Hacerme enojar

1.3K 60 13
                                    

Antonio C.

Esa chica si que es rara por que diablos se va dormir si no es tarde, apenas eran las seis de la tarde, acaso está loca, bueno creo que los nervios no la hizo percatarse del tiempo.
Fui a mi cama, intentado ignorar la presencia de la chica, y el silencio reino entre nosotros, sin embargo la curiosidad en mi se embargó, terminando que me acercara a ella, la examinó determinadamente, he de confesar que la chica era guapa me daban ganas de tocarla y sentir su suave piel de porcelana, espera en que estoy pensando, cómo que piel de porcelana eso es para poetas con sentimientos absurdos, no, no, no, no, no, yo no soy un poeta que tiene sentimientos "bonitos", ya decía que no tenía que leer los estúpidos libros que me mandaban, para empezar se supone que yo carezco de sentimientos y empatía, también esta la cuestión que yo mato pero demonios esa era demasiado pura lucía como la musa perfecta para cualquier asesino, pero como siempre la testaruda la voz de mi cabeza se hizo presente.

Ella es demasiado buena, no podemos matarla

¿Por qué no?, no se supone que nosotros carecemos de empatía y sentimientos

Porque hicimos un juramento ese día ¿lo recuerdas?

Vamos solo eres una maldita voz, aparte eso fue hace años, ya no tiene sentido seguir con eso

Ya verás lo que te hará la chica, volverás a sentirte idiota, como aquel día

Cállate, ella es tan solo una chica débil y frágil, sin embargo yo soy un dios, que decide quien vive y quien no

En eso la chica se remueve un poco, al parecer escucha mis susurros, porque se levanta se levanta completamente asustada.

—¿Qué demonios haces aquí? —pregunta con incredulidad

—Uy perdón, que genio te cargas, cristalito —comento burlonamente, la verdad toso en ella me hacía gracia

Al parecer se percata de la distancia que tenemos, porque se aleja inmediatamente —!Aléjate de mi, necesito dormir! —su voz suena más aguda de lo normal

—No me grites —alzo la voz, queriendo demostrar quien el que manda en esta habitación —no sé quien mierda te crees que eres y mucho menos que te pasa pero, te recuerdo que yo no tengo la culpa de la mierda que te pasa y en esta habitación yo mando —dije irritado —que ingenua eres, al pensar que sería amable contigo

Todo pasó tan rápido, de pronto sus ojos se cristalizan como si le hubiera dolido lo que le dije, a veces olvidó que otros contienen sentimientos, aquellas cosas que los hace débiles o dóciles. Para acabarla ella se levanta apresuradamente de la cama, se tambalea un poco antes de llegar al baño, debo de hacer algo con ese baño no quiero que cada vez que algo le de miedo se encierre, qué tal si un día tengo muchas ganas de hacer mis necesidades y la patética niña esté ahí lamentándose su existencia, voy tras ella por simple curiosidad, pero cierra la puerta frente a a mi cara, eso me irritó al instante, que se cree esta niña, justo cuando iba a reclamarle, escucho que se rompe.

Sabía fingir emociones así que no me fui difícil sustituir mi voz por una nerviosa —¿estás bien?

Pero ella no responde, causando más irritación ¿por qué diablos no me responde?, tan rápido ya me metería en problemas

—Habla o juro por las divinidades que iré por los doctores para que abran, esta maldita puerta —ahora sí que estaba furioso y quería que ella lo notara

—No va-vayas —ahí estaba de nuevo se tartamudeó que me encantaba

—Entonces contesta a mi pregunta, es de mala educación no responder a las preguntas que una mayor te hace —juro que en ese momento me sentí viejo, pero necesitaba ser firme con esa chica, como ya había dicho antes, tiene que entender quien manda

HibristofiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora