Capitulo ~ 26

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Dedicado a UnaChicaJoven  _vielka04    y tinieblasrosas

A disfrutar la lectura.

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¿Qué creen que pasó?
¿Qué Liam me dejó disfrutar? Pues no, el muy desgraciado me saco arrastra del lugar, y claro nadie hizo nada para pararlo, Ezra con sus hombre hizo que todo el mundo se quedase inmovilizados.

A la nada se fue mi deseo de disfrutar sin él, de pensar, de sentir otro aire.

— ¿Quieres dejarme en paz? —digo muy molesta.
— ¿Quiere que te deje en paz? —Dice sin ápice de humor y ríe cínicamente — ¿Para qué, eh?

No le respondo y me subo al coche, no espero a que me abra la puerta y a los segundo él entra y pone el automóvil en movimiento, puedo ver lo tenso que esta y como sus nudillos están blanquecinos y sostiene el volante con mucha fuerza.

¿Por qué esta actitud? ¿Qué pasó?

Llegamos al hotel, y como estoy en la Suite Presidencial tomo rumbo hacia allí.
—Por aquí, tus cosas están donde deben estar.

Lo sigo no quiero discutir más, mientras nos movemos a la Suite donde esta él, reviso la hora, es temprano y la fiesta aún ni bien empieza y ya Liam dañó mi noche.

— ¿Quieres dejar eso? Estoy hablando contigo maldición —me grita.
Despego la mirada del móvil y lo observo. ¿Qué diablos sucede con él? Mejor no le digo nada no quiero pele....
— ¿Estás loco, maldita sea? ¿Qué has hecho? —digo al ver mi celular en el piso y roto, porque Liam lo estrelló en la pared, estoy al borde del llanto de la impotencia, la rabia y también dolor por estar en esta situación.

Lo veo debatiéndose en decir algo o no, y escoge la última opción. Salgo a la Suite que escogí desde el principio, Liam viene detrás de mí, pero no para donde mí, toma el ascensor y se va.
De seguro a ver una puta por ahí, y que el enojo se le vaya, ¿No es eso lo que siempre hacen?

— ¡Ahgg! —grito al entrar a la habitación y caigo de espalda al cerrar la puerta, y me permito sacar las lágrimas, todas las que desean salir.

Camino hasta el cuarto de baño, y dejo que el agua quite el ardor que siento del enojo quemando mi piel y esta agua se mezcla con mas que salen de las cuencas de mis ojos.
La vida es dura.
No importa que tenga un buen empleo, que sea esposa de uno de los empresarios más sexys y millonario del Continente Americano, esto no me hace feliz, y tengo más que claro que lo único que compartimos Liam y yo es un buen sexo.
Que seguro ya fue el a buscarlo por ahí, y yo me quedo aquí, como siempre, estancada, en lo que el otro decida darme, como si no mereciera más, como si no valgo lo suficiente, para tener el amor verdadero de alguien.

Mis padres muertos, digo ambos porque aun Frederich aun esté vivo para mi murió cuando nos abandonó.
Esta maldita vida en el narco, la cual no sé, que día pueda perderla. Así mismo mi hermana, no sé, cuando llegará alguien y me diga murió, el diablo la mató, no todo lo que brilla es oro.
Y la vida perfecta que otros ven en mí, no existe.

Salgo de la bañera y me envuelvo en una toalla, salgo con dos botellas de vodka al balcón y tomaré hasta que mis penas se disuelvan con el alcohol y no sea consciente de mí.

Esta situación, en vez de mejorar va peor desde que Liam dijo que quería intentarlo, y sé que lucha por y con algo, pero no sé si estoy dispuesta a esperar que pueda vencer sus miedos, no quiero quedar opacada por un pasado que no tiene futuro en su vida.

La maldición y el placer de amarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora