Capitulo 3. Día 2

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Narra Julian.

- Bien, aquí es. – sonreí. Jasmin era linda. Sí, bonita. Alta, esbelta. No podía pedir algo mejor. Ni siquiera la conocía bien. Da igual.

- Es acogedor. – me miró, sentía como sus ojos no perdían el tiempo. ¿Y quien quería perderlo.
Ella era nueva en la ciudad, igual que yo. No tenía novio.
- ¿Vino? – pregunté cariñoso. Al mismo tiempo que me fijaba en su excitante escote. Sí, vaya que era guapa.

- Lo que tú quieras. – me sonrió, indiscreta. Me puse de pie de inmediato, buscando el vino, como un desesperado. No podía perder aquella oportunidad.

Sobre el vino, no sé. Ni siquiera sé que cogí para ella. Solo lo llevé hasta donde estaba sentada. Miré sus ojos, y entonces comprendí que no hacía falta vino.

Me besó, tan desesperadamente, que ni siquiera yo resistí la tentación. Como decía ... ella era bonita.

Deje la botella de vino a un lado, ¿Qué mierda? Ya no importaba. Y me dedique a recorrer su esbelto cuerpo con las manos. Me apretaba contra ella, contra su cuerpo, sentía como aquellos besos llegaban a convertirse en otra cosa. Y me gustaba.

Y aquel olor ¿había mencionado sus piernas?

- Julian ...- susurró entre gemidos. Abrí los ojos, Jasmin estaba cerca. Muy cerca. – La puerta.

Entonces me di cuenta que la puerta sonaba con insistencia. Ni siquiera me había percatado de eso. Tenía los cinco sentidos puesto en Jasmin y en el cuerpo de Jasmin.

- Oh, sí ...- me puso de pie. Tambaleando. Y me repuse, o al menos un poco.

Caminé hasta el pasillo, donde al fondo podía divisarse la puerta. La abrí, deseoso por volver a mis obligaciones con Jasmin.

Y ahí, afuera de mi casa, con un par de vaqueros, y una blusa de tirantes, estaba _____. De nuevo. Con ese fantástico brillo labial. Esos deseables labios. Esa cabello tan perfecto. Por un momento Jasmin no era nadie, nadie lo era, nadie al lado de _______.

Y yo sin camisa. Despeinado. Y aturdido.

- ¿Qué quieres? – le pregunté. Tratando de no mirarla. Al menos por ahora debía ser fuerte.

- ¿Qué quiero? Te portaste como un cerdo. ¿Por qué tenías que decir en plena vía pública que me había quedado en tu departamento?

- Porque fue así, nena. – me fijé en sus ojos, en sus labios, y lo hermosa que estaba en ese momento. Discutiendo conmigo, como ya acostumbraba.

- Sí, pero no paso nada.

- ¿Y tú novio piensa otra cosa? Cuanta desconfianza ...

- Por supuesto que no. Ya le dije que no vale la pena molestarse por ti.

- ¿Entonces a que vienes?

Me miró por un par de segundos. Tal vez tenía razón. ¿Por qué venía siempre? ¿Qué si me encantaba? Por supuesto pero ella tenía novio. Y aún así llevábamos viéndonos más de lo que un simple vecino nuevo lo hace con una vecina nueva.

- Porque ...- miró a todas partes. Buscando respuesta. Era preciosa. Dios, era más que eso. – ¿Hay alguien adentro?

- ¿Te importa?

- Me da igual. Solo que si es alguna chica, solo podría advertirle que tenga cuidado de ti.

- Ella aprovecharía el momento.

7 Días [Julian Serrano Y Tu] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora