Inigualable

216 7 7
                                    

     Ha pasado un año desde que mamá no sale de su habitación, ese oscuro lugar se ha convertido en su refugio, su acompañante; sus paredes guardan sus secretos y sus cobijas contienen su sufrimiento. Es irreconocible la mujer que veo desde el pasillo, su rostro pálido ya no tiene aquel aspecto de mujer valiente, sus ojos no brillan como lo hacían al verme llegar, sus manos se han convertido en solo huesos con piel pegada a ellos, su cuerpo parece ser más delgado que el mio; de no ser por ese enorme estómago que alberga su pesadilla.

     Todo inició en el año 2000, cuando el doctor le dijo a mamá que tenía un problema en su ovario izquierdo; una masa quística del tamaño de una naranja, no parecía ser nada grave hasta ahora, su "pequeña naranja" parece ser del tamaño de seis bebés creciendo en su vientre. Que le impide subir las escaleras de la casa, le prohibe caminar mas de 20 metros sin agotarse, le hace casi imposible compartir con su familia, la hace sentirse avergonzada y sin ganas de nada.

Justo cuando más te necesito mamá.

     Me siento perdida. No hay nadie a quien pueda acudir, la necesito a ella y solo a ella. Sólo su abrazo podrá hacerme sentir que todo está bien. Necesito ver su sonrisa reconfortante y sus ojos verdes brillando.

     ¿Cómo nos hemos permitido llegar a este punto, mamá? Soy demasiado pequeña y frágil para soportarlo, me enseñaste a tolerar mi dolor pero no me dijiste que debía aguantar el tuyo también. Desearía estar en tu lugar, quizá yo sea menos terca, quizá conmigo sea distinto, quizá...

De vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora