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EL JUEGO DE DADOS

"El juego del amor suele ser la más hermosa maldición o la más grande bendición, creo que solo uno elige que parte del dado ser".

Adam

Era Jessica, el sujeto de la capucha, que ahora resulta ser chica de la capucha, era Jessica.

Eres tú... aun sin poder hablar muy bien tras mi resaca por lo que anteriormente había vivido, me recosté contra un muro.

Analizando metódicamente la situación la ataqué con preguntas...

Antes de terminar la oración de la sexta pregunta... me percate que no recibía respuesta alguna.

Decidí reformular:

-Quisiera entender, ¡por favor!

-Quiero que entiendas.

-Si no respondes a mis preguntas creo que será más difícil de entender, acaba de morir en mis brazos mi mejor amigo desaparecido hace unos minutos atrás el cual me dejó con aun más dudas.

-Él sabía quién era y como había aparecido en tu vida, yo decidí traerte hasta él, Tomy no quería que supieras nada aun pero necesitaba tu ayuda, pero no quería admitirlo. No tengo mucho tiempo. No, corrijo, no tenemos mucho tiempo. Es hora de que sepas toda la verdad.

-Te escucho.

Jessica

Hice un esfuerzo más para poder llevar en mi memoria la muerte de un amigo. Tomy, era grande y confiaba en que no llegaríamos a estos extremos de hablar con Adam pero las cosas se salieron de control.

-¿hacia dónde vamos? –Dijo Adam desafiante-.

-A mi casa.

-Nunca nos dejabas acercarnos a tu casa, ni a mí ni a ninguno de los chicos.

-Por la misma razón, no tenías que enterarte de mí procedencia. –Dije un poco cortante-

Al llegar a mi casa entramos por una puerta lateral a la misma, bajamos por un corredizo y llegamos a una gran pared. Dispuse mi mano sobre una esquina de dicha pared y a continuación se abrió un cerrojo y entramos.

-¿Qué es todo esto?, el laboratorio secreto que nunca me enteré, Jessica, ¿desde cuándo eres así?

-Es una larga historia pero estoy dispuesta a contártela, desde el inicio.

-De acuerdo, solo prométeme que no pasará nada extraño en los próximos minutos.

-Eso no te lo puedo asegurar. La vida es como un juego de dados y es impredecible saber dónde se nace o que deparará nuestro camino.

-El azar no existe, Dios no juega a los dados.

-Me gusta mucho Einstein, pero deberías leer a Stephen Hawking.

Retomando al tema, hace dos años y algunos meses atrás tú y tus amigos les ocurrieron

–antes de terminar, la interrumpe Adam.

-Me sacaron del instituto porque cometí algún daño en el sistema y no recuerdo mucho pero desde ese entonces la vida me ha dado vueltas.

-No, en realidad te suministraron una sustancia que estaban probando desde hace algunos meses y tú estabas consiente de ella pero no creíste que la usarían en tu contra. Dicha sustancia alberga un narcótico no reconocido que genera la pérdida de memoria o de recuerdos en alguna persona.

-¿QUÉ? Fui base de un experimento científico.

-No, solo fuiste un obstáculo en una operación, al igual que Tomy y muchos otros que intentaron revelarse.

-¡Dios! Y ¿Por qué yo sabría de este proyecto científico?

-Tú, eres o fuiste quien comandaba muchas operaciones encubiertas de una importante firma de investigadores y agentes del gobierno. Pero como ya te digo, cometiste algunos errores tratando de descubrir el porqué de dicha sustancia y los usos de la misma.

No podría seguir contándote hasta que leas estos documentos que eran de Tomy.

-Extendí mi mano y tome la carpeta –Revisé por encima todo el contenido en ella y leía títulos de: "Aprobado por el gobierno" "Salva inocentes" "Saca la verdad a malhechores por soborno" "Contenido desconocido de narcótico" "ayuda a media población en crisis de depresión"

Pero los títulos no son negativos en su totalidad-comenté-

-Pero la verdad siempre tiene dos caras. Lo que no mencionan ahí es que se puede contralar que parte de los recuerdos quieren ser borrados.

-Eso quiere decir que puede manejarse a una persona para la conveniencia propia.

-Es correcto.

-Ahora no puedo imaginarme este contenido en las manos equivocadas –pensé en un segundo- ¡BORRARON MIS RECUERDOS! –grité sobresaltándome-

-Sí, pero tu esencia no está perdida, y Tomy no perdió nunca la fe en que podríamos recuperarte. Ahora solo hay que tratar de encontrar el mejor camino para llegar a ellos.