Capitulo 4 - Roces Peligrosos

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Estaba todavía sorprendido por el desorden que había en al habitación que no sabia ni por donde empezar a limpiar.

Me iba a inclinar para recojer una playera del suelo cuando veo que Adrian dejo de teclear en su portátil para ver que estaba haciendo, me miro con mucho enfado cuando se percato que seguía en el mismo sitio que me dejo cuando entre.

-Porque todavía estas hay parada como una idiota -camino lentamente hasta que se detuvo al frente de mi- o es que no sabes lo que es seguir una orden? -me tomo del brazo y me jalo hasta que sentí que choque con algo duro "Dios que hombre" pensé. Me romo por la nuca e hizo que le mirara directamente a los ojos.

-Yo soy el que manda en esta habitación y si te pido que recojas este desastre, lo haces sin protestar -demando muy cerca de mi rostro, podía sentir su aliento sobre mis labios, tuve el leve pensamiento de que se sentiría probarlos- entendiste? -cuestiono bruscamente y me soltó de repente, perdí el equilibrio y caí de trasero en el suelo de la habitación.

Le dedico una mirada de odio y me levanto con dolor en mi trasero porque creo que cai en algo punzante, me acomodo la falda del vestido y la limpio porque se ensucio un poco.

-Disculpe Señor Campbell pero esa no es la forma de tratar a un empleado y mucho menos a una dama como yo -si solo supiera lo que soy- así que discúlpese - le exijo.

Me miro de manera burlona y me toma del mentón, sus ojos se mantienen fijos sobre los míos.

Lindura parece que no entendiste lo que te quise decir -hablo con tono amable muy falso- te lo vuelvo a explicar -sonríe de lado - yo soy el que te manda y tu obedeces a todas y cada una de mis ordenes o si no...-se calla de repente.

O si no?-le reto en un tono altanero.

Su expresión cambio a una muy seria y sus ojos parecían dos témpanos de hielo.

-O si no... te despido -dijo sin una pisca de remordimiento- no pensaste que tu eras la única que vino por el empleo y se fue en lo que le di la primera orden -dirigió su mano hacia mi mejilla izquierda, me sobresalte un poco al sentir su tacto, su mano se mueve suavemente por mi piel, empieza tocando mis parpados pasando por mi mejilla y terminando en mis labios, por donde pasa su mano me deja la piel de gallina. Su vos me saca del estado en el que estaba metido.

Así que corazón -me toma fuertemente del mentón- o limpias este desorden o te largas por donde viniste -me miro con gracia- ahora dime que decisión tomaras? -me sonrió cinicamente.

Me sentía entre la espada y la pared por un lado quería decirle sus cuatro verdades, pero del otro necesitaba el dinero para poder regresar a mi hogar con mi papá, mi mamá y mi molesta hermana. "Como los extraño" pensé nostálgico.

Mi decision estaba tomada, tome aire y me arme de valor.

Disculpe mi falta de educación -hable soltando el aire de mis pulmones- ahora me encargo de limpiar todo esto -lo mire derrotado.

-Así me gusta -sonrió falsamente, ahora limpia rápido, que dentro de poco tengo una visita muy importante -me avisó para luego salir se la habitación.

En lo que sentí que cerraba la puerta mi cuerpo libero toda la tensión acumulada por la rabia.

Es un maldito hijo de su mamá, como se atrevió a humillarme de tal manera?.

                                                                             ☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Me tomo 3 cuartos de hora limpiar todo ese desastre.

Estaba concentrado acomodando los libros en el librero de la habitación, cuando estaba terminando me di cuenta que había uno todavía en el suelo. Cuando me inclino para cogerlo. Siento que alguien me toca el trasero sobre la ropa.

Yo soy tu amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora