Yo soy tu amo.

Capitulo 10 - Secuestro

Habían pasado unos 30 minutos desde que habíamos dejado a Alan en la salida del cine, y ya estaba empezando a sentir pánico por la situación en la que estaba y también porque tampoco sabía hacia donde nos dirigíamos.

Adrián en ningún momento del trayecto que llevábamos comento o dijo algo referente a lo acontecido.

Ya arto de silencio tome valor y hable:

-D-Di-Disculpe señor A-Adrián, ¿pero m-me podría decir hacia donde m-me lleva? -cuestione ya muy nervioso.

El solo me miro de reojo por el espejo retrovisor con su habitual frialdad y volvió a dirigir la mirada hacia el frente.

Yo no supe que esperar de esa acción, resignado a no obtener respuesta de su parte me dediqué a mirar por la ventana el bello paisaje del alrededor.

Un momento...

¡¿En qué momento salimos de la ciudad!?

Solo se veían árboles y verdes prados a nuestro al rededor, no sé en qué momento el cambio de carril ahora conduciendo por un camino de tierra y rocas.

Mi miedo aumentaba a cada momento que no adentrábamos a ese lugar:

¿Sera que Adrián en un asesino o aun peor un violador?

Sea lo que sea no lo quiero averiguar.

Mis turbios pensamientos se vieron interrumpidos por el insistente sonido del celular de Adrián.

El susodicho al ver de quien era la llamada su mirada se endureció aún más dándole un aspecto sombrío y aterrador.

Él se percató de mi mirada fija en él y me miro con esa intensidad para luego contestar sin muchas ganas el teléfono.

- ¿Qué quieres ahora? - dios no sé cómo la persona al otro lado de la línea puede siquiera aguantar ese tono de voz que hasta a mí me puso la piel de gallina de la molestia expresada en esa sola palabra.

- ¿Porque me hablas así cielo? - se pudo apreciar la vos de una mujer al otro lado.

Adrián al escuchar esa frase frunció el ceño y apretó el agarre en el bolate haciendo que sus nudillos de pusieran blancos por la fuerza ejercida.

-Lilith - así que Lilith...- te deje claro que no quería saber nada de ti.

-Pero cielo si estamos esperando un hijo, no hablas así por favor-dijo haciéndose la víctima, que hizo que relajara un poco sus facciones.

-Te deje claro que no sabemos si es mío, porque te recuerdo que cuando estabas conmigo también estuviste con el - las últimas palabras estuvieron cargadas con un sentimiento de decepción e impotencia.

-Pero cie...- adrián no la dejo terminar por había lanzado el teléfono contra la puerta del copiloto. Apagándose al instante.

Golpeo el volante con frustración para luego verme de reojo.

Yo al sentir esa inquietante mirada sobre mi di un leve saltito en mi lugar.

Detuvo el auto de repente y se giró para detallarme mejor.

Luego de escanearme de pies a cabeza su mirada se volvió una de deseo y lujuria.

-Acércate y siéntate aquí- me ordeno palmeando su regazo.

Todavía impresionado por la repentina orden que quede estático en mi lugar.

-Si no vienes por las buenas entonces será por malas- su mirada de deseo se intensifico al decir aquello.