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Necesitaba una prostituta virgen, porque no conocía ningún artista que no se drogara, incluso Christopher se había metido esa mierda, no podía ir de iglesia en iglesia preguntando a los sacerdotes si creían en Dios, por más que no lo hicieran, lo negarían y no conocía ningún político en pleno siglo veintiuno que fuera honesto, no quería mentir con mi pintura poniendo a alguien falso. Quería que fuera real para poder transmitirlo en ella y más aún, que estuviera dispuesto a hacer un desnudo artístico.

Lo más factible que veía encontrar sería una prostituta virgen, si alguien ya se lo había planteado antes era porque sabía algo.

—Necesito una prostituta virgen — mi amigo se atraganto con la comida y hablo.

— ¿Te acabas de escuchar? — Preguntó — Una prostituta, es prostituta porque tiene sexo a cambio de dinero, nunca encontraras a alguien así, a no ser que compres una chica, pero hermano, eso es enfermo; pero ¿qué quieres desvirgar a alguien?

—Hablo en serio Christopher.

— ¡Yo también hablo en serio! Además, a todo esto ¿Por qué me preguntas a mí, acaso tengo pinta de traficador de blancas?

—Sé muy bien que has pagado por servicios de ese tipo Chris, necesito que me ayudes a investigar o algo, debe de haber en algún lugar.

—Creo que ahora si te volviste loco, y siempre me diste miedo, para que estés enterado.

Nunca me imaginé que habría terminado pintando a un chico que en su efecto se prostituía, pero no era virgen.

—Vamos Camz, sé que tienes contactos — lo bueno es que Christopher había accedido a ayudarme una vez que escucho mi idea, lo que me sorprendió fue ver a Camila como 'la persona' con contactos.

—Me estás diciendo prostituta en pocas palabras Christopher, eres un idiota — y yo también me hubiera indignado si mi amigo hubiera llegado así conmigo. Así que como buen amigo que era y antes que Camila terminara por lanzarle el café a la cara a mi amigo, le conté mi idea y el proyecto que teníamos que entregar.

—Aun así, creo que eso es muy difícil Erick, puedo hacer unas llamadas, pero no prometo nada, lo que buscas puede que no te agrade y no puedas sobrellevarlo, existen las aprendices, las chicas nuevas que están obligatoriamente en esos lugares y que en su efecto son vírgenes, sin embargo, las preparan para ser prostitutas algún día, las educan para eso. ¿Estás seguro que puedes soportar eso? — Realmente no tenía idea a lo que me estaba metiendo. — Y otra cosa, más te vale no ir por ahí diciendo que sé de esto Christopher porque te juro que te castro, sólo sé sobre eso porque es gente que me debe favores pasados y si te ayudo Erick, tú Christopher, me deberás algo. — Sin más se fue, dejándonos su exagerada presencia aun en el ambiente.

Y pude haber continuado con mi plan original, pintar a una prostituta virgen, si él no hubiera aparecido en medio.

—Muchas gracias por ayudarme con esto Camz — mencioné antes de salir de su auto.

—No hay porqué, ahora, quédate detrás de mí, no hagas contacto visual con nadie ahí adentro e ignora a todos. — Simplemente asentí antes de entrar a la mismísima sodomía.

Casi pedía que me cargara en sus hombros, los ojos viajaban en mi dirección todas con el mismo sentimiento, por un momento sentí pánico, hasta que llegamos a un pasillo tranquilo.

—Richard, ¿tienes lo que pedí?

—Por supuesto, ¿tú eres el pintor? — asentí algo desconcertado ante el chico frente a mí — sí que alucinan muy duro cuando se meten esa mierda para obtener ideas ¿eh?, — estaba por contestar, pero preferí quedarme callado. — Puedes pasar a presentarte, pero te lo advierto, la chica comenzara su trabajo en una semana por lo que deberías comenzar lo antes posible. — ¿Una semana? ¿Esta chica dejaría de ser virgen en una semana? ¿Qué mierda era aquella? No podía pintar un cuerpo humano en una semana.

—Joel, cuanto tiempo sin verte — miré a chico frente a mí, más alto que yo, cabello negro, rulos que caían por su frente. Prácticamente quedé cautivado en cuanto lo vi.

—Hace mucho no nos vemos, cierto — contesto el mencionado, sonriendo genuinamente.

—Debería volver a pagar por tu tan preciada compañía.

—Yo no he encontrado un cuerpo como el tuyo en todo California. — Deje de prestar atención cuando una chica de unos catorce años salió de uno de los cuartos con más maquillaje del que había visto en una niña alguna vez.

—Yo los acompañaré esta vez, vámonos, mientras más rápido mejor — todo pasaba tan rápido en ese lugar que en un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en mi departamento.

— ¿Es necesario que el chico que parece gánster venga? — mencioné una vez que llegamos.

—No puedo dejar que se escapé esta chica — menciono adentrándose a mi casa como si fuera suya.

Le pedí a la chica que se desnudara en el baño y tomara la bata dentro de él, de igual manera le pedí que se desmaquillara, Camila por supuesto me ayudo con esta parte. Y después de casi una hora perdida esperando que la chica pudiera quitarse la bata pude comenzar con el boceto.

Los siguientes dos días pasaron de la misma manera, después de las clases Camz me ayudaba con el traslado de la chica, no llevaba un avance muy grande y eso me frustraba puesto que tenía solo dos días más antes de perder a mi modelo, lo cual hacia que me bloqueara y no pudiera avanzar correctamente.

—No está, lo siento chico, hoy comenzó con su trabajo, ya no es virgen por lo que sé — realmente no supe cómo ponerme, todo se me estaba saliendo de las manos, ya había perdido casi tres semanas de tiempo para mi proyecto y ahora no tenía una modelo, todo se había ido a la mierda.

—Lo siento Erick — me consoló Camila una vez que salimos del lugar — ¿quieres que te lleve a tu departamento?

—No, está bien, caminaré, necesito pensar. Gracias.

Era un conflicto que al día de hoy no logro comprender, era el sentimiento de derrota y desilusión, porque todo se había ido a la nada. Y también el hecho de que una chica tan pequeña tuviera ese destino prescrito, era una sensación repugnante ¿Acaso había sido testigo de la trafica de blancas frente a mí? Sabía del destino de esa chica y prefería callarme y pintarla antes de reportar el delito, porque si lo hacia mi pintura perdería la esencia, ya que la chica nunca llegaría a ser una prostituta.

Y el cómo había terminado frente a la barra de un bar era un misterio que hasta la fecha desconozco. Pero como lo había dicho, todas nuestras decisiones nos cambian la vida.

—Oh, tu eres el pintor de prostitutas vírgenes ¿no? — sí, ese era Joel Pimentel.

Trazos adictivos   ➵ 「Joerick」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora