28- Lista de tareas y clase educacional.

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—¿Y bien?¨¿Qué tenemos en la lista? —pregunté a Ximena que tenía la dichosa lista.

—Según esta lista, lo primero que tenemos que hacer es; pintar las cabañas—dijo leyendo.

—¿De todas las personas en este campamento por qué nosotras? Además, ¿Desde cuándo no pintan las cabañas? —dije tomando unas herramientas para pintar.

—La verdad, no lo sé. Pero lo que sí sé, es que no dijo cómo teníamos que pintarlas. —dijo Ximena moviendo las cejas.

¿Ven por qué es mi amiga? Me entiende, me ama, es una perra, una diva, una fiera, una amante, una secuaz; es la mejor.

Ustedes pensaran que pintaremos el campamento del modo tradicional, pues no. Lo haremos al modo rápido y efectivo. Y ya que Quiron y Dionisio no está, porqué sí, se fueron luego de que el unicornio sin cuerno corrupto nos haya dado las listas y cada quien se haya dispersado.

Las parejas en las listas era;

Piper y Nico.

Annabeth y Leo.

Jason y Hazel.

Frank y Percy.

Ashlyn y Alexia.

Elizabeth y Fabiana

Valeria y Valentina.

Y finalmente, las mamasotas del Camp; Ximena y Yo; la rayis.

Sacamos unos bolsos tipo Honny Lemmon. Le habíamos hecho unos cuantos pedidos a Leo, los cuales irán descubriendo más adelante. En fin. ¿Si saben que de esos bolsos salen bolas de pintura hecha de químicos, no? Bueno, los nuestros solo son pinturas. ¿Qué cómo sabíamos que esto sucedería? No lo sabíamos. Lo íbamos a utilizar en otra ocasión, pero esto lo amerita.

Caminamos con nuestros bolsos listos, vestidas para la ocasión y, obviamente, con bozales y megáfonos.

—¡A ver gente! ¡Si no quieren parecer ositos cariñositos escupidos por la cabaña de Iris, mejor apártense! —gritó Ximena a través del megáfono. Los campistas se apartaban a medidas que lanzábamos bombas de pintura; pintura que cubría la cabaña entera.

A decir verdad, las cabañas estaban quedando; divinas. Bueno, no están quedando como deberían, pero así tienen más actitud.

—¿Qué sigue en la lista? —pregunté sacándome el traje de pintor.

—Umm... a ver... limpiar la armería. —dijo Ximena leyendo; pausó un momento para decir—¿Es que acaso tenemos cara de Cenicienta? —

—A estas alturas ya no sé qué creer. Vamos. —dije suspirando.

Estando ya en la armería; me sorprendí. Aquí fácilmente se podría crear vida, y no de la forma tradicional. Todo. Absolutamente todo, tenía mugre. Polvo. Tierra. Sangre. Sudor. Con solo verlo se me erizan los vellos.

—Jalea... si no salgo de aquí con vida; quiero decirte que eres la mamasita más arrecha que he conocido, y te amo. Y dile a Reyna que también la amo. En el tanque de la poceta* está mi testamento. —dijo Ximena en su momento de drama queen.

—mercochita de vida; tú no te vas para ningún lado. —dije dándole un zape.

—Te voy a denunciar por agresión laboral. —dijo Ximena comenzando a limpiar. —oye, ¿No sería mejor limpiar esto con paño y spray? Por qué eso de plumero no me va. —asentí en su dirección.

Nos alejamos un poco para admirar nuestro trabajo, la sala brillaba. Todo rastro de fluidos fue exterminado beibi. Si el Heichou viese esto; estaría orgulloso.

Sexy Italiano | Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora