Pararon las semanas y seguían las burlas hacia mí, estaba aburrida, lágrimas salían de mis ojos cuando me iba a dormir, lágrimas silenciosas que quemaban mis ojos todas las noches en la fría, obscura y silenciosa habitación. Un día más de clases transcurría en mi vida, mis notas habían bajado considerablemente, me había convertido en una solitaria, no tenía amigos, mi vida solamente se trataba de sobrevivir en un lugar que todos consideraban seguro, la escuela. Fui al baño después de clases, revise primero si estaban allí las niñas, no había señales de vida de ellas, entre a lavarme las manos, no había nadie cerca y escuche pasos venir hacia el baño, me gire rápidamente hacia la puerta y las vi, eran ellas, comencé a caminar hacia atrás y ellas entraron sonriendo. -¿Qué pasa? -dijo Miranda acercándose- sólo queremos hablar. Yo las quede mirando y ellas a mi mientras una línea con dientes blancos se reflejaba en sus caras. -No -dije negando con la cabeza- por favor no me hagan nada. -¿Cuándo te hemos hecho algo? -dijo Ginger con cara de ofendida. -Por favor -dije chocando mi espalda con la pared. -Ven, no te vamos a hacer nada -dijo Miranda acercándose más. -Por favor -susurre. Ginger me tomo de la mano y me tiro hacia adelante, Miranda me agarro del pelo. -¿¡Cuando te hemos hecho algo!? ¿¡Ah!? -dijo Miranda sosteniéndome del pelo- ¿¡Cuando!? -Por favor déjenme, por favor -dije susurrando. Miranda me tiro al suelo y las dos se arrodillaron a mi lado tomándome de las manos y el pelo para que no me moviera. -¿Por qué me odian tanto? no les hice nada. -Tuviste que llegar aquí, tú no perteneces aquí, además tienes a un retrasado como hermano ¿Qué hay de eso? Esas personas no pueden vivir, dime cómo habla ¿Habla lento, babeando? que asco -dijo con repulsión. -cállate-dije mirándola. -¿¡Me vas hacer callar a mí? -me dijo mirándome- ¿¡A mí!? -volvió a repetir dándome una cachetada en la mejilla- ¡A mi niña no se me contradice! -Suéltame -dije mientras mis ojos se empañaban con lágrimas. -Ni lo pienses. Sólo sentí sus golpes en mí, no podía hacer nada, no había nadie cerca para pedir ayuda, me resigne a lo que casi todos los días pasaba, sus golpes.
Siempre metían a mi hermano a todas las peleas, era él, él y solamente él. Siempre les decía que lo dejaran tranquilo, estaba cansada de eso, me daba pena y rabia, me daba pena que se metieran con él, sí, él era un niño enfermo, no era "normal" para la sociedad, pero era un ser humano y a veces me daba rabia que fuera de esa manera ya que por eso me molestaban a mí, a veces me enojaba y le echaba toda la culpa a el de mis problemas en el colegio, lo que no estaba bien... pero pronto lo que era una "molestia" para mí, dejaría de hacerlo y de la peor manera posible... por, por mí culpa. Escrito por: Pepa-shy.
Anexo: Creo que faltan dos páginas más para terminar... no sé que pueda decir, creo que estoy un poquito inquieta por publicarles el final y de todo mi corazón les agradezco, gracias a los que leen, sé que pudo ser "latera" al comienzo, sé que me falta aprender mucho todavía, pero a medida que avance mi página humilde :') iré aprendiendo más cosas. En verdad los aprecio mucho. Gracias ♥