WhatsApp «Camren O. S.»

«26. Lauren.

Había caído en la trampa de una sensual morena de ojos café. Me asomaba por la ventana que daba al salón donde ella se encontraba y no paraba de babear.

Mi heterosexualidad era más nula que una antisocial. Tomé un respiro y miré mi teléfono tratando de tomarla por sorpresa. Sonreí ante la idea.

Ve al baño. —

Camz.—¿Qué?

Camz.—No tengo ganas, Lauren.

¿Quieres escuchar mi voz? —

Cama.—Voy saliendo.

Corrí de la ventana al verla caminar a la salida con la excusa de que iba al baño. Me temblaban las manos al caminar a un lugar solitario de la universidad donde sabía que nadie me encontraría. Mi teléfono vibraba en mi bolsillo trasero y reí al ver que era ella.

Me acomodé sobre la rama del árbol y atendí.

—Hola, Lauren.

—Hola Camz. —Respondí con nervios.

—Tu voz es sexy.

—Gra-Gracias. —No podía evitar sonrojarme. El silencio se hizo presente y ella soltó una risita.

—Me parece tierno que te calles, ¿pero dónde está la Lauren que se hace de lobo y me tiene de Caperucita Roja?

Sonreí con confianza. —Estoy segura de que Caperucita no es tan sexy.

—Ahí está. —La escuché reír. —El baño está sólo.

—Tengo una idea. —Se me cortó la voz. —Has una travesura.

—¿Qué tienes en mente? —Preguntó y sacudi mi cabeza sacando todas las imágenes de Camila en mi cama. —Pervertida.

—No dije nada. —Respondí.

—No es necesario... —Ella suspiró. —Saber que piensas en mí me hace sentir halagada y caliente, Lauren.

—No me tientes. —Sentí un calor descender por mi cuerpo.

—¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a castigar? —La escuché reír del otro lado de la línea y yo sonreí pícara.

—Te veo en el depósito de la biblioteca vieja. —Respondí. —Te enseñaré lo que es un castigo, Cabello.

*Llamada finalizada*