CAPÍTULO 3

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Vendida como ganado.

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Visitó desde la alma más impura hasta las más pura. Desde que había abandonado el infierno, recorrió cada lugar con el propósito de poner en orden las cosas entre el mundo mortal y el infierno, antes de que fuera demasiado tarde. El infierno se venia abajo, y sin duda haría cualquier cosa por evitar tal inconveniente.

Se llevo la copa de vino tinto ha sus labios, saboreando el toque dulzón y entre agrio que le brindaba aquella bebida a su boca. En ese momento se encontraba en una espaciosa oficina elegante y sumamente lujosa, con una decoración exquisita solo para él.

Un toque apenas audible en la puerta, llamo su atención. Después de dar la orden que ingresara quien estuviera afuera, sonrió burlón al ver como los hombres que le servían traían consigo una rata arrastrando.

Se levantó, y sin perder el tiempo rodeó el escritorio para posarse frente aquel hombre que miraba el suelo agachado como si fuera lo más interesante, no paso por alto su estado moribundo. Su ropa se encontraba en muy malas condiciones y noto algunas leves heridas en su rostro y manos. Eso le mostró a Mammón que opuso resistencia a su llamado, seguramente cuando sus demonios habían ido en busca de él.

Dejó la copa de vino a un costado, y lo examino muy lentamente.

—Se te dio todo, Marcos. Te hicimos el hombre más poderoso y rico. Tan rico que nunca te lo habrías imaginado—hablo lento Mammón, disfrutando el estado del hombre. Éste sabia lo que le esperaba por no cumplir — Y solo para continuar disfrutando de esta vida deliciosa debías entregarnos cien almas diarias, incluida las de tú seres amados.

—¡Le entregue todo lo que poseía! ¡Mi familia es suya! Mi esposa e hijos y padres le pertenecen— el hombre pronunciaba cada palabra firme, pero sin mirar a Mammón a los ojos pues le temía.

Cada humano ambicioso, que había utilizado la maldad para adquirir cierto status conocía a Mammón. Pues él era el príncipe demonio de la avaricia, codicia y materialismo. Aquel que Lucifer creó y lloró por primera vez, aquel que en el antiguo testamento y pergamino de los jesuitas lo mencionan y describen como aquel que dominara el mundo traicionando a su único padre, Lucifer y al igual que al mismo Dios. Los escritos dicen que el dominara la tierra, y el infierno. Ninguno se salvara de aquel destino, pues juzgara a la propia humanidad.

Ahora, Mammón había tomado la apariencia de un joven hombre de negocios. Siempre tomaba la forma de cualquier cuerpo, varón, mujer etc. Nadie conocía su forma real, pues Lucifer cuando lo creó, nació como engendró y no como hombre.

Dicen que nada más y nada menos tres seres lo vieron en su forma real. Lucifer y los arcángeles Miguel y Gabriel cuando bajaron de los cielos para exterminarlo, y éste en defensa se mostró para enfrentarlos. Nunca se supo cual fue aquel motivo que hizo retroceder a los ángeles de su juicio dictaminado y sentencia de muerte en batalla.

—No es suficiente, Marcos — negó Mammón. Sin piedad, las ratas no merecen clemencia. Nadie lo merece— sino cumples con el pacto. Te llevare en persona al mismo infierno por tus pecados, al igual que tomare tus riquesas. Y estas desapareceran al igual que lo haré contigo.

El hombre comenzó a maldecir en silencio a Mammón. Lo que le arranco al príncipe otra sonrisa. Ingenuo. Si supiera que de eso se alimentaba para vivir, del odio y codicia de los humanos.

Cuando se canso de observarlo, dictó el juicio.

—Marcos Reyes, por falta e incumplimiento con dicho pacto. Del pago diario con las almas estipuladas a cambio de poder. Quedas sentenciado por la eternidad en el infierno. Sin esperanza de estar en el purgatorio, ni la negociación de los ángeles por tú vida mal...—

Mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora