Sexy Italiano | Nico Di Angelo

31- Percy, La Corona y sorpresa.

—Estoy aburrida, no sé a quien joder. —dije tragando helado, una mezcla toda rara, nada segura, pero sabrosa.

—¿Y nico? ¿Qué no tienes un novio al que mantener? —dijo piper trenzando el cabello de Valeria, que parecía carajita entrando por primera vez a chocolatería.

—Estoy peleada con él. —dije simplemente sin dar mas.

—¿Por qué pelearon? —preguntó Hazel preocupada, de verdad, esa tipa es como la pelusita de Barbie fairy topia, adorrable.

—Él dice; disque no le presto atención, disque siempre ando armando drama, disque en mi fanfic no tiene casi protagonismo, ni que esto se llamara Sexy Italiano , obvio se tiene que tratar de mí. —dije levantándome y dejando el pote de helado en el piso— si quiere que le abra las piernas pues que se ponga a vender huevos primero, y para rematar la maría esa se le quiere tirar encima, esa tipa no sabe dónde se mete, ¿no disque era una santa? Yo sabía que esa carita de la virgen santita era más falsa que las ganas de Miss Colombia de entregar su corona a la filipinas. —

—Este si es arrecho verdad. Además esa tipita está tocando fondo, y muy rápido. —dijo Ximena jugando al Mortal Kombat. — cuidate' que te voy a coñasea' cuidate' pajua... ¡Aja! ¡tomá esa mardeta! ¡tomala! Te dije que te cuidaras, soy una diabla en esta vaina. —

—Si serás sádica mardeta. —dijo Ashley tratando, inútilmente, de ganarle a Ximena sabiendo que la muy perra era una reina en eso.

—¿Sabes qué? Yo voy a buscar a nico y darle su protagonismo en mi fanfic para que se le baje la hinchazón en las bolas. —dije saliendo de mi cabaña y buscando a nico.

30 minutos después...

Pero coño vale, ¿Dónde verga se metió este hombre? De mierdas que cuando se le da por desaparecer es mejor que judini. Llegué hasta donde estaban los chicos, entrenando, pero no lo vi a él.

—¿Chicos saben dónde está nico? —dije cuando obtuve su atención.

—Sí. —dijo Percy sonriendo.

—¿Y...? ¿No me dirás? —dije esperando que hablara pero el muy 'pescaldito' solo sonreía.

—tu preguntaste si sabemos en dónde está, mas no si te diríamos. —dijo riendo. Bien, si así lo quieren.

—Percy...—dije riendo como izma lanzándole piropos a kuzco; falsamente. — mira hijo de los mil putos, porque me han dicho que tu mama es un sol, tú me dices ahora mismo, osea ya, dónde está nico, antes de que te cuelgue de los huevos en el mástil del barquito de leo y te use como piñata de cumpleaños esperando a que salgan caramelos. — creo que Percy está haciéndole competencia a la palidez de mi muertito.

—N-no te d-diré. —dijo tartamudeando. Hay que ver que la lealtad que le faltaba a petegrew la tiene este trimardito.

—Si eso quieres. —solamente eso.

10 minutos después.

—¿cómo es que llegamos a esto? —preguntó annabeth.

—Él no quería decirme, él mismo se buscó su cosa—dije restándole importancia a la escena en la que estamos.

Les cuento, en esos diez minutos que la narradora omitió Percy aka pescaldito Jackson fue noqueado, amordazado, secuestrado y ahora interrogado, próximamente si la ocasión lo amerita, torturado y extorsionado, pero más torturado. Ahora lo teníamos en mi sótano, porque yo si lo tenía, con todas las chicas a su alrededor, hasta su novia, viendo cómo se revuelca cual gusano para tratar de liberarse, lo que no sabe es que Ximena fue niña exploradora, y la tipa hace unos nudos, como se dice en Venezuela, arrechísimos.