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—Últimamente te ves más sonriente de lo usual ¿paso algo de lo que no estoy enterado?

— ¿Qué habría de pasar? Estas imaginando cosas, como siempre... — No estaba dispuesto a contarle a mi amigo que me acostaba con Joel Pimentel después de las sesión de pintura.

Y bueno, tampoco era algo diario, después de aquel primer día los siguientes fueron algo incomodos, pero luego de acostarnos de nueva cuenta las cosas volvieron a la normalidad. No éramos un algo, simplemente teníamos sexo ocasional después del trabajo.

Pero tampoco me di cuenta que la pintura estaba casi terminada, por lo que poner de pretexto el trabajo ya no sería suficiente.

Ese fue mi problema, no supe como aferrarme a él y lo dejé ir, cuando ya era adicto a él.

Las semanas pasaron tan rápido y yo no conocía a Joel más de lo que quise hacerlo desde un principio. Me perdía en sus besos y caricias tan perfectas en mi cuerpo que olvidaba todo.

Y la manera en que su cuerpo me tomaba contra el suyo me hacía estremecer, haciéndome sentir un tipo de éxtasis que nunca en otro lugar ni con otra cosa había sentido, fue entonces cuando me volví un adicto a él, y yo me volví su óleo favorito para pintar.

— ¿Qué tanto te falta para terminar tu pintura? — Christopher había terminado con la suya unos días antes y aunque aún quedaban tres semanas para la entrega esperaba terminar este fin de semana.

—No mucho, ya sabes detalles, terminaciones, brillos, sombras, cosas sencillas.

—Entonces debo suponer que ya no está yendo a tu casa el chico este. — Realmente ya no necesitaba que Joel modelara para mí porque solo quedaban detalles para terminar, pero aún no le decía que ya había terminado. Mejor dicho, no quería que dejara de ir a mi departamento.

—Claro...

Tampoco sabía que ese día sería el último que vería a Joel Pimentel.

Como ya era usual, charlamos un poco sobre cosas sin importancia mientras bebíamos jugo, luego de comer un poco hicimos lo que se suponía tenía que hacer: pintarlo.

— ¿Ya has terminado no es así? — Pregunto acercándose mientras se acomodaba la bata.

—Ah... No... Quiero decir si, sólo faltan unos detalles más y habré terminado.

—Me alegra que pudieras terminar a tiempo.

—Tu cuerpo me inspira — solté sin pensarlo arrepintiéndome casi de inmediato. — Lo siento... — me gire a verlo, pero su rostro se encontraba a escasos centímetros del mío, me quede perdido en sus ojos hasta que desvíe la mirada. Idiota.

—Creo que ya puedes terminar el resto sin mi modelaje ¿no? — Soltó una risa burlona.

—No... ¡Quiero decir si! — Sentía mi rostro arder — Mañana puedo darte el pago completo. — Necesitaba aferrarme a él con algo más.

No nos acostamos esa noche. En cambio, disfrutamos de la brisa nocturna en el balcón en silencio, hasta que tuvo que irse.

Tal vez no lo hubiera dejado ir si hubiera sabido que al siguiente día no se presentaría.

"No vendrá Erick". Me repetía mil veces, pero no quería aceptarlo a pesar de que ya estaba atrasado tres horas. Casi lo llamo la primera hora, pero me detuve al pensar que podría llegar en cualquier momento, siempre fue puntual y no podía parecer desesperado en este punto. La segunda hora pensé que posiblemente tuvo un compromiso y llegaría un poco más tarde, pero no llego, "No vendrá."

Comencé a terminar los detalles faltantes, desganado. "Al final de cuentas ya no lo necesitas para estos detalles Erick."

Al siguiente día no llego tampoco. Era raro porque le dije que viniera por su pago y nunca lo hizo. Esta vez decidí enviar un mensaje, para mi sorpresa descubrí que no los recibía. Había decidido perder toda comunicación conmigo.

Sentía que algo me faltaba y sabía perfectamente que era él. Pero durante las siguientes tres semanas a la última vez que lo vi no volví a saber nada de él, mis llamadas eran enviadas al buzón de voz y no entendía el porqué.

— ¿Están ansiosos? — El señor Kwon — la verdad es que yo estoy impaciente por ver sus trabajos, recuerden que tienen solo el día de hoy y mañana de cuatro de la tarde a ocho de la noche para llevar sus trabajos al museo y montarlos, ya tienen asignado un lugar, para poder entrar tienen que mostrar su credencial de la universidad. Y bien eso es todo.

—Estoy demasiado nervioso, ¿y si no le gusta mi trabajo? — se acercó Christopher de inmediato hasta mi lugar.

—Le gustará Christopher, deja de preocuparte tanto, estoy seguro que es genial — comenzamos a caminar fuera de las instalaciones de la universidad.

— ¿Llevarás tu cuadro hoy? Puedo llevarte si gustas.

—Claro, sería genial.

—En serio, te noto muy distante ¿paso algo que no me estás contando, no es así?

—Es solo el estrés de los finales. — Mentí.

Al llegar a mi departamento me deje caer en mi cama suspirando, la verdad era que seguía sin poder dejar de pensar en Joel. Miré el caballete que sostenía su pintura y sentí una punzada en el pecho.

[Christopher]

¿Erick?

No pases por mí, tengo algo que hacer, yo llevaré mañana mi cuadro, gracias.

¿Estás seguro?

Claro, no te preocupes.

Esa noche no dormí ni por una hora, trace tantas líneas, recree un trabajo completo. Pero aun así, a los únicos trazos que era adicto eran los de él en mi cuerpo. 

J|K|B

¿les está agradando la historia?  Sólo dos capítulos más para el final :3

Trazos adictivos   ➵ 「Joerick」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora