El río más cercano no quebada para nada cerca, soporté ser llevado en brazos por más tiempo del que me estimaba, desesperándome ante el confort de mi omega.Tuve que lavarme frente al príncipe quien detallaba mis movimientos con sus arraigados ojos, aunque hubieron momentos en los que apartaba la mirada y suspiraba, tal vez notando la tensión que su mirada fija causaba en mi.
Dormí entre el calor de dos alfas armados, escoltando mis espaldas. Sus sobresaltos cuando oían el más mínimo sonido me despertaron en más de una vez.
La mañana del desayuno fue una completa trifulca, parecían muertos de hambre, ambos arrasaron con la comida como las bestias que eran, e inclusive se gruñían al igual que perros rabiosos. Era gracioso pero agobiante, en cierto modo no lo disfruté mucho a pesar de que mis labios se curvaban al verlos actuar territoriales con simples presas de ternera.
Y después de eso abarcamos nuestro viaje montados en potros, yo con Taehyung en uno y el general Jung otro, exactamente dos días enteros de exhaustivo recorrido.
Cuando creí que el viaje nunca tendría su fin, ya nos encontrábamos en el palacio real, extendido sobre más de quinientos mil metros cuadrados, donde puentes, pabellones, lagos y jardines acogían al emperador de Corea y a su séquito durante años.
Taehyung desmontó, mirándome en advertencia para que no tomara al potro y escapara. De todas formas no sabía calvagar, nunca antes tuve la oportunidad siquiera de tocar un caballo, mis padres temían por mi, no me permitieron salir más allá del puerto o de casa.
El general Jung también desmontó. Se acercó a pasos cortos y firmes hacia el inmenso portón y se arrodilló frente a él con la mirada hacia lo alto en donde varios vigías protegían el muro.
—General Jung Hoseok a servicios del emperador Kim Namjoon de Geunjeongjeon. El príncipe Kim está de regreso —inquirió con voz fuerte—, y trajo consigo a un omega —se volteó ligeramente y me señaló con los dedos juntos.
Observé hacia los hombres cuando sentí una extraña inquietud. Ellos estaban olfateándome.
En un instante el portón fue abierto.
El príncipe tomó de mis caderas y me desmontó con cuidado. Cuando toqué el suelo me aferré a la cintura de Taehyung por detrás, para sentirme seguro, y empezamos a adentrarnos en el palacio. El olor era enfermizo, yo era el único omega entre centenares de alfas que resguardaban la entrada.
Tras dejar atrás las imponentes puertas que se ciernían sobre las murallas del majestuoso complejo, nos topamos con la pieza central del conjunto.
—Qué bello es —dije asombrado.
—¿El edificio de dos plantas? Es el Geunjeongjeon, conforma el principal palacio, donde se coronan a los reyes y donde los asuntos de estado se llevan a cabo —me explicó Taehyung.
El Geunjeongjeon se alzaba majestuosa sobre una doble plataforma escalonada de piedra, circundada por un patio de lajas, presentándonos una visión sobrecogedora que me recordó el poder imperial, cual dominaba estos feudos durante siglos.
—Te daré un breve recorrido, ya que vivirás aquí a partir de hoy —Taehyung me colocó a su lado—. E intenta ocultar que tienes miedo.
Asentí, acomodándome los arapos. Alrededor de nosotros habían centenares de soldados y guardianes, y todos ellos me observaban fijamente. No debía sentirme tan intimidado, después de todo estaba en compañía del príncipe, no se atreverían a atacarme ni por un segundo.
En el patio interno se encontraban trazados tres senderos de granito. Según Taehyung me explicó, el que se hayaba en medio, el más elevado, integraba el trayecto que nos guiaba al monarca, siendo los otros dos para la marcha de su corte, a menor altura.
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Last omega Ω Vkook
FanfictionUna sociedad que me condena a ser débil por naturaleza, a ser el que agacha la cabeza y asiente a los mandatos. Soy un omega. Pero más que eso, soy Jeon Jungkook y poseo lo que todos quieren y lo que a nadie daré. Jamás me morderán, jamás seré tomad...