Una nueva mañana en la hermosa Konoha, donde se podía ver a los comerciantes abrir sus tiendas, a los niños despertando con un beso de su madre y repoblando el parque con niños jugando, los adultos dirigiéndose a la torre Hokague para pedir alguna misión... en fin, como cada día que iniciaba en esta aldea de paz...
Más nadie sabia que el hoy cambiaría el mañana.
Claramente, este día era especial para todos aquellos que aprobaron el examen de graduación para su generación, siendo el de los herederos de los clanes el de ahora. Cada uno de los jóvenes despertaba con los rayos del sol que caían sobre su cara o por el grito de su madre que les decía que eran unos flojos problemáticos, pero eso era en tan solo un caso.
Pero también nuestro rubio amigo se levantó temprano por la emoción de convertirse en ninja de su aldea y pronto en Hokague... y , bueno, también contaba que se levantó temprano porque tenia ganas de ir al baño, pero eso es superficial. Se arregló, se bañó e incluso se peinó, aunque su cabello rebelde no le obedecía pero al menos lo intentó, y finalmente, se puso su banda ninja en su frente y se vio al espejo con una sonrisa de nostalgia al recordar que esa banda es de la primera persona que confió en él.
"Juro que la protegeré y la llevaré con orgullo, Iruka-sensei"
Y con eso en mente, salió de su apartamento a comenzar un nuevo día con una sonrisa.
En otra parte de la aldea, podemos ver a un azabache despertando y levantándose de su cama con cierta flojera hasta que recordó que era el día de la graduación donde se escogerían los equipos. Solo pedía que no fuera un equipo de incompetentes que no sabrían hacer nada o con un sensei raro, no era demasiado pedir, ¿no?. Entró al baño para bañarse y asearse como todas las mañanas, más, por alguna razón, sentía una sensación extraña, tal como aquella vez con su hermano, tenía un presentimiento, lo sabía, era de que algo muy importante que cambiaría su vida iba a suceder, pero pensó que quizás solo era lo de la elección de equipos, así que lo ignoró. Desayuno, se alistó y cerró la puerta de su casa.
"Solo son patrañas mías... No pasará nada especial hoy"
Y con eso en mente, salió del Barrio Uchiha a comenzar un nuevo día con una mascara de frialdad en su rostro.
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Tal como se esperaba, todos llegaron a tiempo, incluso Naruto, que siempre llegaba tarde. Al llegar el rubio, se pensaba sentar en un lugar en la esquina del salón pero, por alguna extraña razón, sentía una necesidad de sentarse junto al Uchiha, cosa que le pareció extraño, pero no se negó a hacerlo.
Cuando el ojiazul se sentó, el azabache no sintió molestia, sino, un deseo de acariciarle la cabeza y despeinarlo como lo hacia su hermano menor a él. Bufó molesto y solo giró su cabeza.
En ese momento llegó Shikamaru y cuestionó sobre la razón por la que estaba ahí, el rubio contestó que se había graduado y el peinado de piña solo susurró su tan conocido "problemático". Pero en ese momento llegó la Haruno haciendo carreritas con Ino y empujó a Naruto como todas las demás, algo que a Naruto enojo, pero no quería enfrentarse a él, sino, sentía que debía ayudarle contra todas esas fangirls que lo acosaban.
Al poco tiempo, entró a la clase Iruka que usó su Jutsu de Cabeza Gigante para calmar a todos y, por supuesto, se sentaron enseguida. Luego de esto, procedió a decir un discurso de despedida muy aburrido, que nadie prestó el mínimo caso ya que lo que interesaba a todos eran los equipos.
El rubio se hubiera sentido ansioso sino fuera por las pulsaciones que sentía en su cabeza (como en Naruto Road a Ninja, solo que en vez del estomago, sera en la cabeza)que le molestaban de sobremanera y que no lo dejaban pensar.
"No... Otra vez no" Pensó frustrado ya que había sentido esas pulsaciones semanas antes pero estas eran mucho mas fuertes que antes. Desesperado, veía hacia todos lados en busca de alguna persona que le pudiera ayudar pero todos estaban en sus propios mundos.
Al ver esto, solo hizo lo primero que se le ocurrió para poder salir de aquel salón de clases para tranquilizarse.
-I-Iruka-sensei -Llamó mientras levantaba una mano. Iruka lo miró un poco molesto porque había interrumpido su "conmovedor" discurso de despedida.
-¿Qué necesitas, Naruto? -Preguntó un poco fastidiado.
-¿P-puedo ir al baño? -Pidió nervioso pero el sensei lo miró molesto.
-Lo siento Naruto, pero tienes que esperar hasta que termine la platica y dé los equipos, así que no. -Declaró volviendo a reanudar su "platica" super larga.
El rubio se dio por vencido y solo trataba de aguantar las ganas de gritar que tenía mordiéndose su labio inferior con fuerza. Gotas de sudor frío caían por su frente reflejando que estaba al punto del colapso por aquellas pulsaciones que a cada segundo se volvían mucho mas fuerte.
-Muy bien, ahora diré los equipos. -Mencionó el maestro. Naruto hizo un sobre esfuerzo para poder oír al menos eso.
-El equipo 7 será conformado por: Naruto Uzumaki, Sakura Haruno -La pelirosa se deprimió pero todos se sorprendieron de que el rubio se mantuvieera callado- Y Sasuke Uchiha. -La pelirosa celebró pero ni Naruto ni Sasuke hicieron el minimo caso, aunque si se les veía de cerca, se podía ver que ambos tenían una mueca de dolor en el rostro.- El maestro jõunin a cargo será Kakashi Hatake.
Y así, continuó nombrando los equipos hasta que dijo el ultimo y se preparaba para irse.
-Les deseo lo mejor, y espero que...
-Iruka-sensei, ¿Puedo ir al baño? -Repitió el rubio interrumpiendo al sensei.
-YA VE DE UNA VEZ!!! -Gritó enojado por que siempre lo interrumpía.
El rubio practicamente voló y salió apresuroso por la puerta. Iruka suspiró cansado y se acercó a la puerta para poder salir pero de pronto escuchó algo caerse afuera del salón.
-AAAAHHHHHH!!! -Ese fue el gritó que se escuchó en todo el edificio de la academia.
Todos estaban sorprendidos y asustados por aquel grito tan descomunal que les puso la piel de gallina. Iruka estaba alertado porque reconocería en cualquier parte la voz de su alumno favorito y corrió tan rapido como sus piernas se lo permitieron para abrir esa puerta de madera para encontrar una escena poco normal: Un pequeño rubio en el suelo tomándose la cabeza con desesperación mientras gritaba con toda su fuerza.
-¡Naruto! -Gritó el sensei al verlo en aquel estado. Intentó acercarse a él pero el ojiazul se alejaba de todos.
Los alumnos salieron siguiendo a Iruka porque su curiosidad y miedo sobre saber el origen del ruido era muy poderoso, pero claramente nunca esperaron que el causante de ello era su insoportable compañero rubio.
Todos se asustaron de sobremanera al ver a su compañero, pero aún más al oír sus gritos que asustarían al propio Shinigami. Iruka trató de tranquilizarlo pero los gritos del pequeño no cesaban ante nada ni nadie, viendo incluso que de sus azules y brillantes ojos salían frías lágrimas de dolorque reflejaban que estaba sufriendo algo muy malo.
Al pensar que la situación no podría ser peor, algo igual se oyó.
-AHHHHHH!!! -Gritó esta vez Sasuke tomándose la cabeza y arrodillandóse del dolor que sentía.
-Sasuke... ¿También tú? -Se preguntó internamente el castaño al encontrarse en la peor situación que un maestro podría tener. No sabía a cual atender y ni quería decidir, entonces ¿Qué hacer?
Lso niños tampoco sabían que hacer. El ver simplemente que su rubio compañero y el azabache se habían vuelto practicamente locos, realmente no sabían cómo reaccionar.
Los gritos cesaron de pronto, nadie se movía ni hacía el más sutil movimiento. Lo único que se pudo oír fue un último al unísono de ambos.
-INDRA-TEME!!!
-ASHURA-DOBE!!!
Y eso fue lo ultimo que dijeron antes de caer inconscientes en el frío suelo...
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¿Reencarnados?
FanfictionNaruto y Sasuke son dos personas completamente distintas y con sueños diferentes que cada uno planea realizar a su manera, sin tener relación alguna mas que como rivales y con odio mutuo, pero ¿Qué pasará si, por alguna razón, les llegan sus recuer...