Amar Es Gratis.

El vestido

Recuerdo cuando la lleve a su casa, quería tanto besarla en ese momento, pero, cuando quise hacerlo me percaté de que alguien veía desde dentro de la casa por una ventana y no quise causarle problemas.

Estoy tomando un café a la espera de qué Verónica termine su turno. Cuando la veo que viene con su cartera me dispongo a irme con ella , me mira algo intrigada o nerviosa y me pasa un papel y se marcha a los baños.

Lo leo : ya no puedo retrasar lo que tanto llevo deseando, si tú también lo quieres te espero en el baño de chicas.

ATT: una chica caliente.

El simple hecho de leer esto y de imaginar lo que me espera hace que mi cuerpo responda, no lo dudo más, voy a donde dice el papel.

Cuando entro en ese baño, solo está ella allí esperando. No aguanto mas y la beso con locura, ansias, ella lo corresponde de la misma manera que yo. Nos tocamos, le quito su tichert, continuo besando esos labios que me tienen loco. Dejo sus labios y recorro su cuello con mi lengua y con mis besos, sus pechos, me hago dueño de ellos al igual que su boca. Ella solo gime de placer y me pide que no me detenga. Suelto sus jeans y la subo a la encimera del baño.

Nos besamos como locos hambrientos. Me suelto el pantalón y le quito los de ella, me coloco entre sus piernas y cuando va a pasar lo que ambos queremos. Me despierto sobre saltado al escuchar mi teléfono.

¡Maldición! Todo fue un sueño, joderrr ¿por qué desperté justo en ese momento?. ¡Maldito teléfono!

Verónica

No esperaba esa llamada de él, pero me gustó tanto escuchar su voz antes de volver a dormir, es como un calmante para mi ansiedad. ¿Será que estoy enamorada de Christopher? ¿Él sentirá lo mismo que yo?.

Dejo todo eso a un lado, y me recuesto para dormir, mañana tengo que contestarle, pero ya no lo tengo que pensar, quiero verlo otra vez y salir con él.

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- Verónica aterriza por Dios, solo estás ahí plasmada y no pruebas tú comida.

- Es que no tengo hambre Ros.

- ¡hay mi amiga! Eso es amor, ¿te enamoraste de él?

- No lo sé, pero no dejo de pensar en él, estoy casi segura que a él le pasa lo mismo. Me invito a cenar otra vez.

- ¡¿Qué!?... ¿y aceptaste?.

- Aun no. Le pedi hasta hoy para responderle, pero quiero salir con él.

- Pues llámalo y dile que sí. Y que te de los detalles de la cena. ¡Anda que esperas.!

Busco mi teléfono para llamarlo y de inmediato Ros se pega al teléfono para escuchar lo que él me dice. Timbra, y timbra.

- ¿Hola?

- Hola Christopher.

- ¿Verónica?

- Sí.

- Que gusto que me llames.

- Gracias, es que quedé de darte la respuesta de la invitación de la cena hoy.

- Cierto. Y que me dices entonces.

- Acepto tú invitación.

- ¡Perfecto!. Me alegra mucho que allas aceptado. Pasaré por ti el sabado a las 7:00 pm ¿te parece?.

- Sí. ¿Algún requisito para esta cena?

- No. Solo tú presencia y belleza.

- Ok. Pues ambas te esperaremos en mi casa.__ le digo algo sarcastica pero felíz por sus palabras.