Mi Totem Soy Yo

Casos

Hola, somos Maclavillar3996 y Neko20196 ! Hemos venido con una historia en conjunto, espero que les guste!

Los personajes nos pertenecen al 100%

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Caso 1: Miguel Arroyo – Ojos negros, pelo negro y piel blanca

Yo soy un chico que no me meto en problemas, no molesto a nadie. Sí, es cierto, tengo déficit de atención, pero jamás me he metido en problemas mayores. Ando tranquilo por la vida, tengo buenos amigos, buenos padres, y un maravilloso hermano.

Entonces, ¿por qué mierda joden a mi hermano? Ser gay no es ilegal, no significa que sea una nena, aún sigue teniendo un par de huevos y una vaina colgando entre sus piernas, en otras palabras, sigue siendo un hombre. Y como ya mencioné, soy un chico tranquilo, y en realidad mi vida es, miserablemente tranquila, hasta ese día. A pesar de ser un pata calmada, si hay algo que me molesta es que frieguen a mi hermano.

No es la primera vez que lo hacen, y tampoco es la primera vez que lo defiendo, pero esa vez, esa vez se pasaron de la raya. ¿Quién demonios le tira piedras a alguien solo por tener una orientación diferente? ¿Solamente por ser gay? ¿Es que son bestias o que cosa? Porque lanzarle piedras a alguien no está entre las acciones de alguien inteligente y con todos sus tornillos. De ahí, no recuerdo muy bien lo que pasó, mmm, bueno, en realidad no quiero acordarme, porque lo más probable es que me hayan drogado, y esto debe sonar loco, pero creo que me convertí en un oso. Ya saben, de esos animales enormes de pelo negro y colmillos y garras más grandes que la cabeza de alguien, si, de esos. Pero como les dije, debo de haber estado drogado, porque, que yo sepa, la gente no se convierte en osos de la nada, ¿no?

Caso 2: Francisco Pietrapiana – Ojos azules, pelo rubio y piel blanca

Yo soy un muchacho genial, eso lo sabe todo el mundo, aunque pocos lo admitan, todos me admiran. Mi vida es, casi perfecta, tengo una enamorada hermosa, excelentes amigos y un sinfín de aventuras. Solo hay un detalle que me arruina la vida, el enamorado de mi madre, mi futuro padrastro. Es un imbécil gordo que no sabe nada más que tomar cerveza todo el día y gritarle a mi madre, una mujer bella, una dama fina, que le prepare un maldito sándwich. Yo la verdad, no puedo ser respetuoso con él, es como que hay una fuerza divina que me lo impide, incluso, me manda a contestarle mal.

¿Cómo explicarlo? Le tengo tanto odio a ese hombre, que ganas no me faltan para matarlo, o al menos echarlo a patadas de mi casa, como me gustaría hacerlo, pero ya he comprobado que tiene una fuerza temible. Y es que no había conseguido forma de descargar mi ira, no hasta ese día.

Era viernes en la noche, no había salido pues quería pasar la tarde con mi madre, y no me echen esa mirada ¿tiene algo de malo querer pasar el día con la mujer que te dio la vida y que de paso es la mejor madre del mundo? En fin, el punto es que cuando veo a este hombre entrar a la casa, apestando a alcohol y tabaco, y hace el ademán de golpearme para poder sentarse junto a ella, me debo haber golpeado la cabeza, porque la cosa más genial del mundo me pasó. No, el pata no desapareció en la nada, en cambio, me crecieron garras, colmillos, una cola y orejas en punta. Si señores, tomé forma de coyote. Díganme, ¿cuantos chicos geniales conocen que puedan hacer eso?

Caso 3: Alba Ross – Ojos verdes, pelo negro y piel morena

Yo soy una mujer tranquila, me gusta leer, escribir y escuchar buena música, mi mp4 es una combinación de Passenger con Marilyn Manson, leo de todo, fantasía, novelas históricas, eróticas, poesía, mis gustos son variados. No veo mucha tele y prefiero pasar el rato en la computadora. Los animales son mi pasión, junto con el tiempo a solas y la naturaleza. Mis padres son muy buenos, tengo amigos geniales, no estoy sola, aunque se tener tiempo para mí misma, mi vida es tranquila.

Pero hay algo que lo arruina todo, y son esas… reinitas plásticas que andan por ahí, con el único propósito de respirar para molestarme. Si estoy en el patio del colegio, ellas están ahí, riéndose a mis espaldas, si estoy en el salón de clases, ellas se sientan a mi alrededor y se burlan de mí, en mi cara, y como ese día, no estaba de humor, su visita en la biblioteca fue más que indeseada.

Yo solo estaba escribiendo uno de mis Fan Fictions, ya saben, de esos llenos de amor gay y algo de porno, ya sé, soy una pervertida, ¿pero nunca han oído que el sexo vende? Sin embargo, ellas tuvieron que llegar a arruinar mi inspiración. Las muy idiotas se sientan en la mesa tras de mi, listas para comenzar su ataque de risas y susurros. No lo soporté más, así que opté por salir de la biblioteca, ya encontraría un lugar más tranquilo para seguir escribiendo mis historias, pero estas reinitas decidieron seguirme, claro, hasta el patio trasero de la escuela. Ya no podía más, me quedé parada, dándole la espalda.

Ellas seguían riéndose a mí alrededor, y no paraban, no pensaban parar hasta que me quebrara, pero eso nunca, nunca lloraría frente a ellas, tengo algo de orgullo.  Hasta que pasó, me quebré, pero no en el sentido que ustedes piensan, oh no, claro que no. Colmillos y garras, junto con un pelaje dorado, aparecieron, y seguro que mi rostro cambio mucho, pues salieron corriendo del susto, ¿Quién no le temería a una leona enfurecida?

Caso 4: Catalina Krishnan – Ojos dorados, pelo marrón y piel bronceada

No suelo vivir con miedo, algunas personas me dicen que debería, pero ¿para qué? No es por nada, pero tengo todo lo que quiero, eso no me convierte en una engreída, aunque todo el mundo cree lo contrario. Mi padre es jefe de una empresa minera, así que plata no nos falta. En realidad, yo soy una mujer tranquila, no es que anduviera comprando cosas de aquí por allá, bueno, solo un poco, peor mi padre siempre me ha criado con la idea del trabajo y la humildad. Él es de la India, así que tiene sus valores bien ubicados, y yo igual que él.

Soy algo vaga, tengo hiperactividad, por lo cual me suelo meter en problemas en el colegio, pero no soy una chica problemática, estos simplemente vienen a mí. Me considero una chica bastante artística, en mi casa tengo un estudio donde tengo mis diseños y mis pinturas, eso me relaja y me ayuda a estar tranquila. Pero no todo es simple en esta vida, lo malo de tener una familia con plata es que los rateros siempre están tras tuyo.

Como esa vez, que me asaltaron en la parada del bus, o aquella otra, cuando estaba en la discoteca y me quitaron mi iPhone 5s. Claro que al día siguiente me compraron otro, pero ese no es el punto, el punto es la vez que me secuestraron, o más bien, me intentaron secuestrar. Estaba yendo a mis clases, cuando alguien viene por detrás y me pone un pañuelo en la boca, jalándome a un callejón, donde un carro nos esperaba. Me moría de miedo, jamás me había pasado eso, aunque tampoco me había pasado antes que me haya convertido en un tigre, fue una experiencia un tanto curiosa, quizás fue por lo que me hicieron respirar en el pañuelo, aunque eso no explica los arañazos que tenían los hombres, o porqué salieron corriendo, despavoridos.

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