Capítulo 2

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1993

Richie se encontraba en su antigua habitación, en casa de sus padres. Había vuelto a Nueva Jersey para descansar luego de los 6 meses que habían llevado de gira con los muchachos. Estaba orgulloso de lo que hacía, había trabajado muy duro para llegar al lugar en el que se encontraba.

Se sentó en la cama y suspiró. La nostalgia lo invadía. Por un momento sintió que volvía a tener 17 años y una vida tranquila. Sacó una pequeña caja del bolsillo de su campera y observó el anillo que esta contenía. Lo de volver por unos días a su ciudad natal para descansar era una excusa en realidad, había vuelto para recuperar al amor de su vida. Sabía que no era una tarea sencilla, pero él haría que el esfuerzo valiera la pena.

Por su parte, Arianna se encontraba en la casa de modas de su mejor amiga. Iba de un lado a otro mientras parloteaba sin parar.

-Es increíble, Rose. Justo cuando decido seguir con mi vida y dejar el pasado finalmente atrás, él decide regresar. Es tan típico.

-Es su hogar también. No es la primera vez que viene de visita, Ari.

-¿Y justo se le ocurre dar un show cuando yo soy la secretaria de cultura? También es la primera vez que estoy oficialmente en pareja desde que nos separamos. Y estoy segura de que lo sabe. ¡Hasta sus padres pudieron decirle! Estoy obligada a verlo.

-No le dejaste opción. Jamás respondiste ni a sus llamados, ni a sus cartas, tampoco quisiste verlo cuando volvió la primera vez... ni la segunda, ni la tercera...

-¡Rose! ¿Eres mi amiga o suya?

-Soy tu mejor amiga. Él fue un idiota por lo que hizo, pero también puedo entenderlo. Y te entiendo a ti... Pero sé que no lo perdonas de orgullosa que eres, y no estás viendo que estás perdiendo la oportunidad de ser feliz.

-Estoy con Alex ahora, estamos bien.

-Pero tú no amas a Alex, amas a Richie.

-Richie decidió marcharse. Y yo tengo derecho a seguir mi vida. Si está arrepentido es su problema.

Rose entendió que su amiga no iba a entrar en razón. Decidió cambiar el tema antes de que todo terminara en una discusión.

A las 7 en punto, Alex fue por su novia para ir a cenar. Ella subió al auto y lo saludó con un corto beso en los labios. El trayecto al restaurante fue corto y ameno. Pero las cosas se descontrolaron un poco cuando la pareja se encontró con el músico en la puerta del lugar.

Los tres se mantuvieron callados durante varios segundos, ninguno parecía animarse a dar el primer paso. Finalmente, Alex tomó con un poco más de fuerza el brazo de Arianna y la obligó a que avanzara junto a él.

-Ari, tenemos que hablar- pronunció Richie con algo de prisa al ver que la oportunidad de charlar con ella se le escapaba de las manos.

-Olvídalo, Sambora. Ella está conmigo- respondió Alex rápidamente, lo estaba esperando.

-No estoy hablando contigo.

-Da igual. Arianna no hablará contigo- Y usando un poco más de fuerza de la que era necesaria, llevó a su novia dentro del lugar.

El moreno pensó en seguirlos y confrontar al hombre, pero no sería prudente armar un escándalo así en un lugar público. Eso tampoco lo ayudaría a que la chica lo perdone. Así que pensó en un plan B...

Ya sentados en la mesa, Ari finalmente tomó la palabra.

-No me gustó nada tu actitud. No puedes decidir por mí, Alex. Además... -ella se llevó la mano al brazo que él había sostenido antes- ¿qué fue eso?

-Mi vida, lo siento. Supongo que me dejé llevar por la rabia. Estoy seguro de que no te hice daño. Solo... quería apartarte de él. Prometo controlarme más la próxima vez que lo cruce. Supuse que no querías volver a verlo después de lo que te hizo. En verdad, perdóname.

Realmente parecía sincero. Ella simplemente asintió y dio por terminado el asunto. Mas, mientras comían, no pudo evitar observar las diferencias que existían entre Richie y su actual pareja. Alex tenía el cabello rubio perfectamente cortado y peinado, además siempre vestía de manera formal y elegante. Llevaba una vida prácticamente monótona.

Nunca había sufrido una actitud violenta por parte suya ni nada, aunque ya no se sentía tan tranquila luego del encuentro con su ex. Prefirió pensar que se trataba de celos solamente.

Alexander Harris fue compañero de ambos en la secundaria. Y siempre existió cierta rivalidad con Richard, cosa que empeoró cuando Arianna se volvió su novia. Alex llevaba mucho tiempo detrás de su compañera, aunque nunca se animó a declararse abiertamente. Por eso fue que se llenó de rabia cuando Sambora se la "arrebató" sin esfuerzo.

Cuando la boda se canceló, el rubio tuvo que insistir por 6 años hasta que Ari finalmente le dio la oportunidad de ser algo más que amigos. Tal vez su actitud de esa noche se debía al temor que le generaba perderla y la inseguridad que Richie le provocaba. La chica deseó que solo se tratara a un hecho aislado, porque no volvería a tolerar algo así.

Cerca de las 10 de la noche los dos llegaron al hogar de ella. Él la acompaño hasta el interior de la casa, donde se sentó en uno de los sillones de la sala. Ari fue a colgar el abrigo en el armario, pero nunca pensó que tal sorpresa la esperaba al abrir la puerta de este.

Richie fue rápido y le cubrió la boca antes de que ella pudiera gritar. El cuerpo de la chica se relajó cuando lo reconoció.

-¡¿Qué haces?! –le peguntó en un susurro cuando él la liberó.

-Tenemos que hablar. Dile al idiota que se vaya- le respondió de la misma manera.

Ari abrió la boca para responderle, pero el moreno la interrumpió.

-Y no, no voy a irme yo. Me quedaré aquí hasta que me escuches.

Los pasos de Alex sonaron cerca y Arianna apenas pudo cerrar la puerta del armario antes de que él entrara.

-¿Todo bien, amor? Estabas tardando demasiado.

-¿Eh? Si, por supuesto. Es que la cabeza comenzó a dolerme y estaba pensando... en donde... en donde guardé las aspirinas- <<Eres una pésima mentirosa>> acusó su voz interna.

-Ya veo- se acercó a ella y la encerró entre su cuerpo y el armario -¿Qué te parece si me quedo a dormir contigo y te hago mimos hasta que olvides ese dolor de cabeza? –Habló muy cerca de su oído mientras le recorría el trasero con una de sus manos.

-Creo que lo mejor será descansar esta noche. Prefiero estar un poco más tranquila. Fue un día largo- Se apartó con delicadeza ya que no quería que él se sintiera rechazado.

La cara de Alex demostraba su descontento, pero finalmente aceptó. Se despidieron junto al auto con un beso un poco más fogoso de lo que Ari hubiera preferido, pero no se lo reprochó. Cuando vio el vehículo doblar en la esquina, finalmente regresó al interior de su hogar. Richie la estaba esperando junto a las escaleras.

-Ese tipo me da asco. ¿Cómo puede ser tan idiota?

-Tú hacías lo mismo cada vez que estaba molesta por algo.

-Sí, y nunca me enviabas a casa ante tal propuesta – La pervertida mueca de Richie la hizo sonrojar, así que decidió cambiar de tema.

-¿Cómo entraste?

-Siempre olvidas cerrar con traba la ventana de tu habitación. Ni siquiera en Nueva York perdiste esa costumbre.

-Quiero que salgas de mi casa.

-No lo haré hasta que me escuches.

-No quiero hablar contigo. Creo que te lo dejé bastante claro en los últimos 8 años. Vete ahora o llam...

La frase quedó a medio terminar cuando la boca de Richie Sambora estuvo sobre la suya.


Every road leads home to you (Richie Sambora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora