Capítulo 15

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—¡Enserio, soy el más fuerte de veras!

—¡De veras eres un inútil!

Naruto se giró sobre sus talones. Volteando a ver hacia sus Espaldas. Encontrándose frente a un pequeño varón, bastante bajito. El cual no parecía de más de ocho años. Extrañamente, se detuvo en sus ojos.

Eran tan negros y profundos. Sin brillo, algo que se le hacía tan familiar. ¿Por qué?, ¿Por qué esos ojos vacíos hacían que su cabeza diera vueltas?

Aquel niño pego un salto desde donde estaba parado. Cayendo entre los brazos de Tazuna, el cual cubrió al varón entre sus brazos.

—¡Inari, no seas grosero!, ¡Estos chicos salvaron a tu abuelo!

—¡Tranquila hija, de igual forma yo también soy grosero!

Aquel niño señaló con su dedo índice a los chicos que se encontraban sentados frente a él.

—¿No te das cuenta mamá?, ¡Estos chicos acabarán muertos!

Naruto se paró de un salto. Achinando los ojos, señalándose con su dedo pulgar.

—¿No sabes lo que somos?, ¡Somos ninjas héroes! ¡Salvamos a todo el mundo! —una sonrisa simpática de oreja a oreja se abrió paso en su rostro.

Aquel niño miro a Naruto como si fuera la peor persona del mundo. Arrugando el entrecejo, y apretando los puños con ira.

—los héroes no existen. —escupió aquellas palabras, como si tuvieran veneno en cada una de sus sílabas.

—¡¿Qué?!

camino varios pasos descalzo, haciendo ademanes con la mano. ¿Quién era ese mocoso para faltarle el respeto a alguien mayor? Avanzo con una aura amenazante.

—voy a ver el mar. —susurro Inari. 

El niño, retrocedió varios pasos. Saliendo de la habitación de espaldas. Para luego echarse a correr aún vuelta atrás. Desapareciendo del campo de visión de Naruto.




—maldito renacuajo.

Susurro. Mientras bajaba los escalones uno a uno. Con su mano, sobaba la parte posterior de su nuca.

—¿Quién se creía para...?

Un sollozo lo callo por completo.

Podía escuchar un llanto desconsolado en bajo tono. Con discreción, se acercó lentamente a donde provenía el ruido. Que cada vez se hacía más lastimero y doloroso.

Naruto camino en puntillas hasta aquel curioso sonido.

El llanto se escondía dentras de la puerta, armado de valor. Asomó su cabeza desde el humbral de la puerta, observando con curiosidad lo que escondía.

Dentro de la habitación. Estaba aquel niño de cabellos oscuros, sentado en una ventana con vista al mar, mientras derramaba lágrimas sobre una foto rasgada. Una pequeña brisa soplaba, moviendo con delicadeza el pelo que cubría la cara de Inari.

Dejando a Naruto ver cómo claramente lastimeras lágrimas eran derramadas por sus ojos.

—papi...—susurro Inari antes de que Naruto cerrará la puerta y dejará al niño tranquilo.

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