Capitulo I

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Sabia donde se encontraba, o eso creía ya que un lugar precisamente no era. Más bien Anthony quería creer que se trataba de una habitación vacía. Sin nada que ocultar, completamente oscura.

Siempre que estaba en esa habitación le producía terror,puesto que no podía ver nada y con ello no sabía a lo que se enfrentaba.
Se sentó y trato de identificar algo, pero era imposible ver a través de la negrura. Hasta que de repente un destello apareció a unos metros de distancia. No lograba ser más grande que su puño.

Aguardó unos minutos y al cabo de éstos se paró y con paso decidido avanzó hacia la luz. Cuando estuvo lo bastante cerca para tocarla, percibió una molestia en las muñecas.
No prestó atención y siguió avanzando pero mientras más avanzaba, la luz parecía alejarse y con ello la molestia incrementaba.

Dejo de caminar aunque en realidad se encontraba corriendo. Al levantar sus muñecas logro ver un líquido rojo y no tardó en percatarse que se trataba de sangre.

No podía dejar de verla, porque esta no era igual a la que brotaba de sus rodillas cuando era pequeño y se caía en el parque al que Yara lo llevaba, no está brillaba y se veía mas espesa, cuando trato de tocarla, algo le lastimó la vista.

El símbolo que antes había visto estaba delante de él. Se trataba de una equis, en la esquina derecha de está, tenía una linea curva, encima de la equis estaba una línea que al final terminaba un poco encorvada, sobre ella un óvalo se extendía y todo esto estaba encerrado en una especie de gota.

Al verlo se olvido de la molestia en sus muñecas y extendió su mano, al estar rozando el símbolo con las yemas de sus dedos, todo se esfumó, sumiéndolo así en una nueva oscuridad insufrible.

Pero ahora algo le tocaba la cara, más bien alguien, obligándolo a abrir sus ojos, que lograron captar una mascara, una enorme mascara blanca con puntos negros. Al verla su primer instinto fue gritar.

-Aahh.- Y con la misma arrojó por los aires lo que fuera que tenía encima.

-Auch...inútil eso dolió.- Se queja la cosa que ahora se encontraba en el piso, permitiéndole saber que se trataba sólo de su hermana Sarah.

-Pero tú éstas loca, como se te ocurre.- Le reprimió.

-Bueno perdón, pero Yara lleva horas tratando de levantarte y como no se atrevía a realizar tan magnífica táctica, la hice yo.- responde sacándose la mascara, mostrando así sus ojos café oscuro, prácticamente negros de un tono igual que el de su cabello.

-Bien lo has logrado, ahora largo.- dice el chico con tono frustrado saliendo de la cama.

-¿Por qué siempre eres así el primer día?- pregunta la niña parándose del suelo.

-Eso ya lo sabes.- responde tallándose sus ojos.

-Oh...veo que ya has despertado.- hablan desde el marco de la puerta.

-Más bien alguien me ha despertado, casi provocándome un infarto.- contesto Anthony hacia la mujer que recién había entrado.

-Lo hiciste, verdad.- afirma mirando con reproche a Sarah, quien se encontraba enfrente de la cama con los labios apretados, aunque su expresión no duró mucho ya que en menos de un segundo apareció una gran sonrisa que muestra casi todos sus dientes.

-Siii...es que no dejabas de quejarte porque Anthony no se levantaba y como no apreciaste mi gran idea, la hice yo.- termino con su sonrisa de autosuficiencia usual y un sencillo encogimiento de hombros.

-Bien ya que ambas han confirmado si estoy despierto, sería oportuno que salieran para que pueda cambiarme.- dijo Anthony caminando hacia el baño.

CORTADURAS-Saga BLOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora