Ángela y Julio, dos jóvenes que hablan y son amigos por la red social Facebook.
Nunca se han visto, ni llamado, ni enviado fotos.
Ninguno quiere hacer sentir presionado de esa forma al otro.
Sin embargo, se han contado cosas personales.
Hablan durante horas y horas, hasta la madrugada.
Una tragedia ocurre y eso genera que quieran verse, para apoyarse mutuamente, no sólo por un chat.