*Sinopsis*

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Naruto Uzumaki era el doncel más odiado de toda Konoha.

culpado de monstruo, e incluso de poder matar a alguien, de ser una amenaza para la sociedad. todos lo menospreciaban, lo trataban como basura.

Quien diría que nadie se puso en sus zapatos, todos contra el doncel, menos su maestro, la única persona en la que el confiaba.

El pobre niño estaba casi solo en un mundo de tristeza y dolor que lo culpaba de un casi apocalíptico accidente ocurrido doce años antes de su nacimiento.

La belleza del menor era simple pero extraordinaria, sus bellos ojos como la matriz del cielo, su cabello dorado como el sol, su sonrisa brillante como una luz al final de un camino oscuro, y su alegría que, apresar de todo no decae.

Pero obviamente nadie le daba importancia a como era su preciosa apariencia y humor.

todos preferían tacharlo de una bestia salvaje y alejarse de su presencia, o alejar a sus hijos de la cercanía del Uzumaki.

Por otro lado Sasuke Uchiha, el alumno estrella, amado por todos, deseado por mujeres y donceles, dulce pena y tortura para sus enamorados. Pero nadie conocía su más recónditos pensamientos, tampoco conocían el dolor que tenía de haber perdido a su familia, y a todos los que llevaban el mismo apellido, mejor dicho, que la asesinaran enfrente de sus ojos, y que él asesino era la persona con la que compartía progenitores y la misma sangre, su hermano, Itachi Uchiha, pero por causa de sus actos su hermano mayor no merecía portar tal apellido.

Pero éste a diferencia de el rubio no tenía a nadie a su lado, nadie compartía sus sentimientos, ni lo escuchaba cuando tenía un problema. Pero Naruto si la tenía, tenía a su sensei, con el compartía todo lo que se le pasará por su mente, pero seguía sintiéndose solo, los dos sentían un básio que nadie podía llenar, era como si estuvieran esperando alguien que tapara ese hueco.

Soledad, soledad, eso era lo que sentía, se sentía solo, es más, ambos se sentían solos y perdidos en su vida, vida que conocían como monótona y aburrida, sin emoción, sin sentimientos, sin nada.

Fue Culpa del destino que los junto como si fueran dos piezas de un rompecabezas que se completaban entre ellos, tan diferentes pero tan iguales, sus lados siempre eran diferentes pero se unían y formaban una imagen.

Eran lo que necesitaban en sus vidas, lo que les faltaba. Naruto carecía de personas que estuvieran dispuestas a entregar su amor por él, y a el Uchiha le faltaba felicidad y calidez, cosa que ambos tenían pero no sabían con quien compartirla, no sabían su destino, tampoco lo que les tenía preparado.

¿Quién diría qué personas tan desiguales eran tan compatibles?, Nadie.

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