Voy caminando por la calle, luego de haber salido del liceo, con dirección a mi casa.
Llego a casa y voy directo al comedor, pensando que estaba mi madre o mi padre, pero luego recuerdo que ellos habían dicho que iban a salir y no sabían cuanto tardaban, que también tenía comida en la heladera y que tuviera cuidado.
Subo las escaleras hacia mi cuarto y me quito el uniforme, que consistía en una falda, una remera y un buzo, y me pongo un pantalón, una remera que estaba tirada por ahí, me saco los zapatos y me quedo de medias.
Bajo las escaleras y voy a la cocina, tomo un vaso y sirvo jugo, también saco jamón y me hago un sandwich. Llevo todas estas cosas y las dejo en la mesa. Y voy otra vez al cuarto a buscar la laptop.
Una vez que tengo todo, me acuesto en el sillón.
Entro a Facebook.
Lo primero que veo son las publicaciones de otras personas y tres, cuatro, cinco, seis... mensajes de él.
Julio:
¡Hey!
Ángela.
¡ÁNGELA!
Prometiste hablarme, mentirosa.
¡ÁNGELA!
¡ÁNGELA!
Ángela:
JAJAJAJA
Holaaaa
¿Cómo estás?
Julio:
Al fin.
Excelente, ¿tú?
¿El liceo qué tal?
Ángela:
Me alegro.
Yo bien.
El liceo sigue estando en el mismo lugar, ¿por qué?
Julio:
Qué chistosita eh.
Preguntaba por tus notas.
Ángela:
Ah, bien.
Julio:
¿Bien?
Ángela:
Sí.
Bien.
¿Y tus clases de guitarra?
Julio:
Perfectas, geniales, estupendas.
Ángela:
¿Tan así?
Julio:
Sí, tan así.
¿Qué esperabas? Soy un genio tocando la guitarra.
Ángela:
Si tú dices, nunca te escuché tocando.
Julio:
Algún día Ange, algún día.
Antes de que pueda contestarle, se escuchan las llaves en la puerta, dejándome saber que mis padres volvieron, volteo hacia ella y veo como ellos entran.
Julio:
¿Ange?
¿Pasó algo?
Ángela:
No, no.
Mis padres volvieron, así que hablamos más tarde ¿te parece?
Julio:
Ah, bien. Luego hablamos.
Cierro la página.
Miro hacia la mesa y me doy cuenta de que no toqué nada de lo que tenía para comer, al igual que mi madre.
—¿Por qué no has comido nada? —Dijo ella, y veo como mira hacia la mesa y luego a la laptop—. No me contestes, ya sé.
—Bueno, voy a subir a ver si tengo alguna tarea —La miro y ella asiente con la cabeza, mientras enciende la televisión y se sienta en el sillón.
Agarro la laptop, subo las escaleras y entro a mi cuarto. La dejo en la cama. Saco los cuadernos de la mochila y veo que tengo dos ejercicios de matemática.
—Genial, matemáticas —Digo con sarcasmo para mí misma.
Me dispongo a hacerlos, los termino. Guardo el cuaderno en la mochila, saco el uniforme y lo coloco en la silla y escucho que mi madre me grita desde abajo:
—¡Ange, vení, vamos a cenar!.
Bajo las escaleras, ayudo a mamá y a papá a poner la mesa y nos sentamos a comer todos.
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Hola!
No olviden votar o comentar si les gustó, me haría muy feliz ver eso.
Sin nada más que decir, nos vemos en el próximo.