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Querido tú:

Ni siquiera sé por dónde empezar, aunque en realidad, lo único que quiero decir en estos momentos es que te extraño, te espere tanto tiempo, te anhele, te desee con toda mi alma, te lo di todo, mis sueños, mis esperanzas, mis ilusiones, mis anhelos, mis temores y mis lágrimas. Ojala pudiera decir que fuiste lo mejor que me pudo haber pasado, pero si lo hiciera estaría mintiendo, ni siquiera mereces que yo escriba esto, pero ya no encuentro otra forma de sacarte de mi mente, de mi corazón, de mi alma.

Aún recuerdo cuando dijiste que me amabas, pero que ilusa fui. Extraño tu otro tu ¿sabes? el falso, el mentiroso, el que usaste para atraparme en tus redes y acariciarme con dulzura y pasión. Extraño aquel hombre al que alguna vez le dije te amo, aquel que con besos y abrazos, palabras cariñosas y sonrisas melosas me robo el corazón, el que si sabía tratarme como se debe.

El que me tocaba como si fuera cristal, temiendo por romperme, pero, no me rompiste la piel y el cuerpo, me rompiste el corazón y el alma, los partiste en mil pedazos. ¡Todo fue culpa tuya! quisiera gritarte, pero no, en realidad fue culpa mía. Porque a pesar de que decías amarme yo siempre supe en el fondo que mentías, pero fui tan ilusa e inocente que preferí quererte.

Solo puedo decir que... Quisiera que me dijeras de nuevo te amo aunque sea mentira.


Cartas a un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora