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REAL LIFE!
ABRÍ LOS OJOS con el corazón a todo dar. Quería correr, saltar y gritar de la emoción... O tal vez exactamente todo lo puesto y correr al baño a vomitar de los nervios.
Hoy era el día. No pude dormir casi nada, pensándolo. Hoy sería la gran oportunidad no sólo de estar en una serie de televisión, sino también de participar en el reparto principal de esta. Y más en un proyecto tan nuevo, como lo era Teen Wolf. Estaba nerviosa pero tenía por seguro que interpretaría bien el papel de Allison Argent y pensar que le abriría las puertas a una variedad de películas y otras series, tal vez incluso conseguir una carrera musical. Por ahora, lo único que llevaba eran unos cuantos covers subidos a mi pobre canal de YouTube que habían ganado una mínima popularidad pero no me quejaba.
Me obligué mentalmente a no adelantarme a las ideas puesto que lo más probable sería no obtener el papel de la forma que creía.
Sin embargo, realmente estaba emocionada por saber quién sería Scott McCall, el interés amoroso de Allison y el protagonista de la serie.
Me metí rápido a la ducha con la intención de relajarme lo más posible. Me vestí de la manera que expresaría mi yo verdadero, aunque no fuera demasiado compatible a mi imaginación de Allison. Una camiseta a rayas blanca y negra, unas zapatillas cómodas y luego, pasé a colocarse mi chaqueta de jean roto de la suerte y luego, dirigí el paso a la cafeteríaque quedaba al lado de su departamento, un Starbucks. No era fanática del lugar pero me encantaba tener una cafetería cerca. Me hacía sentir independiente, tener un espacio sin que nadie diera órdenes. Yo era mi propio jefe. Y estaba orgullosa de haberlo construido este tiempo.
Llevaba trabajando como mesera allí desde hace varios años mientras el primo de mi madre, Martin me ayudaba a sentirme a gusto en la gran ciudad. Eso fue a los 17 cuando me enteré de la condición del integrante más inocente de la familia: Susan. Había luchado fuertemente por seguir mis sueños y a la vez ayudarla en lo más difícil: lo económico.
Aunque tener empleo allí no había sido tan terrible como creí que sería. Conocí a más de un famoso yendo a comprar. Siendo realista no creo que algunos de ellos jamás recuerde haberme conocido, pero conmigo es suficiente. Además, pude hacer el día menos pesado con mi jefa, Cristina. Lo más gracioso fue conocernos como meseras y hacernos amigas en el proceso, sólo que ahora la habían ascendido pero era genial porque nuestra relación no había cambiado.
