8.- El desastre químico (3/5)

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Todo esto era una pesadilla...

Yukari fue levantada y llevada a la fuerza por uno de los más grandes enemigos de su familia junto a un esbirro bajo su cargo.

Mientras ambos la subieron a la fuerza al carro y dieron marcha estando distraídos tratando de controlarla, el ruido de una motocicleta se acercaba a la zona, el volante era manipulado por unas manos con guanteletas que dejaban ver los dedos.

La moto se estaciona cerca del drone que Yukari dejó caer durante el forcejeo y que fue destruido por Haitani. En tanto, quien estacionó el vehículo coloca el freno para mantenerla en pie. Baja de un salto y al impactar las plantas de sus pies en el suelo hay una ligera reacción física.

Ésta persona tenía en sus pies unas botas gruesas y blancas con cuerdas, bajo ellas unas mallas color violeta. Sin delatar su identidad, se agacha para levantar el aparato volador con sus delgadas, delicadas y frías manos teñidas de las uñas con un color negro brillante.

Entonces, voltea a mirar como la camioneta donde se llevaron a la pelinegra arrancaba a toda velocidad, lo más seguro es que ni se dieran cuenta de su presencia.

-Nunca aprenden ¿Ah?

----En el albergue----

Mientras que muchos de los adolescentes se encargaban del delicado asunto con el que pretendían probar su inocencia, la (hasta el momento) única pareja de novios en el grupo no soporta la tensión de no pasar tiempo juntos, de modo que se encerraron en uno de los baños escondidos del albergue, ahí estaban fajando para tranquilizar su mutua ansiedad.

Riju: R-Ryu... No sé si-- Ngh!

Sin hacer caso a su incesante jadeo, el mayor desabrochaba con cierta desesperación el cierre de su sudadera, a pesar de lucir tan reservado y tímido, en el interior de Ryusuki yacía una bestia potencialmente lasciva que solamente despertaba con el contacto de su chico, mismo quien se aferraba con fuerza a él, sujetando hasta con sus uñas la camisa de su espalda.

Riju: E-Espera...!

Ryu: Ya esperé demasiado.

Sin importar cuanto le fascinara la pasión que su pareja tenía durante sus encuentros, para Riju aún era algo incómodo, pues nunca le podía seguir el ritmo por mucho que lo intentara.

Abruptamente toda su boca fue sellada e invadida por los dulces labios de Ryusuki, la sensación de su lengua estaba tan a gusto que perdía el control y la sensibilidad en ella, era ardiente y llena de sensaciones fuertes que incluso le adormecían los labios.

La forma tan ansiosa con la que era apretado por su pareja mientras lo devoraba vivo era abrumadora, incluso una de sus manos reposaba en su cabello y la otra sujetaba con firmeza su cintura, manteniendo sus dos cuerpos juntos.

Cuando finalmente se despegan para recuperar un poco el aliento, Ryusuki pasa sus dos manos por el rostro de su chico

Ryu: Riju... No sabes cuanto te adoro~

Su expresión tan seria, junto al tono dulce de sus palabras dejó al chico rojo a más no poder, el muchacho quiso corresponder el gesto, no obstante...

"CLANG"

La puerta de los baños se abrió de golpe, ésto hizo que los dos se alertaran, pues si eran descubiertos podrían meterse en un problemón.

Se comienzan a escuchar pasos por todo el baño, y sin decir una sola palabra, Ryusuki se sienta en la taza del váter y pega directamente sus pies contra la pared frente a él, con un gesto de sus manos convence al otro chico de que se suba y se siente sobre la tapa arriba del tanque colgando sus piernas, de modo que quien sea que haya entrado no pudiera ver los pies de ninguno.

Y... ¿En dónde están los padres? - Sekaiichi HatsukoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora