XIX

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Querido tú:

Cada vez me duele menos el rechazo que me brindas, pero es inevitable no sentir que muero con cada insulto que me regalas. Tus caricias no eran de amor, si no de rencor,  nunca dejaste de echarme en la cara lo poco que valia para tí. Me duele, me dolía,  me hiere, me mata...

Hoy no hay nada que decir...

Cartas a un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora