Capítulo 27

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Bill volvió a besar al menor, lo había llevado a su casa, seguían unidos, no querían separarse. El rubio empezó a caminar hasta su cuarto con sus ojos clavados en su amado, la  mirada intensa de aquel sujeto ponía nervioso al chico. Su sonrojo era notable.

—¿Nervioso Pino?.— Preguntó pícaro el demonio.

—Ca-callate...— Dijo escondiendo su rostro en el pecho del otro.

—Eres adorable...— Agrego con una sonrisa. Sin darse cuenta, ya habían llegado a la habitación.

—Y-ya puedes bajarme Bill...— Contesto el menor al estar frente la puerta. —Puedo caminar...— El rubio lo dejo en la puerta, pero antes de que pudiera entrar, el otro lo detuvo.

—Sabes, dije que ahora lo haríamos bien...— En su rostro se dibujo una gran sonrisa de oreja a oreja. Lo tomo de las manos y lo puso exactamente frente a el. —Yo Bill Cipher,— Empezó a recitar. —Te aceptó a ti Dipper Pines como el ser con el que compartiré mi existencia... Si llegarás a faltar, no descansaré hasta encontrarte y enamorarte hasta el final de loa tiempos.— Finalizo de hablar e incito a su compañero a que continue con su... "Improvisada unión".

—Yo Dipper Pines, te acepto a ti Bill Cipher como... El demonio con el que compartiré mis días, desde ahora en adelante, que será parte de mis alegrías, tristezas y aventuras... El único con el que me uniré de ahora en adelante... Te amo Bill...— Una pequeña lágrima se resbalo por su mejilla, el demonio tomó el rostro del moreno y con un delicado beso quito aquella fugaz gota.

—Desde ahora... Eres mio...— Volvió a levantar al joven como una penreja de recién casados (Estilo princesa x3).

(Bla, bla, bla, bla, lemmon bla, bla, bla, bla).

Con delicadeza, Bill dejo al castaño en la cama, apenas se podía distinguir algo en la oscuridad de tal sitio, Dipper sabia que no debía temer, estaba con la persona que deseaba.

El rubio se subió en el menor, empezó a depositar pequeños besos por el cuello de su amado, el otro se estremecía al tacto de su amado y trataba de callar sus (Aún ligeros) gemidos.

—Pino... ¿Porque guardas la prueba de que disfrutas que te toque?— Hablo curioso el demonio mientras levantaba la camisa del otro...

—E-es... Ve-vergonzoso...— Aclaró el chico.

—Entonces...— Quito su cuerpo de encima del menor para acostarse al lado. —No voy a continuar...— Era claro que era broma, pero si había molestado un poco al castaño.

—¿Ah si?...— Este se poso arriba del rubio. —Entonces...— Se subió a la entrepierna del demonio y empezó a moverse tratando se insinuar algo. —En esta ocasión... Yo te haré disfrutar.— Toda pena que sintió antes, había desaparecido para dar paso a un Dipper muy pícaro. Bill solo se dispuso a ver.

El menor (Un poco sonrojado cabe resaltar), besaba apasionadamente al otro, al mismo tiempo empezaba a abrir el cierre del pantalón dejando ver los boxers oscuros de este, un poco torpe bajo hasta la ya notable erección del rubio.

—Dip, si no quieres... No lo hagas...— Aclaro el mayor, sabia que para el moreno era nuevo estar en esa situación.

—N-no... H-hoy... Seras mio...— Dijo el menor.

Con delicadeza quitó los pantalones y después los boxers... Con un poco de vergüenza, introdujo el miembro del otro a su boca, Bill dejaba salir sus gemidos sin descaro alguno, esto excitaba mas a castaño, por fin entendía el porque el rubio le decía que no se callara.

Lamia como si de un dulce se tratase, pasaba toda su lengua por este, jugaba con sus manos al compás de sus movimientos, el sentir a aquel ser que amas disfrutando de la pasión que le das... Sin duda alguna, lo mejor del mundo...

—D-ip... N-no... No aguantó...— Habló entrecortado el demonio para después tomar la cabeza del chico y moverla mas rápido y correrse en su boca. Dipper cerro los ojos y trago toda la esencia del otro. Con la respiración agitada, se levanto... Ya tenia una opresión en los pantalones que empezaba a molestarle. Se sentó en el demonio.

—Bill... Te... N-necesito...— Dijo cediéndole nuevamente el control, era obvio que no estaba hecho para ser el dominante, aunque disfruto satisfacer a su amado.

—No digas mas Pino...— Respondió este para levantar el torso y besar apasionadamente al menor, lo acomodo de manera que estuvieran sentados los dos, Dipper encima de Bill, con delicadeza le quitaba la camisa dejando su ver su torso, aquella parte den cuerpo que enloquecía al demonio... Volvió a jugar con su pezones y como si al castaño le hubieran cambiado el chip, empezaba a soltar sus sonoros gemidos... Se dirigió a sus pantalones los cuales quito para después remover los boxers del menor.

El castaño estaba muy excitado para este punto, se le podía notar por su gran erección que ya tenia. El mayor ya tomo en sus manos y empezó a moverla de arriba a abajo, primero con movimientos delicados para después pasar a unos bruscos y duros.
Los dos estaban al borde del éxtasis, el rubio sentía como empezaba a escurrir el líquido pre-seminal por su mano, con esta señal, besaba al chico por todo su ser, para que acabase en su mano.

—No es suficiente...— Hablo el demonio de manera autoritaria.
Ahora, acomodo al menor debajo de el, mostrándole 3 dedos frente a este. Dipper ya sabia que venia (Y es lo que estuvo esperando desde un principio).

Sin decir una palabra, los metió a su boca hasta salivarlos por completó. Después Bill los retiro para acercar uno a la entrada del chico.
—¿Listo?— Pregunto el mayor, el cual obtuvo una respuesta positiva de su chico. Sin esperar un segundo mas, introdujo el primer dedo en Dipper... Sus movimientos suaves y dulces le encantaban al menor. Después de unos segundos, metió el segundo para dar paso a unos movimientos bruscos y de tijera en el interior del menor, estos hacían desbordar pasión por todo el ser del chico, el demonio se calmaba demasiado, ya quería estar en su Pino... Pero debía guardar la calma si es que no quería lastimarlo.

El tercero, este si saco un gemido sonoro del castaño, unas pequeñas lágrimas salieron de este por el dolor intenso.
—¿E-estas b-bien?— Pregunto notablemente preocupado el mayor, con este simple gesto, tranquilizó al castaño, de respuesta, sólo obtuvo una pequeña sonrisa seguida de un fugaz beso. —N-no lo r-resisto...—

Saco sus dedos del interior del menor para introducir su miembro. Se quedo quieto por unos momentos para dejar que se acostumbrara al intruso, acomodo sus piernas alrededor del torso del rubio dándole a entender que siguiera con su acto.
El otro al comprender el mensaje siguió con las embestidas.

El calor subía en la habitación, los quejidos de ambos y el sonido de su piel al chocar la llenaban de pasión.

Tal Vez... No Sea Tan Malo [BillDipp] [MaWill] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora