— ¿Qué haces ahí?, parece peligroso.
—Tomando el aire, obviamente, ¿qué otra cosa crees que estaría haciendo alguien como yo asomándose del borde de la azotea de un edificio tan alto a estas horas de la noche?
—No lo sé, tal vez, tal vez estés tratando de acabar con tu vida, o algo por el estilo.
— ¿Por qué estaría yo haciendo algo así?
—Mira, tus motivos has de tener, pero supongo que no es la única opción, ¿o sí?, como sea, si no vas a hacerlo baja de ahí, puedo conseguirte ayuda, claro, si así lo deseas.
—Escucha, no estoy tratando de suicidarme ¿ok?, puedo hacerme cargo de mis problemas personales, no necesito ningún tipo de ayuda.
—Como quieras, pero si lo haces, procura no dejar el piso cubierto de tus restos, mi tío es barrendero del edificio, y dudo que le guste tener que limpiar el desastroso cadáver de un niño rico, es un poco comunista el viejo, la gente con dinero no le agrada, y menos cuando tiene que limpiar sus desastres.
—Tomaré eso en cuenta.
—Quedas advertido.
...
La televisión estaba encendida, el reproductor Blu-Ray lo estaba también, presentando en la pantalla una película de corte independiente que había sido estrenada al principio del nuevo milenio.
—"Hice un nuevo amigo".
—"¿Real o imaginario?".
—"Imaginario".
— ¿Por qué sigues viendo ese tipo de cosas? —dijo la mujer.
—No lo sé, me parece intrigante este tipo de películas. — contestó él. La madre se levantó del sofá en el que estaba sentada previamente, como naturalmente haría cualquier persona al sentirse poco interesada con lo que está pasando en televisión.
—Sabes —dijo ella—, te vendría bien salir más, socializar, conocer gente, sentir aire fresco, en vez de estar todo el día haciendo, bueno, haciendo lo que sea que hagas. No creo que alguien de tu edad deba de pasar tanto tiempo solo, menos en las circunstancias en las que te encuentras, digo, sé que tienes amigos y todo pero, creo que no los tratas como tal. —añadió con una voz bastante dulce y calmada, dando a entender que el consejo que estaba dando al chico era de buena fe.
— ¿No se te hace tarde para ir a algún lado? — contestó de la manera más sutil posible, sin ninguna intención de herir los sentimientos de la mujer, de hecho, parecía no tener ninguna intención en absoluto más que la de decir lo que pasaba por su mente en ese momento.
—Oh, casi lo olvido, Dios, que tonta soy, claro, me tengo que ir, nos vemos al rato ¿ok?, piensa en lo que te dije, si lo digo es porque me preocupo, ya sabes como soy yo con eso de las preocupaciones, todo lo que tenga que ver contigo, naturalmente, me preocupa. — Al verse apurada por el reloj que indicaba que la hora en la que tenía que partir había pasado desde hace casi cinco minutos, no notó que repetía la misma palabra (o derivados de ella) de manera nerviosa. La mujer tomó su bolso, dio un cariñoso beso de mejilla al chico y se fue cerrando la puerta con cuidado, para así no romper la cerradura como ya había sucedido en ocasiones anteriores en las que la prisa con la que la mujer trataba de salir provocaba que no tuviera cuidado alguno al cerrar la puerta. Había roto de esta manera al menos 3 cerraduras ese año.
— Effy —dijo el chico—, ¿de veras crees tú que debería salir más?, sabes, no me siento cómodo saliendo con los demás, son diferentes, pero tratan de actuar como si fueran iguales al resto de las personas, ni si quiera me agradan tanto como ella dice, tal vez Antonio, y, creo que Alex, ella es linda, aunque sabes, no la conozco muy bien, supongo que por eso me agrada, porque puede ser lo que yo imagine, si realmente la conociera, tendría limites, y probablemente no me agradaría tanto, naturalmente, como sucede con todas las personas que he conocido, parecen interesantes al principio, y después son igual de vacías que el resto, vaya, creo que con esa mentalidad moriré solo, sin amigos, pero, ¿Quién los necesita, Eff? Te tengo a ti. Bueno, a veces desearía que respondieras cuando te hablo, en vez de solo quedarte ahí, observándome, juzgándome posiblemente, aun así, eres más interesante que el resto, y tú nunca me abandonarías, al menos, eso supongo. — agregó desviando su mirada hacia el suelo con bastante indiferencia.
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Melancolía
Non-Fiction"La tristeza y la soledad no tienen porque ser siempre emociones negativas". Un chico escribe un relato acerca de su fallecida mejor amiga con la intención de olvidarse de ella una vez terminada la narración. Pero se ve obligado a llenarse de triste...