Comin'g to you [MoonSun] [TERMINADA]

VII

Todo esta en el corazón, y eso ha de ser suficiente.

Yongsun.

¿Cómo terminó Moon Byulyi enamorada a mí?

Es algo a lo que le he dado vueltas últimamente, principalmente porque no logró comprenderlo y porque realmente quiero saber qué es lo que llevo a que Byul me amara. Si yo encontrará la razón del porque Byul me ama, entonces quizá yo misma encontraría una respuesta en mi propio corazón. Sin embargo, así como las puestas de Sol son efímeras al final de cada día, los días pasan y sigo sin comprender a Byul.

—Yongsun.

La voz de Irene me saca de mis pensamientos, la taza de café queda a medio camino hacia mi boca y observó con curiosidad a mi hermana mayor a mi lado.

—Pareces realmente preocupada.

—Oh no, no lo estoy. —niego rápidamente. —Es sólo que estoy pensando demasiado en algo.

—Eso es lo que la gente normal llama preocupación.

Siempre he admirado la forma en cómo Irene es tan asertiva al momento de leer a las personas o de descifrar el ambiente a su alrededor. Quizá es por eso que decidió ir por la abogacía, parecía que esa carrera había sido creada exclusivamente para ella.

—¿Sabes, Yongsun? —su voz llama mi atención de nuevo. —Siempre has sido el tipo de chica que se envicia con las cosas que hace.

Eso me desconcertó por un momento.

—Nunca has sido capaz de dejar a medias algo una vez lo empiezas, por eso es por lo que eres fácilmente influenciable. Tu personalidad es del tipo con el cual intentará de todo con tal de lograr su cometido, por eso admiro esa parte de ti.

» Sin embargo, tu actitud incapaz de leer el ambiente o de comprender realmente a otros es aquello que suele ir en tu contra y, te hace pensar, pensar y pensar. Si sigues así, entonces un día todo aquello que no logras entender explotará, y para cuando ocurra aquello ya podría ser demasiado tarde.

No logre comprender del todo las palabras de Irene, pero muy en el fondo sabía que ella tenía razón.

—Lo que sea o quien sea que te preocupé. —Irene continuo mientras bebía el último sorbo de su taza de café. —No deberías de darle demasiadas vueltas, al final, la respuesta no siempre está aquí. —dijo mientras tocaba mi frente con el dedo índice de su mano libre. —A veces todo simplemente está aquí.

Irene finalizó su discurso tocando levemente su propio corazón. Entonces ella me miro una última vez antes de levantarse de su asiento y marcharse.

Yo quede completamente sola y por primera vez en diez años, la sensación de soledad me pareció desagradable.

Quise que Byul estuviera ahí, sólo para observarla leer en silencio y así sentir al menos la compañía de otra persona en mi vida. Sin embargo, mi corazón no estaba preparado para aceptar el siquiera admitir que deseaba la compañía de aquella adolescente, y yo aún no lograba entender porque específicamente la quería a ella a mi lado.

[...]

Cuando me encontré con Rosé en la universidad más tarde, pude notar que ni ella ni yo parecíamos ser las mismas. Ella se veía ida y yo me sumergía en pensamientos donde no lograba descifrar como pensaba una adolescente cinco años menor a mí.

Byul inundaba mis pensamientos casi toda la semana y, cuando el viernes llego, me sorprendió verla hablando con aquella chica llamada Jung Wheein y otra más que no logre reconocer. Quizá esto es algo a lo que sólo yo le he estado dando vueltas, pero al observar el lenguaje corporal de Byul, las expresiones de su rostro y la forma en cómo se expresaba con estas dos chicas como si fuera la persona más serena y madura del mundo, me desconcertó. Conocía a Byul lo suficiente como para saber que ella no era así. Byul era el tipo de chica penosa y mimada que era muy expresiva ya que sus emociones eran fáciles de leer en su rostro.