Escondiendo la verdad 「BTS 」

Capitulo IX: Tu me recuerdas a el

Había ventajas y desventajas en tomar un coche para llegar a un destino deseado. ¿Las ventajas? Obviamente disminuía el tiempo que se toma en llegar a tu destino, pero también un coche protege a sus pasajeros de la lluvia o de cualquier otro elemento que la naturaleza decida lanzar.

Todo lo contrario su situación actual.

No tenía los zapatos secos, o algo con lo que cubrirse, y mucho menos una actitud agradable.

La sensación de al fin llegar a su departamento era nada menos que calmante. Temblando, para su consternación gracias a la lluvia que empapo su cuerpo; rápidamente se dirigió al ascensor. Se frotaba los brazos de arriba abajo, tratando desesperadamente producir algún tipo de calor en su cuerpo mientras esperaba y claramente estaba fallando. El sonido del ascensor que llegaba a la planta baja provocó un suspiro de sus labios y entró. Presionando el botón del octavo piso, retrocedió, apoyándose contra las paredes del ascensor.

Finalmente, llegando a el piso en el que se encontraba su departamento, salió a un suelo alfombrado y se dirigió a su habitación. Buscando en sus bolsillos sus llaves, maldijo a sus torpes dedos por traicionarle.

Deslizó la llave, abrió la puerta y entró en su apartamento con un aliviado suspiro. Inmediatamente, cerró la puerta detrás de él antes de quitarse la ropa empapada. "Qué día de mierda," gruñó, arrojando su ropa mojada en su lavadora, poniéndola en marcha antes de ir a su dormitorio. La sauna hizo maravillas en relajar sus músculos, pero ahora estaba frío, mojado, y no era el campista más feliz para ser exactos. Con otro profundo suspiro, entró en su cuarto de baño, el azulejo frío del suelo enfriando aún más los huesos.

Encendió la ducha y no tomó mucho tiempo para que el agua comenzará a calentarse. Deslizándose dentro de la ducha, un gemido relajado escapó de sus labios. Finalmente en paz. Se quedó allí, disfrutando del calor del agua mientras goteaba por su cabeza y sus hombros. La sensación llevó a su mente a vagar por el pasado, algo sobre lo que no tenía control.

«Su madre era joven. Teniendo su primer hijo a la corta edad de diecisiete. Tres años más tarde ella tendría su segundo hijo con otro hombre. Uno que no era lo suficientemente hombre como para quedarse y ayudarla a cuidar de sus hijos. Después de enamorarla profundamente solo para luego romper y destrozar su corazón; esto provocando que su ya inestable estado mental empeorara más y más.

Ella comenzó a golpear constantemente a su hijo mayor, dejándolo roto y tan lastimado que inclusive varias veces no podía caminar. Cuando el lloraba, ella reía, diciéndole lo débil que era. Que los hombres no debían llorar. A su hijo menor, lo descuidaba demasiado, ignorándolo. A veces decía lo mucho que le recordaba a su padre.

El hermano mayor que era muy amable para su bien, tomó la responsabilidad de sostener la casa. Cuidando y alimentando a su descuidado hermano menor.

Entonces ellos irían a la escuela. No le decían a nadie ninguna palabra sobre su vida fuera de clases. Ni si quiera alguno de los dos tenían amigos. Las únicas personas en su mundo de infierno eran ellos mismos. No contaban nunca con su madre. Su temperamento era muy inestable. Si tenían suerte, podían pasar el día completo sin recibir ningún golpe.

Fue cuando el hermano menor estaba en su último año de primaria y su hermano mayor igual a un año de terminar la escuela secundaria, que todo comenzó a cambiar. El menor nunca sido tocado físicamente por su madre abusiva, comenzó a admirar las marcas púrpuras y las cicatrices rojas que destrozaban el cuerpo de su hermano.