Capítulo ~35

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Llegamos a casa, y subimos al cuarto, no sé ni que hacer, si hablar, o solo quedarme callado.
Entro al cuarto de baño, y mojo mi cara, esto ha sido en verdad algo horrible, no por la pelea en sí, sino el solo hecho de perder a mi rubia me mata.
Salgo del baño y ahí está ella, llorando, abrazada a sí misma.

—Amor, por favor no llores, ya pasó. —le digo

—Ese es el problema, no ha pasado, y lo sabes —me dice, y todas esas palabras tienen gran verdad.

—Sí, pero eres valiente y sobrepasaremos todo esto.

—No, no soy valiente, Liam, tengo miedo

—Pequeña —me acerco y la abrazo —Valiente no es aquel, que no siente miedo, valiente es aquel que a pesar del miedo avanza, sigue adelante y triunfa, y eso eres tu mi amor.

No dijo nada, solo se acurruco en la cama, dándome la espalda.
Odio, verla así, saber que teme, y quisiera matar y desaparecer todo aquel por quien mi mujer sufre.

—Te amo, pequeña —le di un beso y salí del cuarto.

Es increíble como las cosas cambian, se un momento a otro, quien me hubiese predicho que todo esto que estoy pasando ahora, me habría muerto, sí pero de la risa, sin embargo aquí estamos, pasando las mil y una y el Niágara en bicicletas.
Daría lo que no tengo solo para que mi mujer este bien.

— ¿Hello? —digo al descolgar el teléfono.

—Sabes, te perdono que me hayas disparado, pero tu putita lo pagará.

—Maldita —dije entre dientes — ¿Por qué le hacen esto a las Hermanas Well? —cuestioné, estoy cansado de ver como sus vidas están en juego y nadie que me diga que es por el narco, si solo ellos le hacen la visa imposible.

—Pues claro que se la verdad, pero no te la diré, y ¿Que tal la relación de tu putita con Joseph? — ¿Qué? ¿Qué tiene que ver ese idiota con mi mujer?

No seguí hablando con esa loca, y colgué la llamada.
Luego de eso llamé a Ezra, y le dije que si han encontrado algo.

Laysha POV

La oscuridad se ha adueñado de mi ser, desde que apreté ese gatillo no soy la misma, todo mi ser ha cambiado, una vez que ciega la vida de alguien, la tuya cambia al ciento por uno, siento una extraña sensación, mi alma y mi espíritu no están en mi cuerpo, me he desconectado, del mundo y ando como zombi.

—Amor, por favor, dime algo —inquiere Liam.

—Estoy bien —le digo, pero realmente estoy tratando de que esas palabras hagan efecto, si dices cosas positivas te suceden cosas positivas (realmente no creo en esa mierda) pero vamos a intentarlo.

—Te amo —dijo, me dio un beso en la frente y salió, debía reunirse con Ezra.
Ambos mi hermana y él vienen de camino para New York, necesito a mi herma cerca y a mi amiga, estas cosas no se pueden guardar porque hacen daño.

Al cabo de unas horas, escucho el timbre sonar, y unos minutos después dos chicas corriendo hacia mí.

—Lay, ¿Cómo estás? —grito Natalia eufórica. Ellas no están al tanto de nada.

—No tan bien como la recién casada, y hablando de eso en tres días es la boda civil de Chaire le digo, emocionada porque Chaire será feliz con su familia.

—Hermana —dice Massiel, en forma de saludo, algo le pasa y debo saber que es.

Bajamos al living y nos pusimos al día, la luna de miel en Dubái de mi amiga, y los problemas entre Ezra y Massiel, no acaban.

La maldición y el placer de amarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora