Jonathan

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Jonathan

Papá había muerto, recuerdo el día de su entierro. El funeral fue un acto digno de un destacado General. Me vestí de traje y corbata para ese día.  Durante algunos minutos me observé en el espejo mientras me acomodaba el nudo antes de bajar a la sala donde estaba el ataúd de mi padre. Pensaba en si algo de lo que mi padre deseó que yo fuera, se asome en mi rostro. Estoy muy convencido de que lo decepcionaría. Nunca quise ser como ninguno de mis hermanos, ni siquiera ser un prospecto para la milicia. En todo caso nunca había forma de satisfacerlo, simplemente como diría él: “es una victoria pírrica”. Quería a mi padre aunque fue un imbécil narcisista. 

Mamá llora por mi padre aun. ¿Haría lo mismo mi padre por ella?... creo no estar seguro de un amor tan profundo. No estoy seguro de nada. Ni siquiera de los pocos recuerdos felices donde mi padre solía sonreírle a mamá. Son recuerdos que pesan tanto en mi memoria que parecen fingidos... Mi padre fue un desgraciado con suerte; de eso no tengo ni la menor duda; como no tengo duda de que no tengo la misma suerte. No puedo decirle algo tan obvio a mamá, sería injusto recordarle que no fue bien amada y con un hijo que tiene la misma suerte en la vida... más de dos años de noviazgo que se han ido por el caño... un anillo de compromiso devuelto de una novia que decide no casarse... es sumamente vergonzoso e indignante; duele. Pero qué decir de la traición, solo tienes ganas de matarla... ¡Jennifer está matando toda mi fe en las mujeres!.. Entiendo que la contrariedad sobre el amor de mi padre hacía mi madre  sea tan irónica cuando pienso en mi rompimiento con Jennifer que me cuesta aceptar que esto ha pasado.  ¿Porque el amor también muere? Mentalmente me pregunto: ¿Soy demasiado joven para decirlo?... me digo: ¡tipo estás quebrado por una chica de nuevo! aunque estar así no es como lo que sentí por Sophia alguna vez, es más orgullo herido que amor no correspondido. En tal caso herí más a Sophia de lo que a veces no dejo de culparme; todos mis desplantes de mal amigo supongo, mas éramos los de siempre, ella tan casi perfecta e irrompible y yo un chico confundido, demasiado roto. Fuimos tantas veces confidentes que parecerá extraño que no sepa nada de su vida ahora; que ha sido así desde el funeral de papá. Me descubro pensando en ella también, en la última vez que la vi... Esa noche me dije: “ha vuelto” y como de costumbre estoy en el patio de atrás esperándola. Allí estaba rescotada en la puerta observándome con esa mirada de chica traviesa...  simplemente sonreía como si tuviera un pensamiento de inexplicable dulzura.

Durante este tiempo de amargura y soledad claustrofóbica mi habitación es un espacio hacinado de  recuerdos... Jennifer está matando toda mi fe en las mujeres... mamá no para de llorar a mi padre... el insomnio es más prolongado después de las 2:00 AM... debería estar de farra este fin de semana... mis amigos no quieren a un aburrido... las series de televisión también empiezan a aburrir... la almohada no es un buena consejera... ni mirar al techo desesperanzado es un escape confiable... debería llamarla... tal vez no sea tarde... puede que recuerde la última vez que nos vimos... el funeral de papá... nuestra conversación en el patio de atrás como dos mejores amigos... nuestro abrazo al despedirnos... largo y reconfortante abrazo... el indecible te quiero... Sophia.

SophiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora