Osomatsu revisaba unos papeles, eran las actividades criminales de la organización de Karamatsu: extorsión, tráfico de armas, fraude, delitos informáticos, casinos ilegales, apuestas ilegales y tráfico de drogas.
Osomatsu suspiró, se recargó en el respaldo de su asiento y miró a Todomatsu, se preguntó si seguía enojado por el fracaso anterior.
—Hey, Totty ¿Qué haces?
—Reviso unos papeles y escribo un informe.
Osomatsu se levantó de su asiento y caminó hacia la ventana del despacho. Miró afuera, todo ocurría de forma normal, la calle, los carros, los transeúntes; todo estaba bien.
La vida como detective no solo es explosiva, también se encargan del papeleo sobre los casos y muchas veces éste último ocupa más tiempo. No es que le moleste, pero a veces es muy aburrido.
—Hey, ¿Quieres ir a beber esta noche? —preguntó Osomatsu.
—No sé si pueda, tengo mucho trabajo.
—Debes relajarte, si te estresas de más no harás bien tu trabajo.
Todomatsu suspiró y le sonrió. —Supongo que no estaría mal tomar un trago de vez en cuando.
—¡Bien! Iré a invitar a Choromatsu.
Kamiya Choromatsu, a pesar de ser el jefe de la unidad se llevan muy bien ambos. Gracias a él pudo entrar a trabajar en ese sitio, aunque no sabe muy bien como es que logró convencerlo. Siendo mayor que Osomatsu muchas veces Choromatsu lo trata como un niño.
—¡Detective! —exclamó Oso.
—Osomatsu, te he dicho muchas veces que debes tocar la puerta antes de entrar.
—Pero siempre la toco antes de entrar, todos lo hacemos, sino lo hiciéramos ¿Cómo entraríamos?
Choro se rió un poco. —No seas tonto, sabes a que me refiero.
Osomatsu se acerca para sentarse en el sillón frente a la mesa de Choromatsu. —Hoy iré a beber con Totty y tú también vendrás.
—Eso quisiera pero tengo trabajo que hacer.
—Oh vamos, eso no es algo que detenga al gran detective Choro, estoy seguro que con tu habilidad lograrás terminar hoy.
—Para, me estás avergonzando detective Matsuno —lo pensó durante un momento—muy bien, iré.
—¡Perfecto! Llamaré a mi amigo para que aparte asientos.
Al llegar la noche los tres salieron de la estación de policias en el auto de Choromatsu y mientras se dirigían al lugar donde tenían planeado beber iban bromeando y hablando, de pronto comenzaron a compartir sus experiencias que habían y siguen teniendo al trabajar como detectives, aunque en ese punto Osomatsu ya había perdido cierta participación en la plática debido a que él era el único que tenía menos repertorio para contar ya que no llevaba mucho tiempo trabajando ahí.
Entre risas y anécdotas llegan al fin al sitio; no es un muy grande pero es muy concurrido por la deliciosa comida y el buen ambiente.
Los tres salen del auto y entran al local; del lado derecho de la entrada hay una barra de bebidas y detrás de esta se encuentra la cocina, enfrente de la barra hay asientos; las mesas no faltan en el sitio que, aunque no es elegante, rebosa de comodidad.
El dueño de ese pequeño sitio es Chibita, el amigo de la infancia de Osomatsu.
El sueño de su amigo era poder tener un gran negocio donde pudiera dar a conocer su delicioso Oden, una de su mejores especialidades, y al final lo ha cumplido. Y lo mejor es que lo hace junto a su esposa, Hanako, una dulce mujer de vestido azul, cabello largo y que siempre usa una flor azul como pasador para adornarse el cabello negro.

ESTÁS LEYENDO
Del amor a la obsesión
FanfictionOsomatsu, un detective irresponsable y despreocupado, en una de sus misiones conoce a Nakamura Karamatsu, el lider de la mafia a quien se suponía debía atrapar, sin embargo, le ayuda a escapar y al poco tiempo comienza una relación con éste. ¿Cómo t...