Entrecielo

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[Fondo de la habitación de negro, en una de los laterales que da a un extremo del escenario, colocar un decorado con una escalera, columnas y tres puertas.

En un primer momento la escena estará a oscuras, pero a medida que vaya entrando una chica, a la cual reconoceremos por la coleta, se irá encendiendo un foco de luz sobre ella que poco a poco irá iluminando la habitación. Sugerencia personal del dramaturgo, (para un efecto más currado vamos), colocar un expulsor de humo que vaya llenando la escena junto con la luz.]

MÓNICA (Un tanto despistada): ¿Dónde estoy? Esto no es mi casa.

TÁNIT (En un primer momento estará sentada en las escaleras, reclinada contra la columna, y no será vista por el espectador. Hablará con un tono dulce y tranquilizador, aunque a la vez siseante.): Esta es la sala de las puertas, todas las almas vienen aquí a ser reconducidas hacia su nueva vida.

MÓNICA: Que oscuro está todo, ¿Quién eres? ¿qué hago aquí? No serás una secuestradora.

TÁNIT: Soy Tánit, guardiana de las puertas, me encargo de que las almas que llegan a este lugar sean reconducidas al sitio que les está asignado.

MÓNICA: ¿Tánit? Que nombre más raro, dile a tu madre de mi parte que tuvo un mal gusto horrible, espera un segundo (parándose a pensar) ¿has dicho que estoy muerta? Tú deliras, pero si hace un momento estaba caminando por la calle con el móvil en la mano...

TÁNIT: Fuiste atropellada por un coche mientras estabas distraída hablando por el móvil.

MÓNICA (Incrédula): ¿QUÉ? Que forma más tonta de morir, espero que me llevaran pronto al hospital y me muriera por el camino.

TÁNIT: Quizás podrías haberte salvado si el conductor no se hubiera dado a la fuga, no llegaste a tiempo ni para ver como llegaba la ambulancia.

MÓNICA: Tú me estás tomando el pelo ¿verdad? Además, ¿Quién te vistió? Ese vestido blanco es súper cutre, y a ver si vamos a la playa, que estás más blanca, chica, que pareces una muerta.

TÁNIT: Se que a veces cuesta de creer, pero estás en esta sala precisamente por el hecho de que moriste por una causa ajena a ti, si hubieras muerto de causa natural ahora ya estarías de camino al cielo y no en esta sala...

MÓNICA (De cara al público): ¿Pero que me está contando esta tía? No me entero de nada.

TÁNIT (Que sigue con su perorata sin darse cuenta de nada): y tendrás que escoger,  bien, ¿Qué eliges?

MÓNICA: ¿Me haces un bis pero con manual para dummies?

TÁNIT: ¿Perdón?

MÓNICA: Que si podrías repetirlo todo.

TÁNIT (Perdiendo la paciencia): estás muerta, pero como no te mataste a ti misma sino que te asesinaron, estás en esta sala y tienes que elegir tu destino.

MÓNICA: Bien, lo primero me quedó claro, o sea que si yo me hubiera muerto hubiera ido directamente al cielo?

TÁNIT: O al infierno, según si te hubieras portado bien o mal. Como ves aquí a mi espalda hay tres puertas, debes de elegir qué camino quieres seguir, tienes estas tres puertas...

MÓNICA (De cara al público): ya empieza a hablar de nuevo. ¿Es que no callará nunca?

TÁNIT: Y tienes que elegir, ¿Cuál eliges?

MÓNICA: La última parte no quedó clara,(TÁNIT mira con cara de odio) los de atrás se están quejando, no querrás que se enfaden, anda explícalo otra vez.

TÁNIT: Estar en esta sala significa que debes decidir entre, uno, o pasas por la primera puerta y vas al cielo, dos, pasas por la segunda puerta y te reencarnas en otro ser humano, tres...

MÓNICA: (Interrumpiendo) no me digas, ¿pasas por la tercera puerta?

TÁNIT: Pues no bonita, te equivocas, la tercera opción es la de vagar por el mundo de los vivos con lo cual tendrías que dar media vuelta y volverte por donde has venido. Y la última puerta es una puerta especial para estos casos, esta última puerta es la puerta de la venganza, y aunque también te lleva al mundo de los vivos, ésta te otorga por un espacio de tiempo un cuerpo. Esta puerta sirve para vengarse de alguien y matarlo, pero hay que tener cuidado porque tienes que saber que quien elige esta opción va directamente al infierno.

MÓNICA: Vale, creo que la elección es fácil, ¿no? Prefiero la de reencarnarme. Nunca elegiría la de matar, yo soy pacifista.

TÁNIT: La puerta de la venganza sirve para aquellos que se quieren vengar de su muerte, ¿no te gustaría ver quién te asesinó?

MÓNICA: ¿Es eso posible?

TÁNIT: Si, todos los humanos que van a parar a este sitio disponen de un tiempo para ir al mundo real y despedirse de los vivos.

MÓNICA: ¿Y por qué no me lo habías dicho antes? A mí también me gustaría despedirme de mis amigos y familiares, ya que no he podido, ¿de cuánto tiempo dispongo?

TÁNIT: De un minuto.

MÓNICA: ¿DE UN MINUTO? ¿y con eso pretendes que me despida de todos mis amigos?

TÁNIT: Si expira el tiempo otorgado se te condenará a vagar por siempre por el mundo de los vivos.

MÓNICA: Pero ¿Qué vas a hacer en un minuto? Si entre que bajas y subes ya ha pasado.

TÁNIT (Mirando al público): Ya decía yo que era muy raro el que nadie subiera una vez habían bajado. (Se queda en silencio un momento) ¿De veras no quieres bajar? Mira que yo hasta te abro la puerta y con delicadeza te ayudo a bajar.

MÓNICA: ¿Sabes que te digo? Que no te necesito para elegir la puerta que quiero, me es igual mi asesino, me son iguales mis padres y amigos, si total dentro de un rato dejaré de existir, que más da. (abre el pomo de la puerta número dos y entra).

TÁNIT (Se queda un momento perpleja, va a hacia la puerta y muy lentamente la cierra, se sienta otra vez apoyada en la columna y, de repente, como si se acabara de acordar, pegará un bote e irá corriendo hacia la puerta dos.): ¡Ostras, no me digas que me olvidé de quitar el agujero negro!

[La escena se va volviendo cada vez más apagada mientras empieza a caer el]

[telón]

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