Fumu nunca había visto tanta emoción dentro del mismo Kirby. Este saltaba y tiritaba por todas partes mientras ella intentaba anudarle un pequeño moño rosa al cuello, siendo la única forma en que podía arreglarlo para que se viera "formal" para la ocasión. Aunque en realidad seguía viéndose igual que siempre.
—¿Estás listo, Kirby?— preguntó ésta mirándolo con una sonrisa alegre. Él de irises azules dio un saltito aún más grande de emoción mientras soltaba un chillido ilusionado.
El nombrado llevaba su usual suéter rosa, debajo llevando una camisa blanca y el dichoso moño rosa en el cuello a modo de gargantilla. El pelo crecido hasta un poco más abajo de la mandíbula recogido de su cara por un broche dorado con cintillo en forma de estrella, el demás pelo recogido en una coleta que caía por su espalda con cierto aire infantil.
Ella soltó una risilla divertida, sintiéndose algo tonta por intentar hacerlo verse diferente.
—Kirby nunca cambiará ni dejará de verse así...— murmuró Bun con cierta diversión también, pero de alguna manera le resultaba a veces algo molesto que Kirby se viera tan delicado: Le habían enseñado a ser más cuidadoso con las niñas, no podía golpearlo como a sus demás amigos, ¡No era su culpa que pareciera una!
—Ya deberíamos estar yéndonos... Quiero que lleguemos a tiempo para el intercambio— sonrió una vez más para empezar a caminar hacia la salida, siendo seguida de cerca por ambos chicos.
La luz del festival podía observarse desde el monte donde habían puesto la casa de Kirby, terminando la escena con el barullo de la multitud en el pueblo. El olor a flores y comida era imposible de ignorar aún a esa distancia, haciendo babear al más joben de los tres.
Los pies de Kirby aceleraron el paso hasta casi estar corriendo hacia el lugar, guiado también por las risas de sus amigos.
Fumu observó su propio regalo de intercambio; una caracola de las más bonitas de su colección, habiéndola seleccionado por su color rosado salmón de irisado tacto. Bun llevaba en manos un pequeño barco de madera que había pasado haciendo un día entero de un pedazo de madera.
La rubia se quedó entonces paralizada. No le había dicho nada sobre un intercambio a Kirby; con lo inflexibles que eran los Cappys seguramente íban a casi ejecutarlo por no llevar nada.
Se giró hacia Kirby alarmada, ya abriendo la boca para decirle cuando lo observó llevando una pequeña flor blanca -algo así como una margarita- y una paleta de remolino amarilla y rosa, ambas siendo cuidadosamente sostenidas para no maltratar la planta.
Sonrió enternecida: no necesitaba decirle a Kirby que fuera amable, él ya lo era por si sólo.
¥€¥€¥
—Mantengan los ojos abiertos— ordenó a los dos jovénes mientras fijaba la vista en el centro del barullo. Todos se mantenían bailando o comiendo, ignorantes del peligro que podía implicar haber invitado a Dedede a tan inofensiva festividad.
Apenas se había enterado Dedede de la celebración su rostro cambió a uno ligeramente malicioso. Él y su pupilos habían asistido para vigilar, como habían dicho a Fumu, pero habían ido de acuerdo a la ocasión, no queirendo resaltar más de lo normal.
Sable y Espada habían cambiado sus armaduras por una tunica que cubría hasta sus pies de color negro con cinturón del mismo color que sus cascos, siendo en el caso del enigmático caballero un traje formal de saco y corbata, camisa blanca. Los tres todavía llevando sus respectivas máscaras cada uno, siendo la marca del extínto Ejército Estelar el anónimato de sus rostros.
Ambos jovénes observaban por encima de las hombreras del caballero con los ojos entornados en curiosidad por el ambiente tan amigable y cálido. En su entera vida habían visto algo parecido. En la roca árida que antes llamaban hogar todos siempre tenían una mirada hostíl y desconfiada, vigilando cada uno de los movimientos ajenos para determinar a tiempo si era seguro hablar o mejor huir tan rápido fuera posible.
Aquí no; todos se movían confiados y libres, sonriéndose los unos a los otros, tomando una mano ajena y riendo sin preocupación alguna. No era posible. No parecía verdaderamente posible.
Era tan diferente. Se atrevían a afimar que incluso parecía una Utopía...
—Mira. Parece ser...— Espada llamó la atención de elle otrx joven, mirando al centro de toda la festividad a la vez que daba un codazo.
—... Muy lindo— completó Sable clavando la mirada en su compañerx a la rendija del casco que les permitía ver. Ambos sonrieron imperceptiblemente por la máscara, mirando con aún más interés el centro de la plaza.
El caballero se giró a ver de reojo al escuchar unos leves susurros en su espalda, atrapando al par hablando mientras miraban con cierta ilusión todas las acciones de las personas.
—Espada, Sable— habló llamando su atención aparentemente serio —¿En qué están pensando?— preguntó sin girarse, escuchando a sus aprendices soltar blabuceos y algunos tartamudeos relacionados con tranquilidad y calidez.
—¿Quieren formar parte de ésta...— ambxs bajaron la mirada y se encogieron ya sabiendo la palabra que iba a utilizar: "estupidez" —... amena festividad?— completó, sorprendiendo en gran manera al par. Estos parpadearon incrédulos.
—Señor. Sí nos lo permite...— habló Sable —... Sería muy agradable— completó Espada.
—Vayan a vigilar más de cerca— eso era lo más parecido a un "diviértanse" que iban a escuchar de su parte -y de paso, también sería lo más amable-. Ambos jovénes se adelantaron, acercándose primero dudosos hasta ser vistos por Honey, que llamó a su amigo rápidamente.
Las personas no tardaron en incluirlos en el baile y el festivo ambiente, aún estuvieran extrañados por su participación en alguna festividad siendo que usualmente permanecían al margen junto a su Señor. Honey y Hohhe tiraron de las manos de Espada y Sable, arrastrándoles hasta donde bailaban todos juntos, ignorando olimpicamente las quejas de ambos.
Una sonrisa de medio lado se formó en boca del mayor ante la cómica escena de sus dos pupilos siendo guíados por un par de niños. Giró la cabeza al escuchar la voz de Fumu en la entrada de la plaza.
Sonrió apenas captó por el rabillo del ojo al pelirosa caminar alegremente, volviendo a fijar la vista hacia el frente mientras los escuchaba acercarse. Dío una última mirada a sus pupilos antes de encarar a los tres
—Señor Meta Caballero— saludó Bun apenas estubo a su lado, Fumu conteniendo a Kirby para que no fuera a arrasar con la comida enseguida. Este ya babeaba con los ojos clavados en el pastel.
—Bun, Fumu, Kirby— saludó bajando la cabeza solemne a manera de saludo.
No pudo evitar examinar directamente al pelirosa. Era... sin cabida a dudas, tierno; con su sonrisa y brillo inocentes que parecían eternos, inclusive cuando estaba triste podía vislumbrar un sol en su interior, siendo absurdamente andrógino e infantilmente optimista aún a pesar de ser un muchacho de unos 100, ¿150? De una edad correcta para comenzar a desarrollarse como hombre.
Pero parecía que siempre iba a ser así de...
Perfecto.
—Señor Meta...— escuchó la voz de Fumu a pésar de haberse sumergido casi totalmente en sus pensamientos. —¿Qué significa para ud. El color azul claro?— se paralizó al captar el sentido de esas palabras.
Se resignó con una imperceptible sonrisa, apartando la mirada que había adquirido ese color hasta regresarla a las personas del poblado.
—Es un color relacionado con el orgullo por todos nosotros.— los resplándores visibles como ojos cambiaron de nuevo a un neutral amarillo.
Bun miró con duda a Fumu, ambos encogiéndose en hombros.
Guerreros Estelares y sus innúmerables secretos...
ESTÁS LEYENDO
Porque... [HUMAN! MetaKirby]
FanfictionPorque siempre necesitamos a alguien que nos guíe en lo que somos inexpertos. Por que él era la persona más experta y capaz que conocía. Porque su joven e inocente corazón siempre latía mucho más rápido de lo normal al verlo blandir su espada con es...