AFRAID |Bill Denbrough|

Capítulo 1

1. Los hermanos Petrikov

Pov's Sam

Samantha mantuvo su trazo en una línea recta y suave sin apartar su vista del gran mapa en ningún solo segundo.
Sabía muy bien que no podía cometer el más mínimo error, cualquiera que pasara desapercibido por ella podría arruinar todo el trabajo que había conseguido hasta ahora.

A simple vista se podía ver el esfuerzo y atención que le estaba prestando a todo esto.

Entre los descuidados dientes en su boca sostenía un rotulador permanente de pintarrón, y en su desordenada trenza castaña había varios lápices y demás plumas.

—Niña, los de décimo grado vendrán a presentar su examen final dentro de poco, tienes que irte ya —decía la bibliotecaria cruzada de brazos justo detrás del escritorio.

Todos los días era lo mismo con ella, llegaba después de clases y permanecía ahí por horas, haciendo apuntes y sacando copias de sabría dios cuantos reportes y artículos de hacía tiempo. Siempre traía nuevos mapas y periódicos con los que, según la mujer ya avanzada de edad, seguramente hacia un proyecto de historia.

Pero nada más alejado de la realidad.

—Rayos —maldijo la castaña cuando la lámpara de su escritorio se fundió de la nada —pero si ni siquiera lleva un par de días esta cosa.

La mujer rodó la ojos en medio de un suspiro irritada, ahora tendría que ir al sótano a buscar una nueva bombilla.

—Muchacha, ya van a empezar las vacaciones de verano, ¿no tienes a donde más ir además de la biblioteca?

— No gracias... —respondió Samantha mientras enrollaba sus pliegos de papel y demás mapas.
—Tengo otras cosas que hacer.

—Dios santo con los jóvenes de hoy en día...

—Oh vamos, al menos estoy haciendo algo bueno...

—Y no entiendo para que...

Samantha se mofó al mismo tiempo que guardaba todas sus carpetas y cuadernos de vuelta en su mochila azul marino con estampillas de Queen y The Beatles.

—De todos modos ya tenía que irme, tengo que ir a sacar un par de copias...

—¿Aún más niña?.

La castaña soltó un resoplido volando un mechón de su cabello, de verdad que ya la tenía harta la actitud tan antipática de la bibliotecaria, pero es una bibliotecaria, ¿que podía esperar de ella?.

—Ya vete de aquí niña, ahora tengo que acomodar todos los libros que sacaste.

—La veo mañana señora Harrington... —finalizó la castaña con una media sonrisa.

—Si, como sea...

La joven salió entonces por la puerta principal de la biblioteca de la secundaria de Derry, dispuesta a saltarse su siguiente clase como todos los días lo hacía solo para ir a sacar aquellas copias que deseaba tener en sus manos desde esa mañana.

Esta semana había tomado turnos extra últimamente para ganar el dinero que tanta falta les hacía en su hogar, la mayoría se lo daba a su hermano para pagar los gastos y demás necesidades, pero lo que le quedaba se lo gastaba para lo que ocupaba en su pequeña investigación.

A veces ella deseaba terminar con todo esto de una buena vez por todas e irse de aquel pueblo de una buena por todas, siempre había querido irse de ahí junto con su hermano, pero ahora ya no podía hacerlo, no por el momento.