Amigos

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Ara M.

Por fin se había ido y ya no escuchaba su quejas. Toda la habitación, quedó en silencio, excepto por el sonido de manecillas del reloj, el cual se encontraba frente de mi, mire la hora y me di cuenta que las horas habían pasado muy rápido, para ser el primer en día en este internado (que de internado no tiene nada), más bien parecía una casa para enfermos mentales que ponen a todo juntos para que se maten entre sí o ellos mismos, pero por otra parte me gusta, la verdad prefería mil veces estar aquí que con mi supuesto hogar. Ya me había entrado algo de sueño, siempre me dormía temprano para olvidar mis problemas, así que ya se me había hecho costumbre, acomodé en la cama y tomé un MP3, que había escondido por si me lo querían quitar, me puse los audífonos y reproduje mi lista de canciones, la mayoría eran canciones electrónicas, provocan que me olvide de todo. Se suponía que no debería traer cosas electrónicas o de valor pero las reglas están para romperse, ya me harté de seguir reglas aparte no le puedo hacer daño a otros por traer esto. La primera que se reprodujo fue There For You de Martín Garrix amaba tanto esa canción, eran una de las primeras canciones que comencé a escuchar. Después de un rato de escucharla me empezaron a pesar los párpados, cheque la hora de nuevo y habían pasado 15 minutos demasiado rápido, y ahora si me estaba entrando el sueño. Después de que la quinta canción se acabará, comenzó una más triste, a veces me gustaba torturarme, siempre recordaba una frase que mi abuela decía "para hacernos inmunes al veneno, debemos exponernos todos los días a el", así que cuando me sentía muy triste, ponía canciones aún más, sin embargo ahorita no necesitaba más veneno, así que cambie la música por una electrónica estuve escuchando canciones de todo tipo, por aproximadamente una hora entonces de nuevo mis párpados empezaban a caer y dejé que el sueño me invadiera. Sin embargo lo malo de dormir eran las pesadillas.

Antonio C

Después de un tiempo de esperar. Llega Blake su aspecto físico no había cambiado en casi nada, seguía teniendo esos ojos verdes oscuros, seguía siendo alto, su cuerpo estaba en forma pero su cabello lucía más largo de lo normal, llegaba hasta sus hombros, era lo único diferente en el. Cuando me vio me dio una fuerte abrazo, no lucia tan sorprendido.

—¡Cuantos años sin verte Antonio! —exclamó muy feliz, mientras me soltaba

—¿Me extrañaste? —pregunté burlón,

—Si cómo no iba a extrañar a la persona que mato al que me estaba haciendo daño —sabía que esa iba a ser su repuesta pero amaba escucharla, era alimento para mi. Al igual que es satisfactorio recordar como me escabullí y mate a ese infeliz.

—¿Y?, ¿Qué cuentas?, ¿Cómo es la torre?—pregunto con entusiasmo

—Nada interesante, pero bueno tu debes saber todo, con lo chismoso que eres

— Oh vamos debe haber algo interesante de lo que no me haya enterado

—Como sea no importa, mejor dime tu ¿Qué cuentas?

—Pues número y cuentos —bromea, yo solo me limito a verlo seriamente, jamás me reía de sus chistes —Olvidaba que no tienes sentido del humor, pero bueno respondiendo a tu pregunta, he estado en tratamiento y con terapias, lo clásico

—Espero que esta vez sí estén funcionando, no quiero volver a verte con sobredosis, es asqueroso

—Nah esta vez es diferente, el tratamiento es más fuerte, pero como sea, dime ¿Compartes habitación con alguien?

—Si con una chica que creo que tiene bipolaridad, o algo parecido —dije sin interés

En eso recuerdo al compañero de habitación de Blake seguía presente. Blake nos presento muy formalmente, al parecer si esta cambiando, porque el Blake que conocí jamás presentaba a nadie.

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