III

6 2 0
                                    

-Esmeraldaaaaa!!- Gritó una voz a la que realmente odiaba con todo mi ser.

Había vuelto al castillo después de hablar con el rey Olimpo u Olympus, realmente no me acuerdo su nombre.

Hoy la bruja se apoderó de mi corazón y hizo que diera órdenes a mi ejército de atacar el reino Ruhgter.
Era el mismo reino del chico del bosque.
Él era el rey.

Siempre cuando quiero descongelar mi corazón, la bruja lo endurece más.

-Majestad

-¿Dónde estabas?

-Ataqué el reino Ruhgter.

-¿Y después de eso?

-Estuve caminando por el bosque, para aclarar mis ideas.

-¿Tus ideas?- río de una forma burlona y enojada- Tú, querida, no tienes que aclarar ninguna idea, sólo tienes que matar personas, ganarte el odio de los demás.

-Ya mucha gente me odia, ya basta.

-Basta nada. TÚ TIENES QUE HACER LO QUE TE DIGO Y PUNTO FINAL- dijo lo último gritando- si no lo haces te congelaré más el corazón como lo haré ahora.

-¿Qué? No por favor, ya lo hiciste hace un rat... Ahhh, pa...ra por fa...vor- digo y caigo al suelo agarrando mi parte izquierda de mi pecho.

-Ese es tu castigo niña malcriada.

Con todas mis fuerzas me paro y salgo del castillo hasta el establo. Agarro mi capa blanca con capucha y me subo a mi caballo blanco.
Voy hacia el bosque donde no hay nieve y me recuesto un rato en el cesped.

De mis ojos, cayó agua, era extraño, nunca lloré, mi corazón no siente. Seco rápido mi lágrima y me olvido de ella.

-Hola- dice alguien y me sobresalto.

Me doy vuelta y era el rey de Ruhgter.

-Hola

-¿Qué haces por aquí?

-Necesitaba soledad

-Es un buen lugar para tenerla.

-¿Y tú?

-Necesitaba salir del reino, hay muchos problemas por el ataque de ayer.

Cuando nombró el ataque un nudo se hizo en mi garganta.

-Y... ¿sabes quién fue?

-Todavía no, pero cuando lo sepa mataré al culpable.

-Y...¿si a esa persona la conoces?

-Lo haré igual

-Y...¿si no lo hizo por voluntad propia?

-Depente del motivo

-¿Cómo cual?

-Realmente no sé, pero si esa persona me lo dice, tengo el motivo.

-Aah- no otra vez

-¿Qué te sucede?- me miro alarmado

-Mi... co...ra...zón

-¿Cómo puedo ayudarte?

-Vete, por favor

-No lo haré- dijo y colocó su mano en mi pecho- ¿se te está congelando el corazón?.

-Si...-dije débilmente y mis parpados comenzarón a pesarme hasta que se cerraron.

Cuando desperté, me encontraba en una cama demasiado cómoda y grande. Me estiré y me levanté. Fui hacia la puerta y cuando la abro estaba él.

-Tienes que hacer reposo

-¿Qué me sucedió?

-Te desmayaste.

-¿Y cómo llegué aquí?

-Te traje yo, estas en mi castillo.

-Necesito volver donde el mío

-Recuestate un rato más y luego volverás.

Quize escabullirme por debajo, pero él me agarró y me puso en la cama con tanta suavidad, que parecía que si hacía algo me rompería en mil pedazos.

Cuando fue pasando el tiempo me estaba cansando y mi vista se oscureció entrando en un sueño profundo.






Holaaaaaaa!!!! Espero que les guste yyyyyy Voten, Cometen y Compartan

Ciao

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 01, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Reina CalaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora