mascota, fuera perro, gato, canario o hámster. Este último en particular era odiado por su madre, pero a ella le encantaban.

Aun así, Marinette no podía dejar abandonado a ese pequeño gatito negro en medio de la calle. Su patita estaba seriamente lastimada y apenas tenía fuerzas para andar. Lo había llevado al veterinario en donde sacó el poco dinero que tenía para que le hicieran la curación y lo atendieran. El veterinario le dijo que al estar a la intemperie tanto tiempo y siendo tan pequeño, sufría de desnutrición y no tenía las suficientes defensas para combatir con la infección de su patita. Sin un hogar, aunque fuera temporal, el minino moriría.

Agradeciendo la atención que el doctor le había dado. Tomó al minino entre sus brazos y lo acunó mientras lo cobijaba con su chaleco negro. Lo cubrió de la fría y húmeda tarde y con gran torpeza, como pudo intentó abrir el paraguas con su mano derecha mientras con la otra, protegía al gatito de la lluvia.

No sabía que iba a hacer. Estaba asustada por la reacción de sus padres al ver al minino, pero ya había tomado una decisión: mientras el minino se recuperaba, ella cuidaría de él y luego le conseguiría un buen hogar. Lo ocultaría en su habitación y pondría un arenero en su balcón. Allí su madre jamás lo notaría y no se concentrarían malos olores que delataran la estadía de su diminuto huésped. Pero existía un pequeño problema.

No había forma de entrar a la casa sin que sus padres se dieran cuenta.

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Estaba agotado. Definitivamente su padre cada día le ponía a trabajar más con esas estúpidas sesiones fotográficas que comenzaba a odiar. El no quería ser modelo el resto de su vida, pero su padre aprovechaba su imagen para promocionar su propia empresa y dado a que él era su único hijo y heredero, prácticamente no tenía opción.

Aquel día se escabulló por su ventana para liberar un poco la tensión que le rodeaba. A pesar de la llovizna, se colocó un impermeable y salió sigiloso de la enorme mansión que lo apresaba. Estaba tranquilo, pues su padre había salido del país para estar al frente del lanzamiento de la nueva temporada. Aquella semana, a pesar de las numerosas actividades que su padre le imponía, estaba libre de sesiones fotográficas.

Caminó en el silencio húmedo de las calles parisinas disfrutando del momento de libertad hasta que la llovizna se convirtió en una fuerte lluvia.

- Genial- murmuró para si un poco frustrado incrementando la velocidad de sus pasos para buscar refugio, en la casa de su mejor amigo que quedaba a sólo un par de cuadras, cuando no pudo evitar poner sus ojos sobre una hermosa chica de ojos azules y cabellos negros, la cual parecía luchar con una sombrilla. Era inconfundible de quien se trataba. Se acercó rápidamente a ella para ayudarla y le tomó la sombrilla sorprendiéndola, notando como un ligero rubor se posicionaba en sus mejillas. Sonrió ante aquella dulzura que solo ella podía inspirarle.

- Hola Mari, parece que necesitas un poco de ayuda- dijo el chico tras abrir el paraguas y ofrecerle una linda sonrisa.

- Gra-gracias- dijo ella un tanto nerviosa ante la mirada del chico-. La verdad yo... si necesitaba. Caes como un ángel... y eres un ángel... !NO¡ Es decir, si pareces uno pero no lo eres. Pero eres tan genial como uno y por eso me gustas... ¡NO! Es que me gustan los ángeles y tu eres como uno... es decir... yo... tu entiendes... yo... si necesitaba ayuda- terminó de decir ella aun más roja que un tomate evitando la sorprendida mirada del chico.

El chico no pudo evitar sonrojarse ante las palabras que le pareció escuchar de la chica. "Le gusto como a un ángel. Seguro", pensó con sarcasmo y un poco de decepción. Pero no les hizo mucho caso a sus palabras, ya que las atribuía a su oportuna ayuda. Creía entender lo que quería decir y supuso que debido a los nervios sus palabras se habían enredado. Entonces un pequeño maullido surgió de entre el chaleco de la chica rompiendo aquel incómodo silencio.

- ¿Qué tienes allí? - inquirió el joven señalando lo que ella mantenía oculto de la lluvia.

Ella le entregó su paraguas y cuidadosamente descubrió al minino que ante el frío soltó un estornudo.

- Lo encontré al salir de clases y lo traje aquí a que lo revisaran. Estaba muy mal, pero ahora resulta que debo cuidarlo para que se recupere bien y sé que mis padres no me lo permitirán.

- Mi padre tampoco me dejará tenerlo, pero estará fuera por una semana- soltó el joven con una sonrisa de picardía-. Si me ayudas, lo cuidaré hasta que mi padre regrese. Luego miramos como hacemos para que tus padres le den una oportunidad. No te digo que me lo quedo porque mi padre no me da descanso, y entre estudio y trabajo apenas tengo tiempo de dormir. Pero esta semana estoy un poco más libre de tiempo así que podría cuidarlo después de clases.

- ¿No será un problema para ti?

- No, al contrario. Creo que me hará compañía. Me gustan los gatos.

Marinette sonrió y le pasó el gatito al joven que lo metió entre su impermeable con sumo cuidado.

- Gracias Adrien- dijo ella conteniendo las ganas que tenía de abrazar al chico.

- No me agradezcas- dijo el joven devolviéndole el paraguas-. Creo que luego me tomaré la libertad de cobrarte el favor.

- ¿Cobrarme el favor? - inquirió extrañada y suspicaz la chica.

- Sip. Tal vez te pida un beso a cambio- soltó el joven guiñando un ojo a modo de broma, pero la reacción que recibió de la joven fue totalmente inesperada para él. Su rostro estaba sonrojado a más no poder.

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Buenooooo... como tengo ciertos problemas con la publicación de la tercera parte de mi libro, decidí escribir este Fanfic de MLB.

Es la primera vez que lo hago y aunque mis amistades lo critican a mi me vale lo que otros digan.

Perdonan la portada. Si alguien me quiere regalar una lo agradeceré.

Acepto críticas. Un abrazo y nos vemos con el siguiente capítulo la siguiente semana.


El Gato Que Nos Unió.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora