Las semanas pasaban y la recuperación de mamá era bastante notoria, se estaba quedando en casa de Danelle ya que no podría subir las escaleras de nuestro hogar. Caminaba una hora en la mañana para estirarse, Roger le hacia batidos nutritivos cada día y se hacía cargo de los gastos de medicamentos y todo lo que mamá necesitara. Francis la visitaba más seguido y Ariana se encargaba de ayudarle a Danelle después del trabajo. Yo pasaba después del colegio a ayudar en lo que hiciera falta y también me encargaba de arreglar nuestra casa, lo cual no era mucho trabajo porque nadie estaba allí durante mucho tiempo.
Los exámenes estaban por terminar y yo no había tenido mucho tiempo para estudiar, nos aplicaban dos por día y eso requería el doble de esfuerzo. Mi cabeza de verdad iba a explotar, no entendía a quien se le habría ocurrido juntar literatura con historia para el mismo día. Debía leer un libro completo, dos ensayos sobre la segunda guerra mundial y memorizar todos los apuntes de mi cuaderno, todo para el día de mañana.. No había tenido tiempo ni de cenar y sentía que quería explotar. Escuché que alguien subía por las escaleras y luego tocaron mi puerta al mismo tiempo que la abrían, era Roger.
-¿Que estás haciendo? Te envié un mensaje para que alistaras las cosas de mamá, necesita ropa, la crema hidratante y unas cosas más.
-Lo siento no he visto el celular, mañana tengo dos pruebas y no tengo tiempo. Tendrás que alistarlo tu, en serio no puedo.- dije sin ni siquiera alzar mi cabeza, debía continuar leyendo aunque mi mente ya no recordara lo que decía la línea anterior.
-Genial, ¿crees que no estoy cansado? Vengo del trabajo y he tenido que estar de un lado hacia el otro. No he cenado ni descansado en tres meses. Así que te levantas y vas y alistas todo lo que mamá necesita.- su tono de voz aumentaba, ya no me hablaba, me estaba gritando y eso me estaba llevando al limite.
-Te he dicho que no puedo, yo también estoy cansada. Estoy a nada de reprobar y estos exámenes son importantes. No pienso repetir el año, necesito estudiar. Estoy harta de todo esto y aquí nadie es de mucha ayuda. No eres el único que se hace cargo de varias cosas a la vez.- le estaba gritando como hacía mucho tiempo no lo hacía, mi corazón palpitaba fuertemente y no se en que momento le arrojé mis libros para que saliera de mi habitación. Su mirada se convirtió en algo oscuro que no había visto jamás, su expresión era confusa y se giró lentamente para salir de mi habitación sin decir nada. Resoplé cansada y me tumbé sobre la cama. En serio todo era más grande que yo y cada segundo me sentía más inútil y destruida. Mis parpados se cerraban y yo peleaba con mi mente para poder seguir estudiando, me levanté y recogí los libros para ponerlos sobre el escritorio y continuar. Leía "La soledad de América Latina" y apenas termine cuando mis ojos se cerraron, era más de la 1:00 am y la alarma sonaría en menos de cinco horas.
Papá me esperaba afuera mientras acababa mi café, faltaban solo diez minutos para entrar y debíamos ir a toda prisa. recogí mis cosas y salí con el vaso en la mano. Subí al auto y pude notar que papá también estaba pasando una mala racha. Había tenido que trabajar aun más, en las mañanas ayudaba a Danelle y por la tarde y la noche trabajaba. No escuchaba cuando llegaba a dormir porque muchas veces dormía en el auto para llevar a mamá a sus citas a primera hora.
-Roger me ha contado lo de anoche. Es increíble que actúes de esa manera tan egoísta con tus hermanos y tu madre. Las cosas que necesitaba eran importantes y debía tenerlas preparadas. No te reconozco, en serio.- su tono era apagado pero fuerte y con autoridad. Sentí mi pecho encogerse.
-Pero papá... Le expliqué a Roger por que no podía hacerlo, en serio estoy cansada al igual que todos ustedes o incluso más...-admití en un susurro.
-Pues si tan cansada estás, ¿por qué no te mueres? así descansas y dejas de complicar las cosas.- sus gritos resonaban por el auto y sobre todo por mi mente. No podía creer lo que me estaba diciendo, no después de las veces que pensaba en hacer eso en primaria, no después de haber superado esos estúpidos impulsos. Las lagrimas salieron sin avisar y el auto se detuvo en la entrada del colegio. El timbré sonó y apenas pude escucharlo. Sentía que me faltaba el aire, no veía a nadie a mi al rededor y logré llegar al baño para niñas. Era un completo desastre, física y emocionalmente. Rocié agua en mi rostro y salí para dirigirme al aula donde tendría que aplicar lo exámenes. Lo cual era absurdo puesto que ya no recordaba nada de lo repasado.
No logré concentrarme pero acabé las dos pruebas y sentía un dolor insoportable de cabeza. Mi teléfono había vibrado en mi bolsillo un par de veces por lo que le entregué al supervisor las pruebas y salí revisando los mensajes de texto.
-Danelle: Tranquila Kathie, papá quiere disculparse, no sabe lo que dijo y está arrepentido. Todos entendemos tu situación, solo debes controlarte un poco. Te amamos.
Al llegar a casa me cambié para ir a visitar a mamá. Almorcé una ensalada porque no tenía mucho apetito y me quedé esperando a que Ariana llegara para ir todos a ver a mamá. Las palabras de papá seguían haciendo eco dentro de mi pero las ignoraba lo más que podía, de vez en cuando me atrapaba alguna lagrima que resbalaba por mi mejilla sin darme cuenta. La puerta se abrió y vi a Ariana entrar.
-Kathie, hoy no podrás ir con nosotros, es que unas primas de mamá quieren ir a visitarla también y no queremos que se haga un bulto de personas al rededor suyo. Ve a descansar lo necesitas.- me parecía extraña su decisión pero a la vez tenía razón así que solo asentí. Mi móvil volvió a vibrar, era una llamada de papá por lo que vacilé un poco antes de contestar
-¿Hola?- dije en un tono apenas audible.
-Hola Kathie... yo solo quería saber si estabas bien.- su respiración estaba un poco acelerada.
-Si papá, tranquilo, no hay problema.- dije sincera.
-Gracias hija, ve a descansar... Yo... te amo.- dijo en un susurro, mi pecho se hizo un nudo. No me decía aquellas palabras desde hacía mucho tiempo. Colgó el teléfono y yo lo guardé despacio, aturdida y con unas ganas inmensas de llorar. Ariana estaba en frente viéndome confusa.
-Creo que necesito un abrazo.- dije entre sollozos. Ella se acercó y me abrazó al mismo tiempo que lloraba en mi hombro también.
****
-Kathie despierta. Tenemos que decirte algo.- una voz hablaba a lo lejos. Estaba demasiado cansada como para despertar aun. Me removí en las cobijas y logré abrir mis ojos parpadeando por la luz que penetraba en mi habitación. Ariana y papá estaban sentados en mi cama.
-¿Que pasa?- dije con voz soñolienta.
-Ayer llevamos a mamá al hospital.- admitió Ariana.
-¿Por que? ¿Que ha pasado? ¿Por que no me avisaron?- hablaba con rapidez y atontada.
-Papá se había quedado con ella la noche anterior y estaba muy mal, no podía casi ni hablar y su cuerpo no respondía a los estímulos, su mirada estaba perdida y lucía más pálida de lo que puedes imaginar. Creíamos que... estaba agonizando.- Ariana agachó la cabeza y sus ojos se cerraron, yo me sentía totalmente fuera de lugar.
-¿Como pudieron ocultarme algo así? ¿Donde está ella? Debo verla, por favor.- las lagrimas comenzaban a llenarse en mis ojos.
-Tranquila hija, ella está bien. El doctor dice que solamente ha sido un susto. Esta noche vuelve a casa. Aparte, he recogido tus notas de calificación y has aprobado todas las materias.¿Has escuchado que después de la luvia sale el sol? Pues parece que eso es lo que ha sucedido.- mi corazón volvía a retomar su ritmo y yo volví a respirar con normalidad. Me levanté y miré el árbol por la ventana. Sus florecillas estaban totalmente rosadas y llenas de vida.
Al ponerse el sol mamá había llegado a casa. Papá había arreglado su habitación y ella estaba más que contenta. Todos estábamos cenando juntos y reíamos con una que otra anécdota de mamá sobre las comidas raras del hospital. Miré a todos y sus rostros estaban como las flores del árbol, llenos de vida y alegres. Volvíamos a ser una familia, comprendí que papá tenía razón, nosotros no tuvimos una lluvia, fue un completo tornado, pero a cambio no habíamos recibido el sol, si no la bendición de seguir juntos, como una familia.
Fin.
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De vuelta a la vida
Short StoryUna familia desesperada por recuperar a su madre no pensará dos veces lo que deben hacer. Una pequeña historia que relata la vida detrás de una enfermedad. ¿Cómo sobrevivir al mundo cuando tu heroína no puede estar a tu lado? ¿Cómo sentirse bien...