Mentiroso Pierrot

2.7K 425 371
                                    

[…]

—¡Mira esto, Kacchan! —exclamaba un pequeño niño de diez años mientras se balanceaba sobre una gran pelota de color rojo.

—¡Te vas a caer, Deku! —respondió mientras observaba cómo su amigo daba vueltas a su alrededor en dicho objeto.

Bakugou y Midoriya solían pasar los días jugando en el bosque, se reunían y el de cabello rubio era el que lideraba todas las actividades. Cuando Izuku cumplió años, Katsuki le regaló una gran pelota que usaban los payasos en el circo, lo que hizo que el pequeño con pecas se interesase en los espectáculos y en cómo un simple actor hacía sonreír a tantas personas; estaba feliz porque había encontrado algo por lo que esforzarse.

—¡Lo ves! —resaltó al ver cómo el de cabello verde se resbalaba y caía de cara en el suelo haciendo que aquella pelota se dispersara hacia otro lado—. ¡Qué patético, Deku! —se burló con una sonrisa señalando al niño que intentaba levantarse.

Verle sonreír de aquella manera fue lo que marcó el inicio de su sueño.

—¡Lo acabo de decidir! —dijo Izuku sacudiendo su ropa, yendo a por dicha pelota y levantándola con entusiasmo—. ¡Cuando crezca voy a ser un Pierrot! —exclamó felizmente mientras sonreía.

—¿Un Pierrot? —inquirió extrañado sin saber a qué se refería con ese término.

—¡Mi madre me lo leyó de un libro! ¡Se disfrazan y actúan para hacer reír a la gente! —explicó Midoriya acercándose más hacia su rubio amigo.

—¡Entonces yo seré algo mucho mejor que un Pierrot! —respondió con una sonrisa decidida—. ¡Ayudaré a la gente y les haré mil veces más felices! ¡Alguien como tú no me superará!

—¡Eres genial, Kacchan! ¡Hagamos una promesa! —exclamó Izuku con admiración ofreciéndole su dedo meñique.

—¡De acuerdo, promesa de meñiques! —confirmó aceptando aquella propuesta y enlazando ambos dedos.

Aquello fue algo que dudaría para siempre, pero que lamentablemente por el camino se vio envuelto en un bache para ambos.

Ese mismo día, al atardecer, Katsuki perdió a sus padres.

Los rumores dijeron que fue a causa de un incendio accidental, pero parecía como si todo hubiera sido planeado.
Midoriya también estaba triste, pero el más afectado era Bakugou; desde aquel día su personalidad cambió drásticamente.
Él y Deku se habían distanciado, o mejor dicho, Katsuki había puesto una barrera entre los dos.

—¿Kacchan...? —dudó con temor el pequeño de cabello verde mientras sostenía cierta pelota roja y veía cómo su amigo se alejaba de la mano con cierto hombre de cabello grisáceo.

Bakugou iba a comenzar una nueva vida lejos de Izuku.

[…]

Siete años después...

Bakugou Katsuki había sido adoptado por el dueño del circo más famoso de la ciudad: Shigaraki Tomura.
Aquel joven no esperaba que su vida cambiaría drásticamente tras la muerte de sus padres, ya que, el que se suponía que sería su nuevo padre, no actuaba como tal.
Katsuki era encerrado a diario en uno de los cuartos de aquel circo y solo podía salir de vez en cuando. Odiaba con toda su alma el momento en el que aceptó sostener la mano de aquel señor; odió el día en el que hizo una promesa que no podría cumplir.

—Vamos, Katsuki —se pudo escuchar la voz de Shigaraki seguida por un ruido de llaves que abrían aquella habitación—. Es hora de tu paseo.

Resignado, se levantó y tuvo que seguir al hombre causante de todas las heridas y moratones que tenía en su cuerpo. Desde que pasaron algunos años del maltrato, intentó dar la cara y negarse a seguir las órdenes de Tomura, pero sufrió las consecuencias día tras día, por lo que aquella idea de "libertad" estaba cada vez más lejos de él. Había hecho algo que antes nunca se lo habría planteado: resignarse.

Mentiroso Pierrot [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora