Low Battery | Suga y Tú | [Español] M.Y.

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Al La Mañana Siguiente

Bajé las quinientas escaleras después de bañarme, maquillarme y ponerme mi outfit. No sé cómo se visten en Corea pero yo me puse lo que normalmente usaría en el diario.

Ya abajo me encontré a todos desayunando, yo era la que faltaba en esa maldita silla al lado del amargado.

Me senté y miré a todos.— ¿Qué hay para desayunar? –pregunté inocentemente mirando a todos.

— Hoy tendrás que prepararte el desayuno tú, mi amor. –dijo mi madre— Chan Lee piensa que es mejor que todos se preparen lo que quieran para todos comer a gusto sin quejas. –finalizó dandole un mordisco a su ensalada de frutas.

— Okay. –dije un poco enojada y levantándome de la silla.

— Princesita. –musitó Yoongi mientras terminaba su segundo muffin.

Rodé los ojos y caminé hacia la cocina. No sabia qué comer, así que opte por cereal. Agarré un cereal de "Scooby Doo", no sabia que los coreanos sabían sobre Scooby Doo pero aún así agarré un plato y me empecé a servir hasta que una voz molesta me interrumpió. La misma voz molesta de siempre.

— Ese es mi cereal. No lo agarres. –dijo pegándole la boca al recipiente de leche y tomando de ella.

Asqueroso. Ya no quiero leche, me lo comeré seco. Lo miré de reojo y agarré otro cereal.

Vi a mi madre y Chan Lee irse hacia su cuarto y me quedé sola con el idiota. ¡El mundo me odia! ¡Ya no está de mi lado!

Ya cuando terminé de servírmelo y él terminó de tomar la leche, me senté anhelando a que él no se sentara al lado mío y que me dejara sola. Pero al parecer mis súplicas no fueron suficientes y él se sentó justo al lado mío.

Se me quedó mirando mientras se acomodaba.
— ¿Por qué te pones tanto maquillaje en la mañana?

Pero que tipo de pregunta más rara. — Porque quiero. –contesté sin quitar la mirada de mi cereal.

— Ah... Quítatelo. –dijo ordenándome como si fuera mi padre. Inhalé, pero no exhalé porque iba a salir humo por ahí y no quería darle el gusto. — Yoongi, ¿te puedo hacer una pregunta? –dije ya mirándolo enojada.

— Ya la hiciste. –dijo poniéndose la mano en la barbilla y recostándose de ella con una mirada como si fuera un teléfono con poca batería.

Suspiré. — ¿Cuántos años tienes? –formulé mi pregunta. Él me miro con cara de "¿really?".

— 21, ¿por qué? –dijo algo curioso.

— ¿Cuándo piensas largarte de esta casa? –le dije.

— Te repito que esta es MI casa, y tú eres la intrusa. Yo mando. Ahora te vas para tu cuarto y no salgas. Al menos que te quites el maquillaje.

— ¿Pero por qué me tengo que quitar el maquillaje? Tú no me mandas. –dije cruzándome de brazos.

— Unos amigos vienen, y no quiero que ninguno termine "enamorado de ti". Eso seria horrible –dijo poniendo cara de asco — Así que si vas a salir del cuarto, que sea sin maquillaje, a ver si te vez más fea sin el y no se fijen en ti. –dijo ordenándome otra vez.