Epílogo

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Abril de 1997. Los Ángeles, California.

Arianna se movía inquieta de un lado a otro dentro del espacioso baño. Llevaba casi 2 años y medio casada con Richie. El plan de casarse en Las Vegas quedó completamente descartado horas después de ser propuesto. La unión finalmente se realizó el 17 de diciembre de 1994 en París.

David había metido en la cabeza del guitarrista la idea de que Ari iba a dejarlo plantado en el altar para vengarse, y hubo momentos en los que Richie lo llegó a creer. La cara de alivió que mostró cuando la vio caminar hacia él vestida de novia fue todo un poema. De hecho, el tecladista lo tenía en vídeo.

Luego de unos minutos, Ari tomó el pequeño plástico que tenía en frente. Llevaba un par de semanas sintiéndose mal, pero la alarma se encendió ante la ausencia de su periodo. Fue por eso que decidió hacerse una prueba de embarazo casera. Ahí estaba ahora, el momento de la verdad había llegado.

-Dios, no me atrevo a mirar -Susurró para sí misma.

De acuerdo, tal vez debía admitir que lo que más la aterraba era la reacción de Richie ante un resultado positivo. No lo creía capaz de irse y dejar abandonado a su hijo, pero no quería que viera a su familia como una carga.

Richard estaba tapado de trabajo. Apenas hacía unas semanas que Bon Jovi había decidido parar, por ese motivo nunca se sentaron a charlar sobre el tema de los hijos. Ella lo deseaba demasiado, pero no sabía lo que pasaba por la cabeza de su esposo.

Unos suaves golpes en la puerta la alertaron. Escondió el test en su cartera y tiró los restos en la papelera.

Richie se acercó a besarla en cuanto la vio. Ella le correspondió y lo abrazó por el cuello.

-¿Hoy también te despertaste indispuesta? Si sigues así tendremos que ir al médico -Dijo mientras examinaba el rostro de su esposa.

-Estoy bien, mi amor. No te preocupes.

-Jon y su familia están por llegar, pero puedo decirles que no vengan si quieres descansar.

-Me encuentro perfectamente -Sonrió para tranquilizarlo- Además es el último día de Jon en la ciudad. Hay que aprovecharlo.

En ese momento se oyó el timbre de la entrada.

-Creo que lo invocaste -Se carcajeó Sambora.

Con la presencia de los niños, la casa parecía estar revolucionada en un buen sentido. Richie y Jon corrían por el parque, intentando atrapar a Stephanie que se escapaba de ellos mientras soltaba gritos de felicidad.

Arianna y Dorothea los observaban desde la distancia, sentadas en los preciosos muebles de jardín que la rubia había comprado ni bien se mudaron a esa casa. El pequeño Jesse descansaba en los brazos de su madrina.

-No puedo creer que este hermoso bebote ya tenga 2 años -Susurró Ari mientras dejaba un beso en la cabecita del niño.

-Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando se trata de los hijos. Pronto lo descubrirás -Soltó Dorothea con algo de suspicacia en la voz.

-¿Cómo...? Es decir, ni siquiera yo lo sé todavía.

-Te ves cansada, pálida, ojerosa...

-Con amigas como tú... -Dijo con ironía la rubia.

-Pero tienes un brillo precioso en tu mirada -Finalizó la mujer entre risas.

-En caso de que tengas razón, no sé cómo decírselo a Richie. Tengo miedo.

-Bueno, primero debes sacarte la duda tú. Pero yo no me preocuparía por él. Ya no es un joven inexperto de 25 años.

Ari se detuvo a observar a su esposo. En ese momento el moreno tenía a la niña en sus brazos y la hacía girar por el aire mientras reían felices. Su amiga estaba en lo cierto, debía confiar en Richard.

Ya en la noche, cuando estuvieron solos en la habitación, el guitarrista se acercó a su esposa y la tomó entre sus brazos para besarla de forma apasionada.

-¿Cuántos besos debo darte para que quites esa expresión de preocupada, mi amor? -Le preguntó mientras la sostenía contra su cuerpo.

-Richie... creo que tenemos que hablar. Yo... -Ari levantó la mano para enseñarle el test de embarazo- todavía no vi el resultado, pero creo que esta podría ser la razón de mis malestares matutinos.

El hombre la soltó y se alejó unos pasos para luego observarla de pies a cabeza. Arianna sintió que su corazón dejaba de latir.

-¿Qué dice? -Preguntó él con la voz temblorosa mientras señalaba el pequeño objeto de plástico.

Ari tragó saliva para evitar llorar, pero el nudo en su garganta no se iba. Ahora estaba más aterrada que antes ¿Acaso su esposo pensaba dejarla si había un bebé en camino? Miró la prueba, pero tuvo que enfocar varias veces la vista porque las lágrimas le empañaban la mirada.

-Positivo.

Tres segundos después sintió nuevamente la presencia de su esposo. Este estaba parado frente a ella secándole las lágrimas con el pulgar. La rubia se obligó a ser valiente y levantar la cabeza para mirarlo a los ojos. Cuando lo hizo, se encontró con la sonrisa más hermosa que Richie le había dedicado en toda su vida.

-Justo cuando creí que sería imposible amarte más de lo que te amo, me haces el hombre más feliz de esta tierra.

Ari rió con incredulidad y se arrojó sobre el hombre mientras unía sus labios a los de su esposo. Entre risas y besos, Richie arrastró a su mujer a la cama, donde celebraron la llegada del nuevo integrante haciendo el amor hasta que salió el sol.


Every road leads home to you (Richie Sambora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora