Capítulo 2

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Luego del pesado viaje en escoba, ambos muchachos llegaron al reino de la buena madera, Arcontia. Gran mayoría de sus habitantes estaban involucrados en la carpintería, eso se notaba en las enormes puertas talladas de cada casa y los hermosos muebles de distintas maderas que salían por montones a la venta.

-Wow.-mirando todo a su alrededor- ¿viste esas estatuas de madera con animales?

-Se llaman Tótem.-con la seriedad que lo caracteriza- son comunes aquí.

-Yo nunca he visto uno.-

Atsushi vivió desde su nacimiento junto a su manada en el bosque en cuevas, no tuvo las comodidades que un humano normal tiene o esos lugares bonitos que observaba, son weretiger, no necesitaban banalidades más que comer y un lugar donde dormir, sin embargo Atsushi era la oveja negra de la familia y adoraba tener ciertos libros con información de la vida humana. El albino seguía los pasos del mago hasta que llegaron a una estación de trenes.

-¿Y esto?.-

-Una estación, ¿acaso tampoco viste una?.-

-No, bueno si bueno.-trato de calmarse y evitar tartamudear- en casa tenía un libro que me enseñaba algunas imágenes sobre el mundo exterior.

-Esta es la línea de trenes más famosa del continente.-sintió en el deber de explicar ciertas cosas al tigre por su poco conocimiento- si estamos tomándolo no es por ello.

-¿Entonces?.-

-Nuestra siguiente parada es Ethana, ellos son muy precavidos con los objetos mágicos, pocos tienen alguno y esos pocos llevan una autorización especial de su reino.

-Entiendo, por eso no iremos en escoba.-

-Exacto.-

Akutagawa compró los boletos del tren, sus pertenencias fueron llevadas hasta sus asientos con ayuda de los conocido por toda Arcontia "botones de trenes" que no eran ni más ni menos que gnomos, una mueca de fastidio se instaló en el rostro del pelinegro al sentarse en el cómodo mueble de cuero.

-¿Por qué esa cara?.-Atsushi comento ni bien el gnomo los dejo solos.

-Me molesto ver ese gnomo.-no tenía porque ocultar sus verdaderos pensamientos.

-¿Te desagradan los gnomos?.-

-Me desagrada verlos trabajar aquí.-sabía sobre el trabajo de los gnomos, en este continente siempre se habla de ello y más si en tu lista de visitas es la estación de trenes de Arcontia-

Atsushi quería recriminarlo, no tiene nada de malo que trabajaran aquí, Akutagawa sonaba un poco ¿racista? Tal vez por eso siempre anda insultándolo y dando peleas verbales, por culpa de ser una criatura mágica.

-Los gnomos son criaturas mágicas que aman estar en la naturaleza y vivir en ella sin molestias.-dijo el mago mientras su mirada estaba fija en la ventana- deben estar estresados entre tanta humanidad.

Ese comentario hizo abrir los ojos con sorpresa al albino, "así que eso era", una parte de él estaba aliviado y otra avergonzado por pensar mal de su compañero.

Tomaron una pequeña siesta, el tramo de viaje de Arcontia a Ethana es largo y necesitan descansar. A penas amaneció los primeros rayos del sol dieron en sus rostros, se distrajeron con la vista de las verdes colinas a sus izquierdas y el enorme lago en la derecha, el tren iba en un estrecho riel a su lado paso otro tren saludando con el pitido del silbato. Atsushi de vez en cuando observaba por el rabillo de su ojo al mago frente suyo, no tenia idea de que tema hablar y ni si quiera sabia si Akutagawa estuviese dispuesto a dirigirle la palabra, el silencio entre ellos era muy incómodo, mejor compañero de viaje no pudo tener, ese silencio terminaba con el vapor que descendía a medida que llegaban a su destino.

Las piedras de MerlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora