El inicio

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Esta historia comienza al rededor del año 2009/2010. Yo, como descripción rápida, soy un chico tímido y asustadizo, un chico del montón al que le asusta la mayor parte de todo.

Soy de costumbres normales para un chico de 13 años, juego al fútbol, hago mucho deporte, me gusta sonreír, pero tengo la dificultad de que lo hago yo sólo, porque mis amigos son escasos y, los pocos que tengo, acostumbran a divertirse pegándome y haciendo cosas diversas hacia mi persona. No me quejo, pues soy demasiado asustadizo para plantar cara a nadie, y ni tan siquiera para contar las cosas que me hacen las personas.

Mis costumbres veraniegas se centraban básicamente en ir a la aldea, ayudar a mis abuelos en las diferentes tareas del campo, tales como sacar las ovejas, recoger la hierba seca, recoger la vendimia, plantar patatas, y jugar con mis abuelos  a juegos de niños, por ejemplo al conejo que consistía en que yo me escondía por una finca y mi abuela me buscaba; jugar al pilla pilla, jugar al fútbol; construir cabañas; poner música en casa de mi abuela y bailar,etc. en fin en mi forma de verlo, una vida normal de un chico de mi edad, aunque admito que duele ver como mientras otros disfrutan del verano con sus amigos tu tuvieras que estar trabajando y estando solo. Admito que muchos momentos fueron muy duros, de mucha soledad.

De aquella, estaba en un colegio nuevo, iba al psicólogo a algunas sesiones, y repetía 6 de primaria por lo que ya algo de risas tenía aseguradas. Venía de un colegio en el que estaba acostumbrado a continuas palizas, a que me insultasen, me rechazasen y bueno, fuera el raro objeto de diversión del resto, pero no os creáis que por eso no sonreía, fui dispuesto a cambiar eso y a ser feliz. Pero, cuando ya llevaba 2 meses, hablaba con ciertas personas de clase, y aparecieron unos chicos de 4 de la ESO y comenzaron a meterse conmigo, los balones que llevaba para jugar me los perdían o los pinchaban luego de darme balonazos durante un tiempo, y yo la verdad, ya estaba muy afectado en mi autoestima de aquella y eso digamos fue el fin de esa autoestima. A partir de hay fueron continuas las palizas a balonazos, perderme todo, reírse de mi, etc. Yo trataba de hablar a la gente, pero poneros en la situación de un chico sin pelo, que se chupa el dedo y se arranca el pelo por traumas anteriores, pues como es lógico la gente no se acercaba, y también era normal que no lo hiciese.

Así pasó todo ese curso, y yo deseaba llegar ya al verano porque estaba solo pero por lo menos no me pegaban. Y así sucedió, pasé a 1 de la ESO a duras penas, y me fui a casa de mis abuelos para vivir mi verano. Fue igual que siempre, grandes caminatas en bicicleta, grandes paseos por el bosque, acampadas, salidas a miles de sitios y lugares, ayudar como no trabajando duro a mis abuelos en las tareas del campo, y la verdad ese verano fue duro porque recuerdo la muerte del hermano de mi abuela, y recuerdo sentirme muy mal porque era incapaz de hacer nada.

Pasó el verano entre fugaces días de trabajo y juego, el cumpleaños lo viví solo, ya eran 14, y me sentía mayor, tonto de mi. Llegó el día de entrar en 1° de la ESO, y estaba nervioso , porque los de 4 ya no estaban y a lo mejor era el año de librarme, pero que tonto era, obviamente aparecieron en 4° los alumnos de 3° y siguieron haciendo lo mismo, riéndose de mi y viéndome como el raro del mundo. Ese año cogí miedo a la gente, en ese curso me asuste de todos, y ya no volví a ser el mismo. Las sesiones del psicólogo se habían acabado, y yo pues... seguía igual o peor. Ese año fue muy duro, porque ya todo el mundo quedaba y yo mientras me pasaba horas y horas en casa, mirando al techo, llorando, y alternando momentos de lamento con momentos de no saber que hacer. Y repetí 1° de la ESO. Pero cuando ya perdí todo, cuando casi mi vida se acababa , apareció algo que lo cambio todo, algo que me hizo encontrar y ver una vida que sí quería tener, y esa vida comenzará en el segundo capítulo. 

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